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✦┆ ¿Y después qué?
✧┆A pesar de todos los obstáculos
✧┆Do Hee y Gu Won pudieron presu-
✧┆mir un final feliz. Pero como toda
✧┆felicidad, no es eterna.
✧┆Gu Won es un inmortal demonio...
─ ¡Otra! ─ se posicionó de cuclillas y enfocó la mirada ─ otra más...
─ Creo que ya son suficientes
─ ¡Espera no!
─ Gu Won... Me da vergüenza
Y lo cierto es que cualquiera en su situación también la sentiría. Hacía más de cinco minutos que posaba frente a la cámara y cada vez que pretendía retirarse para dar paso a otra persona Gu won insistía en tomar otra más
─ ¿Te avergüenzo?
─ ¡No! Pero ya me has sacado muchas fotos
─ Que culpa tendré yo si eres tan linda.
Para la suerte de la muchacha bajó la cámara y adentraron en la torre. Gu Won la rodeó con su brazo acercandola a sí hasta que Do Hee habló ─ ¿sabes porque se llama Torre de la Doncella?
─ ¿Porque?
─ Cuenta la leyenda que un hombre mandó construir esta torre en esta pequeña isla aislada cuando acordó el matrimonio con su amada, para que nadie les molestase. Estaba locamente enamorado que lo único que deseaba era estar con ella, día, tarde y noche. Según la población logró su cometido, nadie más tenía acceso a la tarde salvo ellos dos, y en cuanto casualmente veían a la novia desde la ventana, decían que su rostro irradiaba alegría. ¿No te parece romántico?
─ Suena a la historia de amor que tienes con tu oficina ─ bromeó, pero solo logró que su mujer le fulminase con la mirada ─ Si es muy romántico. Pero yo a ti te construiría un palacio.
Do Hee rió y apoyó su cabeza en su pecho, observando juntos el horizonte que a lo lejano se mezclaba con el despejado cielo.
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Habían decidido aprovechar la semana de vacaciones de Do Hee para viajar y descansar en algún lugar lejano y ajeno al papeleo.
La pelinegra tomó un sorbo de su té, tumbada en el sofá de su hotel ─ Definitivamente tenemos que viajar más. Esto es maravilloso.
─ Oh, sí, concuerdo. Deja de trabajar más seguido, cielo
─ ¿Que acaso tú no trabajas?
─ ts ─ chasqueó la lengua fingiendo indignación ─ Pues claro, soy tu esposo. La señora Joo me contactó y pagó para que me dedicase a esto hasta el final
Do Hee rió estrepitosamente y tiró un cogín a su marido. ─ Bobo.
Gu Won en cambio aprovechó la ocasión y se abalanzó sobre ella abrazándola ─ Seriamente, dime lo que quieras y yo te lo daré. Prometo pasearte por todo el mundo si así lo deseas. ─ Acto seguido le brindó un beso.
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