Blas
Esteban y yo estábamos casi listos para ir al hospital a pasar algunos días de análisis: decidimos hacerlo por consejos externos.
— Amor, que pereza ir. — Dije con vos ronca.
— Blas, no puedes darte el lujo de faltar.. — Se burló.
Poco tiempo después nos fuimos a arreglar y bajar todo al auto, no iban a ser más de dos días, pero Esteban es super precavido, así que lo dejé ser. Era importante para él todo lo que pasara conmigo, eso me dejaba muy tranquilo en muchos sentidos, saber que no voy a estar preocupado nada más yo es reconfortante.
Para cuando bajamos recibí una llamada de Juani:
— BLAAAAAS — gritó desde el otro lado de la pantalla
— Ay- pelotudo, dejá de gritar que te escucho.. — Dije aturdido.
— Me chupa un huevo, escúchame. — Pude oír a Fran reírse. — ¿Tenés algo que hacer hoy?
— Si tonto.. Voy de camino al hospital con Esteban. ¿Por?
— AHHH AJJAJAJSJAJ, — respiró tomando fuerzas. — No es que vieras nuestra casa, Fran pidió de todo por Amazon y ahora vivimos en cajas literalmente..
me mandó una foto donde se veían fácil 50 cajas.
— Por dios, locos desquiciados, pidan de a poco, van 6 meses...
— Yo no fuí, fue el hada emocionado.
— Dios, cuando pueda voy con Tibby y los ayudo.
— GRACIAS AMIGO. TE AMO — Colgó sin dejarme hablar.
Me reí con Esteban quien escuchó la conversación y vió la foto mientras manejaba de camino al hospital.
Íbamos muy tranquilos, él y yo siempre fuimos personas aquietadas y poco paranoicas, a demás de eso en la guardia nos habían dicho que solo iba a ser para ver el género, porque nos dió pereza ir a los 4 meses, entonces iba a tardar más de lo normal.
— Esteban..
— Decime amor.
— Vos, ¿Qué haces si tenemos muchos hijos?
— Y.. Cuidarlos bobi, ¿Qué más?
— No, o sea, ¿Estarías feliz?
Se quedó en silencio y pensó la pregunta, nunca solía preguntar sobre las cosas en respecto al embarazo o nuestro futuro, solo sabíamos que queríamos estar juntos pese a lo que fuere.
— Pues.. Si claro, nunca lo había pensado pero amo a los nenes tanto como vos, así que no creo que sea problema para nosotros.
— Aw, más tierno, te amo.
Nos dimos la mano y coloqué música, para distraerme en los minutos que faltaban para llegar.
Cuando llegamos el doctor Mcquenly nos recibió con gusto, él fue mi pediatra toda la vida, pero también hacía análisis de todo tipo, así que había confianza en abundancia.
— ¡Polidori! Y...
dejó un espacio de silencio para conocer el nombre del que yacía al lado mío.
— Esteban.. Esteban Kukurictzka.
— Un gusto Esteban, ¿Pasamos?
El diagnóstico estuvo genial y los dos estuvimos bien, pasé a ponerme la bata para que me pongan esa crema tan fría y rara que daría a conocer el género de nuestro bebé.
Esteban veía la pantalla como un nene ve a Messi, estaba tan feliz que me dieron ganas de llorar, no podía creer que ese chico al que una vez le dije "No creo merecerte" estuviese acompañándome a ver a nuestro bebé.
