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FERMÍN:
Claudia nos había llevado al hotel al que nos íbamos a quedar, mi mente era un completo embrollo, no sabía si hablar con ella sobre lo que sentía o callarmelo. Prefería callarme cómo siempre así que preferí disfrutar el viajecillo.
—Venga futbolistas, bajar que ya hemos llegado —su voz me hace mirarla, estaba tan guapa cómo siempre—
—Díselo todo —Marc me susurra y hace que los demás salgan rápido del coche dejándonos a nosotros dos solos—
—Fermi, que ya hemos llegado.
—Si si perdón —mataría a Marc en estos momentos—
—¿Estás cansado? —su mirada se encuentra con la mía y me pierdo en sus ojitos marrones por un instante, asiento sin decir ninguna palabra—. Ve y descansa, ¿te acompaño hasta tú habitación?
—No, prefiero irme yo solo, no quiero que te pase nada si vuelves al coche —una pequeña sonrisa aparece en sus labios e imito su acción—
Abro la puerta del coche y la cierro empezando a caminar.
—¡Fermín! —me giro al escucharla gritar mi nombre voy hasta dónde está y la miro por la ventana del coche— Toma te la dejabas, buenas noches —me pasa la gorra que llevaba y la cogo con una sonrisilla—
—Buenas noches, descansa Claudia.
Me alejo del coche entrando al hotel suspirando y mirando la gorra mientras camino.
—Tío, ¿se lo has dicho?
Niego ante a la pregunta de Marc y este suspira, camino dejándolo detrás.
—¿Enserio Fermín?, ¿Cuando se lo piensas decir? —este me alcanza y se pone a mi lado mirándome, dirijo mi mirada hacia él frunciendo el ceño algo cansado—.
—No se lo diré nunca, quédate con eso Marc —zanjo el tema entrando a la habitación dejándole afuera—
Dejo la gorra encima de una silla y me quito toda la ropa tirándola al suelo, voy al cuarto de baño y mientras caliento el agua me quito los calzoncillos dejándolos en el suelo, toco un poco el agua con los dedos dándome cuenta de que ya estaba cómo a mi me gustaba, me meto dentro de la ducha dejando que el agua recorra todo mi cuerpo, había sido un día bastante cansado.
Tras unos minutos salgo de la ducha secandome el pelo con la toalla, luego me la enrollo por la cintura saliendo del baño, cierro las cortinas y me quito la toalla poniéndome los pantalones del pijama, me acuesto en la cama cayendo rendido en brazos de morfeo.
CLAUDIA:
Llegué a casa una vez dejé a los chicos, subí las escaleras hacia mi habitación, hoy estaba bastante cansada cómo para ducharme a estas horas, me quité la ropa y me puse el pijama acostándome en la cama, al poco rato me dormí.
[...]
Al día siguiente llegué a la playa con mi cooper aparcándolo, bajé del coche y caminé entrando a la playa, la arena quemaba un poco.
—¡Claudieta, aquí! —miré de dónde provenía la voz y ví a los chicos así que me acerqué dónde estaban, dejé la toalla sobre la arena sentándome en ella—
—¿Fermín y Marc se han ido de la isla ya? —pregunté al no verlos—
—Están en el hotel, habían dicho que ya venían —Balde me aclara y asiento— Mira, de hecho allí están.
Miro a Marc y a Fermín mientras estos dos iban hablando tranquilamente, Marc nos señala y estos se acercan poniendo sus toallas en la arena.
