La mañana es fría y gris. Las nubes cubren por completo el cielo, haciendo que todo se vea oscuro y triste. Pues va bien con mis sentimientos.
Desayunamos jalea con fruta, leche y tostadas con queso. Otra vez me cuesta terminar, pero lo hago, y finjo que no estoy a punto de explotar mientras regresamos a los cuartos para asearnos.
- Eh, Cassie.
Miro a Vic por el espejo, lavándome los dientes.
- ¿Mmm? - emito un sonido de pregunta, terminando con el lavado justo a tiempo.– Dime.
- Han venido a adoptar, ven a elegir tu ropa y bajemos a conocer a la pareja. Dicen que son muy agradables, buscan a una niña, porque perdieron a su bebé. No te preocupes, ya fueron a terapia y son un muy buen partido.
Asiento y voy al cuarto, viendo a la misma mujer que me guió el primer día. Está ayudando a Bea a ponerse un vestido, y una muchacha de pelo negro y bajita ayuda a Sophie a hacerse un peinado algo más elaborado.
Pronto me veo envuelta en lo mismo, y cuando acabo llevo un vestido rosa pastel con pequeñas flores blancas. Un lazo del mismo color aprieta mi cintura para "darle forma", y me pusieron zapatos de un rosa algo más oscuro.
Dejo que me acomoden el cabello en una trenza, dejándola sobre mi hombro izquierdo.
- Todas abajo, vamos. Las otras habitaciones ya están listas. - nos apura la de pelo negro.– Los señores Green no esperarán para siempre.
Llegamos a una sala, donde hay una pareja joven sentada en un sofá acolchado beige. Las chicas formamos una fila y ellos nos observan. La mujer de la pareja tiene la piel blanca como porcelana, impecable. Cabello castaño claro y ojos verdosos. En cambio, el hombre, tiene piel más oscura, cabello rizado negro y ojos oscuros.
Finalmente nos dejan "jugar" y hablar entre nosotras. La pareja se acerca, le hace preguntas a algunas de las chicas, y juegan con otras. Acaban eligiendo a Sophie, quien lleva un vestido blanco con detalles azules y morados pastel.
- Muy bien. ¿Pueden seguirnos por aquí?
Bea y Anna se acercan a Sophie para felicitarla, hablar con ella y darle palabras de aliento. Yo solo vuelvo al cuarto, me pongo el uniforme del orfanato y ordeno mi espacio. Ahora tenemos tiempo libre, así que me acurruco a leer.
Han pasado al rededor de 7 meses. No estoy segura, desistí de contar los días.
Sophie y Victoria fueron adoptadas. Beatriz tiene posibilidades de salir de aquí, pues descubrieron a un familiar lejano que desea cuidarla. Yo le sonrío, tratando de darle aliento.
En cuanto a Anna, nada que decir. Tiene 16, no falta mucho para que cumpla la mayoría de edad, ¿no? Puede valerse por sí misma cuando salga. Sus padres le dejaron herencia, así que obtendrá dinero y una casa en el campo cuando tenga 18.
Suspiro, pensando si a mí me pasará lo que le pasa a Anna. ¿Tendré que esperar 4 años a salir de aquí? ¿Vendrá alguna pareja dispuesta a adoptar a una chica de 14 años? Seguro que no, todos prefieren a niños más pequeños y que no hayan sido secuestrados.
- Jefferds, ven, un hombre quiere conocerte para adoptarte.
Sorprendida, miro a la pelinegra, que aprendí que se llama Samantha. Me cambio rápidamente el uniforme a un vestido verde con corazones y me cepillo el cabello para bajar a ver a ese hombre. La ansiedad me come por dentro, haciéndome sudar y apretar las manos.
Entramos en una oficina y ahí sentado está el agente Aaron Hotchner, serio, imponente. La camisa se marca en su cuerpo, lleva una corbata negra que combina con sus pantalones de traje.
- Hola, Cassie.
Casi me empiezo a reir de los nervios, pero en su lugar me acerco y lo miro mientras rellenan unos formularios. No sonríe, pero estira un poco los labios y me revuelve el cabello.
- Entonces, está todo listo para la adopción. Guarda tus cosas, Cassie. Te vas con el señor Hotchner después de un largo proceso de 8 meses.
¿8 meses? Dios, pensé que habían pasado solo 7. Asiento hacia Anna, que sonríe mientras yo guardo mis cosas. La pequeña mochila está tan vacía como el primer día.
Abrazo a mis compañeras restantes y me voy, emocionadísima por dejar esta casa. No es mal orfanato, pero es un orfanato, y no me gusta la idea. Pero ya me voy.
- Vamos, Cassie. Te espera una sorpresa en casa.
Casa. Saboreo la palabra y sonrío mientras salimos del orfanato. Aaron sujeta mi mano y carga mi mochila con la otra, avanzando hacia su coche.
En mi vida creí estar haciendo esto de nuevo, pero, vaya, vuelvo a estar en un coche con un agente del FBI, más específicamente, con Aaron Hotchner de la UAC.
Trato de no sonreír, pero mis esfuerzos son en vano. Tengo la sonrisa gigante de un loco, pero me importa una mierda. ¡Podré ver al agente Derek! No se me ocurre nada mejor que eso, la verdad.
- Oye, Cassie, cuando lleguemos a casa tenemos que hablar de reglas y castigos, ¿de acuerdo?
- Sí, señor.
- Puedes decirme Aaron, Cassie. O papá, como te sientas cómoda.
Sorprendida, me muerdo el labio con algo de fuerza. Dios, sí, quiero decirle papá a todas horas, lo más que pueda, todo el jodido tiempo. Emocionada y con algo de ansiedad en el pecho, separo los labios para decirle lo que más he deseado decir, papá.
No sale ningún sonido de mi boca, más que un quejido ahogado. Trago saliba y miro a Aaron, quien no parece esperar nada, pero está pendiente de mi respuesta.
- Lo haré, p... Aaron. Gracias. - sonrió de nuevo, tratando de fingir que no me interrumpí a mi misma.– Y... ¿veremos a ver al agente Derek?
- Sí, varias veces, y también al resto de los agentes. A la agente Prentiss, JJ, Rossi, Reid y García.
- Le debo unas disculpas a la agente Prentiss. Fui grosera con ella la primera vez que nos vimos. Y la última, vaya, hace mucho que pasó.
- Lo sé. Ya llegamos.
Miro por la ventana el edificio, los apartamentos. En uno de ellos está la luz encendida. Veo a un niño chiquito asomado, de unos 4 o 5 años. Su cabello corto y de un tono claro, probablemente rubio o castaño claro, su rostro inocente.
- ¿Ese es tu hijo?
- ¿Quién? ¿El de la ventana?
- Sí, ese.
- Es mi pequeño. Se llama Jack.
Alzo las cejas, sorprendida y contenta por tener un hermano menor. Mi familia soñada, Dios, aunque falta la madre, pero, ¿qué mierda me importa? Me basta y sobra con Aaron y con Jack.
- Vamos, Cassie. Llegamos a casa.
A casa.

ESTÁS LEYENDO
Family
FanfictionAaron Hotchner vive por su trabajo. Pero Cassie Jefferds necesita un padre. Él no es un hombre de familia, hasta que ella aparece en la vida de Aaron. ¿Podrán vivir juntos? ¡Spanking paternal! Esto no es una guía, no se lo tomen en serio.