Su mirada se cruzó en aquel campo de fútbol. Antiguamente, él hubiera matado por esa mirada que le proporcionaba aquel delantero por el que tantas chicas se morían, sin embargo, hoy la sentía realmente incómoda. Desde las gradas, Isagi apartó la mirada en busca de un chico del otro equipo: Nagi. Era mejor centrarse en él que en su ex novio, sin embargo, no podía evitar mirar de reojo a Rin de vez en cuando, sólo por saber si ese chico seguía fijo en él. ¡Sí! No apartaba sus ojos de él casi sorprendido por verle allí.
Desde que se lesionó, jamás volvió a verle. Él nunca fue al hospital de visita, no dijo nada, no respondió a sus mensajes, ni le llamó por teléfono. Desapareció. Simplemente eso, se lesionó y ese chico desapareció de su vida como si nunca hubiera existido, como si jamás hubieran jugado juntos, como si no hubieran sido absolutamente nada.
Ahora estaba allí, separado de él por un trozo de campo y un encuentro. Rin no podría ir hasta donde se encontraba Isagi, tenía que jugar el partido y desde luego, Isagi pensaba irse antes de que terminase para evitarle a toda costa.
Pensándolo fríamente... ni siquiera debió haber ido, pero se dejó convencer por la energía y vitalidad de Bachira. Él insistió mucho durante esa noche para que fuera a ver el partido y al final, no pudo negarse más y acabó aceptando. Ahora, se arrepentía un poco, debió ser más fuerte y no dejarse embaucar o camelar por sus rostros de niño pequeño. Bachira solía ponerlos cuando quería conseguir algo y él era débil ante ellos.
Estaba absorto en esos pensamientos cuando entonces, se dio cuenta de algo más importante. Nagi también le observaba. Había estado buscándole en las gradas y ahora, por fin le había encontrado.
¡El encuentro dio comienzo! El equipo de Nagi fue quién ganó la elección al lanzar la moneda, eligiendo la pelota desde el inicio. El primer gol no fue algo complicado para el equipo local pero era algo que Isagi suponía que ocurriría más o menos pronto. Los inicios de partido era donde Rin más observaba a sus rivales para descubrir sus patrones, no dejaría mucha más ventaja.
Tal y como supuso, el segundo gol ya no llegó. Rin empezó a controlar el campo, bloqueando a todos los rivales, manejando a todos los jugadores a su antojo, incluido a Nagi que intentaba desmarcarse sin demasiado éxito.
¡Una tortura! Es lo que era ver ese partido. Cuando miraba a los ojos de Nagi, agotado de correr, driblar y sobre todo de controlar el balón para intentar jugadas que siempre acababan fallidas, le hacía sentirse mal, tanto, como para en el descanso ir hacia los vestuarios donde estaban los del equipo universitario.
Ni siquiera sabía qué decirle a Nagi y al resto del equipo ni los conocía, así que, a medida que avanzaba pensaba en cómo abordaría el tema. ¡Dudó! Frente a la puerta del vestuario las dudas se intensificaron. Tampoco conocía demasiado a Nagi como para saber qué decirle o cómo podría reaccionar ante él. En esos momentos de extrema tensión, cuando sabes que vas a perder el partido y te invade la frustración, la impotencia y el desánimo... no muchos reaccionaban bien.
Él solía ofuscarse mucho y se desanimaba rápidamente en esos momentos. Pensaba y pensaba opciones pero su mundo se reducía cada vez más y no parecía encontrar salidas. Muchas veces era Bachira el que le alentaba y le daba esperanzas de que podían ganar, al menos fue así hasta que Rin entró en su equipo. Rin no solía perder. Era bueno en todo lo que hacía, al menos eso pensó hasta que mantuvo una relación con él, porque desde luego, si podía decir algo en lo que Rin no destacaba en absoluto, era en sus relaciones personales.
Con la mano levantada para tocar a la puerta, se quedó estático. No era buena idea, pero no le dio tiempo tampoco a marcharse, la puerta se abrió súbitamente dejando salir al entrenador del equipo. Se encontraron frente a frente.
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Sueños rotos (Blue Lock: Nagi-Isagi)
ФанфикTras una grave lesión y una mala ruptura con su pareja, Isagi regresa a la universidad, sin embargo, su sueño de convertirse en el mejor delantero ha quedado hecho añicos. Sin fuerzas para regresar al equipo, queriendo ser invisible, acaba entrenand...