Definición de amor

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Adam sabía que había cruzado una línea, pero se sintió incapaz de contenerse. Se arrepintió tan pronto como las palabras escaparon de sus labios, pero era como si una oleada de ira, acumulada desde el día en que despertó solo en esa cama, hubiera estallado de repente. ¿Intentó ser amable? ¿Después de haberle hecho revivir ese sentimiento de abandono? Qué hipócrita.

No había malentendidos; después de escuchar la explicación de Lucifer, Adam comprendió que no se proponía lastimarlo. Pero eso no lo excusaba ni explicaba por qué pensó que era buena idea dejarlo solo después de una noche en la que compartieron tanto, en la que ambos fueron tan vulnerables el uno con el otro después de tanto tiempo. Todo lo que necesitaba era tiempo y espacio, pero Lucifer no se lo había concedido, por eso sus palabras venenosas salieron sin control. Había estado en piloto automático durante días, pero ahora, cuando finalmente quería estar solo, no pudo lograrlo. En ese momento, no le importó cómo Lucifer se sintiera; necesitaba desahogar su ira.

Si algo se quebró dentro de él al ver la expresión en el rostro de Lucifer después de oír sus palabras, eso no era asunto nuestro. Adam decidió darse una ducha y luego salir al jardín; al menos ya conocía el palacio lo suficiente como para dar un paseo nocturno y despejarse. Solo eso necesitaba: unos días sin Lucifer.

Se dirigió al baño y se despojó de la ropa mientras la bañera se llenaba. Dejó sus alas desplegadas mientras se miraba en el espejo. Se sintió incómodo al ver unos cuernos en lugar de su halo, debía admitir que no le sentaban mal, aunque claro, pocas cosas había que no le sentaran bien. Se acarició los pequeños cuernos, necesitaba tocarlos para comprender que eran reales y no una alucinación. Entonces vinieron a su mente las caricias de Lucifer, tan gentiles, tan apasionadas... y se le revolvió el estómago.

Con ese pensamiento en mente, se sumergió en la bañera, dejando que el agua relajara sus músculos y su agitado corazón. Seguramente Lucifer estaría bien, no creía que le afectara demasiado. En unos días, se le pasaría y volvería a tenerlo vigilado las veinticuatro horas del día. Cuando eso ocurriera, Adam pensó, estaría preparado para hablar y, quizás, solucionar las cosas... Ya se ocuparía de su redención en otro momento. Cuando le dijo a Lucifer que quería redimirse lo antes posible, en realidad lo hizo por propia ira; ya no tenía prisa. Después de que el cielo no se hubiera preocupado por él... Adam no era idiota, sabía que el cielo era consciente de su caída. El hecho de que no se hubieran comunicado con él, ni siquiera Lute, le hizo replantearse el tiempo que había pasado allí.

Resultaba irónico que el único que se había preocupado por él fuera su supuesto enemigo, con quien había compartido un odio mutuo durante toda la eternidad.

Adam salió de la bañera una hora después, se vistió con una túnica que encontró en el armario y abandonó la habitación. El palacio estaba envuelto en silencio, solo interrumpido por el susurro de las criaturas infernales y ocasionalmente algunos gritos a lo lejos. Aunque el infierno difería del cielo en muchos aspectos, tenía su propio encanto. Adam descendió las escaleras y se sentó frente a la fuente, observando a las criaturas que la habitaban mientras daban vueltas y se peleaban entre sí. ¿Dónde se habría metido Lucifer?

El infierno poseía una temperatura peculiar; no era sofocante, pero sí cálido. En el cielo, las estaciones cambiaban, pero aquí parecía que el tiempo se había detenido, y de alguna manera eso le agradaba. La calidez... le recordaba al Edén, evocando sentimientos encontrados.

Recordó la primera vez que vio a Lucifer después de una siesta en los jardines del Edén. Parecía ayer cuando se quedó dormido bajo un árbol y al despertar, una figura, aparentemente humana pero imbuida con un aura divina, lo observaba detenidamente. Sus miradas se encontraron y su corazón dio un vuelco. Ambos quedaron hipnotizados el uno por el otro, con una mezcla de curiosidad y expectación, marcando así el inicio de su extraña y distorsionada relación.

Entre la luz y la oscuridad (adamsapple)_(versión español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora