capitulo 7

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Minho busca desesperadamente a Soonie por toda su casa, ya es la hora de dormir y este no aparece por ningún lado, su adorada mascota siempre duerme con él, por lo que al darse cuenta de que no llegaba decidió buscarla, encontrando a Doongie dormido en el balcón y a Dori durmiendo bajo el sillón, pero Soonie no se encontraba por ningún lado y eso está comenzando a asustarle.

Podría esperar a mañana y darle oportunidad de que vuelva, pero pensar en que podría estar en quien sabe dónde y en peligro le provoca ansiedad, niega varias veces y abre la puerta de su casa dispuesto a salir a buscarlo, pero justo cuando lo hace un auto se estaciona en frente de su casa, solo le toma unos segundos reconocerlo, es el auto de Minju.

Lo que inevitablemente lo hace rodar los ojos, en esos momentos lo que menos quiere es verla, por lo que está dispuesto a cerrar la puerta de nuevo.

—¡Min, por favor. Espera! —exclama ella apresurandose a llegar frente a él, Minho se resigna y deja la puerta abierta.

—¿Qué quieres Minju? —pregunta cruzándose de brazos y totalmente desconfiado de ella.

—Yo venía a disculparme por lo que pasó en la tarde —dice ella con notable arrepentimiento.

—No me gusta que traten mal a mis gatos —la mira seriamente—. Y para tu información escuché como le hablabas a Soonie.

—Oh. Es que pasaste una mala noche y yo solo quería que descanses un poco, no lo hice con mala intención y no estaba de muy buen humor, en serio perdón, no quise que pienses mal de mi —ella le regala una amable sonrisa, pero Minho sigue sin confiar del todo, aún así decide darle el beneficio de la duda.

—Esta bien, ahora sí me permites, estaba por salir —murmura de mala gana.

—¿Paso algo con Han? —pregunta ella con notable preocupación.

—Es Soonie —susurra Minho decaído.

—¡Oh! Casi lo olvido, justo venía por eso.

El chico ladea la cabeza al ver a la chica volver a su auto, para seguido de eso abre la puerta de copiloto, en cuanto está se abre su adorado Soonie sale disparado de allí, corriendo hasta él. Minho siente un gran alivio al verlo, se agacha y en cuanto el minino se detiene frente a él, lo carga con delicadeza, procurando no lastimar su delicado y pequeño cuerpo.

—Soonie, Dios. Casi me matas de un susto —susurra abrazando más al gato y le dirige una mirada a la chica—. ¿Por qué estaba contigo?

—Me lo encontré de pura casualidad, estaba siendo atacado por un perro y yo lo salve, al ver que era Soonie pensé que debía traertelo de inmediato —dice ella con una dulce sonrisa.

—Muchas gracias, Minju —Minho sonríe, sintiendose tranquilo al tener a su mascota de vuelta.

—Si me das un besito, me daré por bien servida —la chica parpadea de forma tierna.

El pelinegro niega un par de veces y suelta una pequeña risa, se acerca a la chica y le da un corto beso en los labios, aunque antes de poder alejarse, la chica lo toma de la mejillas y hace el beso más largo, Minho solamente se deja besar, pero en cuanto la chica se pega más a él escucha un maullido, recordando que Soonie está en medio de ambos, a lo que se aleja rápidamente.

—Deberias irte a casa, Minju. Ya es tarde —dice Minho mirando a la chica detenidamente.

—¿No puedo quedarme a pasar la noche? —pregunta ella con inocencia—, podríamos incluso jugar un poco —ella enreda uno de sus dedos en un mechón de pelo.

—Por favor, Minju. Mañana tengo trabajo y necesito dormir —rechaza el coqueteo de la chica.

En algún otro momento habría aceptado el juego seductor de Minju, pero en este momento simplemente no tiene cabeza para eso, desde que recibió la noticia de Hannie ha estado sin ánimos de nada, justo ahora lo único que quiere es poder entrar a casa y dormir junto a sus gatos o al menos intentarlo.

—Esta bien, comprendo —murmura con una sonrisa forzada—. Nos vemos luego —se acerca al chico y besa su mejilla.

Minho se queda observando a la chica, una vez que está se va regresa al interior de su hogar, sube las escaleras con Soonie en su brazos, en el camino llama a Doongie y Dori, quienes lo siguen sin dudar, deja a Soonie en la cama y se tumba en esta, cubre su rostro con sus manos sintiendo lágrimas caer de estás.

Sabe que su mejor amigo no está muerto, el sigue vivo, su corazón aún late, solamente tiene que ser paciente y esperar a que esos bonitos ojitos vuelvan a abrirse, solo tiene que esperar un poco para volver a escuchar su melodiosa voz, solo tiene  que esperar y esperar duele tanto, nunca se había dado cuenta de lo vacío que se siente cuando el no está a su alrededor, no se dió cuenta hasta este momento.

Le duele tanto pensar que hay probabilidades de que Jisung nunca más vuelva a despertar, sin haberle dicho lo mucho que se arrepiente de haberle pedido matrimonio a Minju, sin poder decir que realmente esta enamorado de él, pero es tan tonto que todo lo arruina todo.

Se siente un verdadero idiota.

Un maullido lo saca de sus tormentosos pensamientos, aleja sus manos de su rostro y voltea un poco, encontrándose con los grandes ojos de Soonie mirándolo con notable preocupación.

Tal vez son sus pensamientos jugandole en su contra, pero al ver los ojos de Soonie tuvo la sensación de estar viendo a Jisung, como si de alguna forma estuviera tratando de decirle: "No llores, estoy aquí".

—Dios, solo ha pasado un día y hasta siento que te veo en mi gato —niega y suspira mirando al techo—. Necesito que despiertes, Hannie.

Siente un peso menos y voltea justo en el momento en que Soonie baja corriendo de su cama y sale de su habitación, probablemente le dió ganas de ir al arenero, está por levantarse e ir a verlo, pero al escuchar los ronroneos de Dori se detiene, sonríe al verla y deja suaves caricias en su cabeza.

Suelta un largo bostezo y solamente se acurruca junto a Dori, quedándose dormido.

¡Soonie! [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora