《5》

76 15 1
                                    

Cupido ascendió las escalinatas del majestuoso templo de Afrodita con una mezcla de curiosidad y aprensión

Sabía que su madre no lo había convocado sin motivo, y la incertidumbre lo envolvía mientras se adentraba en el sagrado recinto.

Al entrar en el templo, fue recibido por la presencia radiante de Afrodita, cuya belleza parecía iluminar la estancia.

La diosa del amor lo recibió con una sonrisa cálida, pero sus ojos brillaban con un propósito claro.

- Querido hijo -comenzó Afrodita, su voz resonando en las paredes del templo -he estado pensando en tu futuro, y creo que es hora de que conozcas a alguien especial.

Cupido arqueó una ceja, preguntándose qué trama tenía su madre entre manos.

-¿Alguien especial?- repitió con curiosidad.

- Sí - confirmó Afrodita, su sonrisa ampliándose -He organizado una cita para ti con Cami. Creo que así podrán preparar todo para anunciar su boda en la fiesta del milenio que dices?

Cupido se quedó atónito ante la noticia. No esperaba que su madre interviniera de esta manera en su vida amorosa.

- Pero madre, ¿por qué?, no me quiero casar con ella - preguntó, desconcertado.

Afrodita le dio una mirada significativa.

-Hijo mío, confía en mí, soy tu madre. Esta cita podría ser el comienzo de algo maravilloso para ti, dejarías esa tontería con Zeus y te concentrarás en cosas importantes - dijo con convicción.

Cupido frunció el ceño ante la revelación de su madre, sintiendo un nudo de incomodidad en el estómago.

- Madre, no estoy seguro de que sea una buena idea, no me gusta ella... y... yo amo a alguien, que... me gusta... no voy a deja todo por esa chica - comenzó a protestar, pero Afrodita lo interrumpió con una mirada penetrante.

- No se trata de lo que pienses o quira Cupido - dijo Afrodita con voz firme, su aura adquiriendo un matiz amenazante. - Es una orden. Como diosa del amor, ni como tu madre, sé lo que es mejor para ti, y esta cita es una oportunidad que no puedes rechazar.

Cupido se sintió acorralado por la determinación de su madre y sus palabras cargadas de autoridad.

Aunque ya conocía a Cami, la ayudante de los dioses, y había decidido no aceptarla como pareja, se vio obligado a ceder ante la insistencia de Afrodita y por alguna razón no podía decir que no.

-Está bien, madre- suspiró resignado, sabiendo que no tenía otra opción. - Iré a la cita con Cami, pero no se si pueda aceptarla como mi compañera.

Afrodita asintió con satisfacción, su expresión suavizándose ligeramente.

- Es todo lo que te pido, querido hijo- , dijo con dulzura. - Confía en mí, esta cita podría ser el comienzo de algo hermoso para ti, podríamos anunciar tu compromiso en la fiesta del milenio... empezare a organizar too amor - Con eso, Afrodita dio por concluida la conversación, dejando a Cupido sumido en sus pensamientos mientras se preparaba mentalmente para el encuentro con Cami.

La cita con Cami estaba programada para esa misma tarde en un tranquilo campo de rosas cerca del templo de Afrodita.

Cupido llegó unos minutos antes de la hora acordada, sintiendo el peso de la incertidumbre sobre sus hombros mientras esperaba a su pretendiente entre la fragancia embriagadora de las flores.

Cami llegó puntualmente, con una sonrisa radiante y un brillo de emoción en los ojos.

Se acercó a Cupido con entusiasmo desbordante, tomando su mano entre las suyas y depositando un beso en su mejilla.

DiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora