Mafia issues ( Beomgyu x TXT )

Capitulo 12

Soobin llevó a Beomgyu junto con los demás. Ellos vestian con los trajes tan costosos que siempre utilizaban, lucían increíblemente poderosos.

— Que hace Beomgyu aquí? — Yeonjun preguntó con una expresión muy dura.

Soobin le miró con pereza y posó su mano sobre la espalda baja de Beomgyu para que caminara hacia los guarda espaldas que se encontraban esperándolos frente al gran coche que los llevaría a la fiesta.

— El irá, no es obvio? Me pediste que llevara a una de nuestras putas. — Soobin le contestó sin gracia y luego hizo el ademán de colocarse bien el reloj de oro en su muñeca.

Yeonjun estaba muy quieto, observándolo con una combinación de emociones. Su mirada se oscurecía a cada segundo que pasaba.

— Tienes algún problema con el? — Soobin preguntó sin interés y se encaminó al coche. — me dijiste que trajera al mejor. Eso hice.

Yeonjun de nuevo no dijo nada por un par de segundos. Unos segundos muy largos. Kai y Taehyun fueron hacia el coche sin decir nada.

— Bien. — contestó al fin. Con voz grave y cortante.

Una vez todos estuvieron listos el conductor les llevó hacia su destino. Yeonjun mantenía aquella mirada tan fría, incluso parecía estar apunto de sacar la pistola que llevaba en el bolsillo y disparar al conductor.

Con una sonrisa incrédula Soobin miró a Beomgyu que se encontraba en total silencio en su siento.

Su ceño se frunció. Beomgyu era muy hablador, nunca le había gustado la gente así, pero el chico era interesante de escuchar. Le gustaba su voz y sobre todo las sonrisas brillantes que adornaban su rostro cada vez que le contaba algo que le hacía muy feliz.

Pero ahora estaba decaído. Su semblante serio y un puchero asomándose en sus labios rosáceos.

Apartó la mirada. No podía hacer nada al respecto. Beomgyu no era más que uno más de las muchas putas que tenían y que les servían a ellos hasta el día en el que se cansaran. Por supuesto, no iban a matarlo. Pero se desharían de él. Como hicieron con todos los demás.

El único problema es que no veía fin a su obsesión por el chico. Porque tenía más que claro que estaba obsesionándose por el. En el sentido de que no podía dejar de echarle pequeñas miradas al verle callado y desde que llegó, no pudo quitárselo de la cabeza. Incluso joder con el era una droga, algo que se había vuelto necesario en su sistema. Pero sobre todo, tenerlo sobre el, acurrucado, confiando en el como si fuera un hombre con el que se podría sentir seguro.

Y no lo era. Pero malditamente le encantaba que Beomgyu se aferrara a él de forma tan necesitada.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando el chofer anunció la llegada al centro de prostitucion: hombres forrados en dinero, mugrientos y con hambre de chicos y chicas jóvenes a los que follarse.

Sus guardaespaldas enseguida se pusieron en doble fila para protegerlos hasta entrar a las instalaciones y luego se mantuvieron cerca.

Por el camino le dirigió pequeñas miradas a Beomgyu, quien seguía cabiz bajo pero ahora se veía mucho más tenso.

Les recibió una mujer con una máscara, iba casi desnuda, solo le tapaba la vagina una pequeña braga de encaje y las tetas un trozo de tela.

Esta después de revisar la lista de invitados les abrió la puerta para que pasaran y les guió hacia unos asientos desocupados. Cuando finalizó su trabajo hizo una reverencia y se marchó, zarandeando sus caderas con gracia.

Volvió a darle otra mirada a Beomgyu pero este estaba ocupado mirando todo el lugar con miedo.

Todos sabían lo que iba a suceder.
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