Capítulo 7

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Los ángeles se encontraban lidiando con una docena de Kaioshines que reían entre ellos e iban volando con alegría de un lado a otro, incluso Gowas hablaba con más ánimos con los ángeles.

No entendían porque se comportaban de ese modo pero solo podían seguirles la corriente mientras pensaban en alguna solución.

-El señor Ramoosh es muy gritón, aún así es agradable- sonreía con alegría mientras hablaba de sus dios destructor.

Whis escuchaba en silencio con una ligera sonrisa -Es bueno saber que le agrada el señor Ramoosh.

-Usualmente los supremos Kaiosamas no los soportan- Mojito soltó un par de risitas mientras hablaba haciendo referencia a la complicada relación que Rou tenía con Sidra.

-Bueno, si es un poco molesto pero es alguien muy...- Gowas se quedó en silencio sin saber muy bien cómo describir a aquel elefante, aquello llamó la atención de los ángeles y sólo lo miraban en silencio, esperando a que continuara.

-Es muy...- Campari le dió ánimos de continuar pero el anciano Kaioshin no decía nada.

-Hmm... Digamos que es alguien de cierto modo amigable- tras unos segundos de silencio Whis se decidió por intentar completar la frase de Gowas.

-Si, eso mismo- Gowas río ante las palabras de el ángel de Bills.

Todos soltaron unas risitas ante la informalidad con la que Gowas se expresaba, suponiendo que solo estaba demasiado feliz como para pensar en las etiquetas.

-Señor Whis, señor Whis- Shin llegó volando con algunas flores raramente bonitas en las manos -¿Cree que le gusten al señor Bills?- le mostró aquel pequeño ramo y esperó en silencio una respuesta.

-Hmm...- Whis lo miró con confusión, sin entender el porque de su pregunta -¿Desea regalarle eso al señor Bills?- Shin asintió con alegría -Oh, jojojo, me temo que al señor Bills le gustaría más un gran banquete.

Shin suspiró con decepción ante la respuesta de Whis -Hmm... Entonces iré a cocinar algo- se dió la vuelta con intenciones de irse pero fue detenido ante la voz confusa de aquel ángel.

-Digame, ¿por qué desea hacerle un regalo al señor Bills?- lo miró con confusión y Shin solo pudo mirar de un lado a otro con nerviosismo, aquello llamó la atención de los presentes y causó la risa de Gowas.

-Oh, joven Shin, usted sabe de sobra que a los dioses no se les conquista de una forma tan sencilla- todos miraron con confusión al anciano Kaioshin y este solo reía mientras tomaba de su taza de té con alegría.

-Entonces... ¿Me podría dar alguna solución?- Shin voló hasta estar cerca del supremo Kaiosama del décimo universo y ambos empezaron a hablar sobre cosas que los ángeles no llegaban a entender.

-Esta situación me parece más extraña a cada segundo que pasa- comentó Mojito con un tono de preocupación.

-Estoy de acuerdo, deberíamos hablar de esto con el Gran Sacerdote- propuso Campari, en un intento de solucionar las cosas.

-Me temo que si- Whis agarró su báculo para poder llamar a su padre, teniendo un poco de esperanza de ser escuchado.

A los segundos su llamado fue atendido y el sereno rostro de su padre se hizo presente, los tres ángeles suspiraron con alivio para luego saludar cordialmente a aquel ser poderoso.

-Lamentamos está abrupta intromisión, sin embargo requerimos de su sabiduría para solucionar algunos problemas que nuestros universos están teniendo- explicó lo mejor que pudo el ángel de la túnica azúl, esperando paciente una respuesta.

-Hmm... Buenas tardes, díganme, ¿de que tratan estos problemas de los que me comentan?- su voz se hizo presente y resonó en casi todo el planeta, llamando la atención de algunos Kaioshines que con rapidez y alegría se acercaron.

-Hola Gran Sacerdote, ¿cómo está?- con informalidad y casi de forma grosera, Ogma se acercó a saludar con su alegría del momento.

El Gran Sacerdote alzó una ceja con curiosidad, riendo poco después -Así que este es el problema por lo que veo...- habló mientras miraba fijamente al Kaioshin del quinto universo y este sólo lo miraba con una gran sonrisa.

Whis suspiró con pesar mientras asentía lentamente -Así es, desde que despertaron se han comportado de esta forma tan descarada, queríamos saber si usted sabía algo.

Las carcajadas de Daishinkan pronto llenaron todo el sitio, causando la incertidumbre en los ángeles, los cuales miraban con desconcierto a su padre.

-Whis, Whis- entre risas y negando suavemente con la cabeza, llamó a su hijo para tener su atención -¿Cómo es posible que hayas olvidado esta etapa de los supremo Kaiosama?- sus risas pronto se calmaron y pudo hablar con una ligera sonrisa.

Whis alzó una ceja con confusión -Estoy seguro de no haber olvidado nada sobre ellos- expuso con el rostro serio, lo cual sólo volvió a causar las risas de su padre.

Daishinkan miró a sus otros hijos, esperaba que al menos uno de ellos recordara la respuesta a la condición que tenían los Supremos Kaiosamas en ese momento -Hmm, veo que ninguno recuerda está importante etapa- dejó de sonreír y miró con gran seriedad a sus hijos, los cuales aún mantenían un rostro de confusión total.

Campari entonces abrió los ojos con gran sorpresa y casi alegría -¿Será que están pasando por la época de galanteo nuevamente?- preguntó al Gran Sacerdote y este asintió suavemente con una sonrisa.

Pronto el rostro de los dos ángeles restantes brillo con sorpresa al haber recordado al fin aquello que por obvias razones era bastante importante en la vida de los dioses creadores y en ese momento sólo deseaban golpear sus rostros por su gran estupidez.

Pronto el rostro de los dos ángeles restantes brillo con sorpresa al haber recordado al fin aquello que por obvias razones era bastante importante en la vida de los dioses creadores y en ese momento sólo deseaban golpear sus rostros por su gran es...

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Jajaja, me he salvado de los fans de Dragon Ball así que hoy sale nuevo capítulo, la locura me está consumiendo y estoy diciendo media estupidez en mi casa.

Casados por un capricho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora