Te escribo desde el abismo de mi alma, donde la oscuridad del dolor me envuelve en un manto de desesperación y angustia. Hoy, mi corazón se ha partido en mil pedazos con la partida de mi amado Gogo, mi compañero de vida durante 60 años, cuyo amor iluminaba mi existencia como ninguna otra luz en este mundo.
La pérdida de Gogo a la edad de 81 años ha dejado un vacío inmenso en mi corazón, un vacío que ninguna cantidad de tiempo o consuelo podrá llenar. Cada recuerdo, cada gesto de amor compartido, cada momento de complicidad, ahora se convierten en dagas que perforan mi alma, recordándome dolorosamente lo que he perdido.
Ver a nuestro hijo, cuya juventud resplandece como un faro en medio de mi oscuridad, es tanto una bendición como una tortura. Su presencia, tan viva y llena de promesas, me recuerda constantemente la fugacidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte. Es un cruel recordatorio de que la juventud es efímera y que el tiempo, implacable, nos arrebata lo que más amamos.
En este momento de profundo dolor y desesperación, he tomado una decisión que sé que será difícil, pero necesaria para mi propia sanación. He decidido regresar al Olimpo, el lugar que una vez dejé atrás en busca de amor y felicidad en el mundo mortal. Mi hogar en la Tierra ahora está teñido de recuerdos dolorosos que prefiero dejar atrás, y siento que es hora de volver a mis raíces divinas en busca de consuelo y paz.
Junto a nuestro hijo, nos embarcaremos en el viaje de regreso al Olimpo, donde espero encontrar consuelo en los brazos de mis seres queridos y la paz que tanto anhelo. Pero esta vez, las cosas serán diferentes. Esta vez, no permitiré que mi madre, Afrodita, dicte el curso de mi vida. Viviré mi vida y la de nuestro hijo a mi manera, sin restricciones ni expectativas impuestas por otros.
Aunque sé que el dolor nunca desaparecerá por completo, confío en que con el tiempo pueda encontrar la fuerza para seguir adelante, llevando el amor y el recuerdo de Gogo en mi corazón para siempre.
Es una despedida con todo mi amor y dolor.
Izuku Midoriya...
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el peliverde cerró el sobre acomodándola con el resto en el pequeño cofre que una ves su amiga melissa le regalo
Tomo el cofre y la maleta con las cosas de su ser amado y se dispuso a salir, afuera estaba su hijo con su maleta leyendo un libro
- listo chico?
- si...
Aquel chico de 57 años solo era un niño para el joven dios de más de tres mil años, no quiere perder a su hijo y espera jamás hacerlo.
Suspira y salen del departamento entregándole las llaves al casera despidiéndose para poder ir a la entrada del olimpo en japon, en este momento viven en Colombia así que les queda un largo viaje por delante que ambos harán juntos, pues el chico ama a su padre y el dios a su hijo y ahora con una mente y perspectiva diferentes cambiará las cosas que hay en el Olimpo...
Fim.
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Diosos
Fiksi Penggemarun dios joven avaro y engreido, pensado que esta por encima de todos, se la pasa bebiendo con los otros dioses más viejos y divirtiéndose en el mundo humano, piensa que lo tiene todo hasta que otro dios llega al olimpo, un dios viejo que vivió gran...