Capítulo XI segunda parte

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Narra Katniss

... el sinsajo, el pin dorado al que he representado durante todos estos años.

 - Katniss, tienes que volver, teneis que volver -nos dice Effie en un tono lleno de esperanzas, mientras que apoya el objeto dorado encima de la mesita que nos separa-.

   Noto la mirada de Peeta y los niños sobre mi mientras que yo intento tomar la decisión más adecuada.

 - No sé Effie, ahora ya no estoy sola en esto, tengo demasiado que perder y muy poco que ganar, tengo una familia que cuidar y proteger -digo con toda la tranquilidad que puedo reunir-.

 - Mira Katniss, nadie salvo Beatrice tiene la culpa de todo esto, y soy consciente de que vosotros tuvisteis un pasado demasiado difícil, y no os merecéis lo que os estamos pidiendo que hagáis -dice suspirando, sin perder su perfecta postura-, por eso nadie se merece volver a sufrir lo que nosotros ya sufrimos en su tiempo, necesitan a alguien que los saque de esta. Y ese alguien eres tú y tu familia.

 - Lo que pasa es que ya no quiero ser yo - le respondo en un tono grave y frío -.

 - Katniss, me cuesta admitirlo pero la pelirrosa tiene razón, tienes, es decir, teneis, que ayudarnos en esto -dice Johanna a la vez que Effie le lanza una mirada asesina-.

 - Imagina que por un casual acepta, bueno aceptamos vuestra oferta, -interviene Peeta- cuál sería el plan?

 - ¿Un resumen? -pregunta Johanna, que recibe un asentimiento por parte mía y de Peeta-

 - Entrenaríais para los juegos todas las mañanas hasta que llegue el día en el que os tengáis que ir al Capitolio, una vez allí haréis aliados, en el desfile arderéis, y en la entrevista del día anterior os mostraréis como la familia preferida de Panem. Una vez en la arena solo os queda sobrevivir y contar con la ayuda de Haymitch, vuestro mentor, y de Plutarch, el supervisor de los juegos de este año -empieza a hablar Johanna-.

 - Y, ¿después que vendría? ¿Ser mentores y que Olivia y Finnick se vean obligados a contraer matrimonio con los hijos de la otra familia ganadora o tener una muerte segura como regalo de victoria de Beatrice? -pregunto sin poder ocultar el sarcasmo y el enfado en mi voz-.

 - Ninguna de las dos cosas, porque tenemos planeado matarla cuando ganéis o en la boda aun no lo sabemos, tendríamos que hablarlo y planearlo todos juntos cuando aceptéis el trato, si lo aceptáis -sigue Effie-.

  Mi cabeza en estos momentos está hecha un completo desastre, al igual que el resto de mi familia. No sé muy bien que decir ni que hacer, esta vez no es solo mi opinión, ni la de Peeta, Olivia y Finnick también tienen derecho a opinar, porque su futuro y sus vidas están en juego, y no les voy a obligar a hacer nada que no quieran hacer.

 - No tenéis que decidir ni decirnos nada ahora -dice Effie al ver duda y confusión en nuestras caras- volveremos dentro de dos días para que lo podáis pensar bien y tomar una decisión, que seguro que es la más correcta. Prometedme que al menos lo pensaréis ¿vale?

 - Vale.

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  Después de charlar un poco más con Effie y Johanna de cosas tribiales, los mayores fuimos a la cocina para preparar la comida mientras que Olivia y Finnick ponían la mesa. Pasamos toda la comida hablando de diversos temas, entre ellos el incidente de los niños en el colegio y de los estragos que causan los nuevos agentes de la paz de Beatrice y el resto de lo que quedaba de la tarde salimos a dar un paseo por el distrito doce.

  A eso de las ocho de la tarde Effie y Johanna se fueron a sus respectivas casas, y nosotros cenamos y mandamos a los niños a la cama (ya que mañana tenían colegio).

 - ¿Qué vas a hacer? -me pregunta Peeta cuando ya estamos en nuestra habitación, yo tirada en la cama y él de pie frente al armario poniéndose el pijama.

 - Dirás, ¿qué vamos a hacer? -le respondo-

 - Katniss, creo que tu eres la que tienes que decidir esto, tú ya fuiste el símbolo de la rebelión y tú siempre has hecho lo mejor para  tu familia y para todos -dice Peeta sentándose en el borde de su lado de la cama-.

- ¿Qué? -pregunto asombrada- Peeta esto es distinto antes estaba yo sola para proteger a mi familia y a la gente, pero, ahora cuento con una familia a la que quiero y de la que depende no sólo nuestras vidas si no la de Finnick y Olivia. No estoy dispuesta a dejar que sufran todo lo nosotros hemos sufrido y no puedo hacerlo sola, no quiero. Quiero estar contigo en esto y en todo.

  Peeta se gira hacia mi y une nuestros labios en un largo y maravilloso beso. Cuando nos separamos a los pocos segundos para coger aire, Peeta aprovecha para darme un abrazo de oso con el que él acaba encima de mí, envolviéndome con sus fuertes brazos.

  - Siempre estaré contigo -me responde con un susurro en mi oreja-.

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*BOMBA EVERLARK*

 Gracias por esperar tanto por este capítulo y por los comentarios que me habéis dejado en el capítulo anterior, sois los mejores.

  Espero que os guste este capítulo,

~tessa~



Los Juegos del Hambre   El RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora