¡Soonie! [Minsung]

capitulo 4

Jisung puede sentir un ambiente deprimente en el auto, todos los que están en él se ven tristes y se nota bastante que ninguno pudo dormir, lo más seguro es que todo fue por su culpa.

—¿Podemos pasar por Bbama? —pregunta Chris—. Creo que estará mejor en mi casa junto a Berry, en lo que él despierta —dice soltando un pequeño suspiro.

—Si, yo lo llevaría conmigo, pero no creo que a mis gatos les guste mucho la idea —Minho suspira y acaricia la cabeza del felino.

Jisung frunce levemente las orejas, no debe ser un genio para hacerse una idea de lo que ocurrió, solo debe recapitular todo lo que pasó en esas últimas horas. Primero el choque y luego el despertar estando en el cuerpo de Soonie, a eso solo debía sumarle el ambiente deprimente y las cosas que ha escuchado, por lo que le lleva a una sola conclusión, su cuerpo está en coma.

—Minho.

La voz de Seungmin rompe el silencioso y deprimente ambiente que se había formado, captando la atención de Minho.

—¿Si?

—¿Qué harás con tu boda? —pregunta el castaño sin apartar la mirada del frente.

—Ahora no tengo cabeza para eso —Minho suelta un suspiro y abraza aún más a "Soonie".

Seungmin comprende y solamente se queda callado, continuando con su camino a la casa de Minho. Jisung solamente se apega a él, tratando de alguna forma calmarlo.

Después de un viaje deprimente y largo finalmente llegan a su destino, la casa de Minho, Jisung agradece inmensamente llegar a un lugar conocido, aún si sigue sintiéndose confundido, Minho lo carga y baja del auto, no sin antes despedirse de Seungmin y Christopher, quienes irían por su querido Bbama.

Una vez en el interior de la casa, Minho lo baja, Han suelta un suspiro cansado, antes de que Minho pueda ir a su habitación a dormir el timbre lo detiene, por lo que regresa y abre la puerta, encontrándose con su prometida, Minju.

—Hey, amor —la chica sonríe y se acerca para darle un corto beso en los labios, lo que provoca una mueca en Jisung.

—Hola —Minho devuelve el saludo sin ánimos.

—¿Necesitas compañía? —dice ella extendiendo los brazos para que se acurruque en estos.

Jisung observa como Minho se acerca a ella y acepta sus brazos, ocultando su rostro en su pecho, mientras que Minju comienza a dejar suaves caricias en su cabello, los ojos de la chica conectan con los suyos, como si quisiera demostrar que es superior a él y que Minho es solo suyo, y no está tan equivocado, ya que ella toma a Minho de las mejillas y le da un suave beso en los labios.

Lo que provoca una oleada de celos en Jisung. Negándose a seguir mirando aquella escena, se da media vuelta con la cola en alto y se va de allí, sintiendose tan superior como un felino y fingiendo que aquello no le afecta.

Recorre aquella casa que ya le es tan conocida, aunque desde los ojos de Soonie luce tan inmensa y distinta. También puede sentir olores que nunca antes había sentido, con pasos cautelosos sube las escaleras en busca de la habitación de Minho, con la intención de tomar una siesta en la cama de Minho y así evitar que ellos hagan sus cochinadas allí, sin embargo,  se detiene al escuchar un siseo provenir unos escalones más adelante, levanta la cabeza encontrándose con Doongie mirándolo atentamente, alzando su erizada cola.

—Tu no eres Soonie —sisea el felino acercándose a él de forma cautelosa.

Un momento... ¿Acaba de entenderlo?

—Eh... Yo —Han no sabe exactamente qué hacer, o como funciona todo eso.

—Por supuesto que no lo es —asegura una voz femenina, es entonces que nota a Dori, la gatita más pequeña—. Pero tiene un aroma familiar ¿O solo soy yo? —sigue hablando, volteando a ver al gato amarillo.

—De hecho —susurra Doongie, dejando de erizarse y meditando un poco—, huele al otro humano que siempre viene, ¿Cómo es que el amo lo llamaba? —voltea a ver a Dori frunciendo las orejas.

—¡Hannie! —exclama Dori y se acerca rápidamente hacia él, frotándose—. ¿Eres tu, verdad?

—Si, pero... No entiendo nada, ¿Alguno de ustedes sabe que está pasando? —los mira confundido, esperando recibir una explicación al menos de ellos.

—Soonie me contó una vez algo de esto —dice Doongie, quien se acerca con algo de cautela—. Pero verlo es completamente nuevo ¿Realmente eres el humano que siempre está con nuestro amo? —olftea con curiosidad.

—¡Oh! Yo recuerdo ese cuento de Soonie —asegura Dori moviendo su cola.

—Ven, vamos a un lugar donde podamos contarte —Doongie deja de observarlo y comienza a avanzar.

Han los mira confuso, pero aún así los sigue, con suerte esos dos gatos serán los únicos que le den una explicación a lo que le está pasando. Sigue a ambos hacia una ventana abierta, ingeniandoselas para seguirlos hasta el tejado de la casa de Minho.

Dónde tiene una vista espectacular de la ciudad.

—Nosotros los gatos contamos con siete vidas —voltea a ver a Doongie al escucharlo comenzar a hablar—. Con suerte algunos logran conservar las siete hasta la vejez, en el caso de Soonie solamente le quedaba una vida y por lo que veo te la cedió.

—¿Qué? —Jisung frunce sus orejas sin comprender.

—La cosa es así —suelta un suspiro y comienza con su explicación—, cuando un humano y un gato son bastante cercanos, y ambos se encuentran al borde de la muerte, el gato puede decidir dar su última vida para salvar al humano, pero eso implica que la alma del humano termine atrapada en el cuerpo del gato, lo que evidentemente paso contigo —Doongie voltea a verlo.

—Okey, creo que entiendo eso, ahora ¿Cómo puedo volver a mi cuerpo humano? —mira a ambos felinos esperando una explicación.

—Cumpliendo el último deseo de Soonie —esta vez es Dori quien habla.

—¿Y ese deseo es...? —mira a ambos esperando que alguno le de una respuesta.

—Alejar a Minju de nuestro amo.

Han parpadea un par de veces, oh, genial, solo tiene que conseguir alejar a la víbora seductora de Minho y todo volverá a ser como antes.

Super fácil.

Si, claro, como no.