Capítulo 12

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El armónico sonido de las campanas resonaba en todo el planeta, anunciando la ceremonia que se estaba por realizar.

Los dioses de los distintos universos se encontraban llegando lentamente, admirando la decoración que adornaba una parte del enorme lugar.

-Parece que Bills en serio se esforzó para esta boda- Champa comentó de forma distraída mientras buscaba algo para comer, dejando de lado a su supremo Kaiosama.

Huwa sólo pudo ver con pánico su alrededor, percatandose del repentino abandono por parte de su dios y lleno de angustia corrió por el sitio en busca de aquel gato.

Arak observaba aquella escena a la distancia, claramente confundido por el descuido que tenía el dios del universo seis. Resopló con confusión y tomó a Ogma del brazo para acercarlo más a su lado.

-Señor Arak, ¿sucede algo?- con duda preguntó, sin embargo no puso resistencia ni intentó alejarse de su dios.

-Precaución- regresó la vista al frente después de analizar los alrededores y con calma empezó a caminar, procurando que su Kaioshin no se alejara mucho.

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Shin por otro lado se encontraba en su alcoba, mirando a sus invitados a través de la ventana, acomodando el velo que cubría su rostro.

La puerta se abrió poco después, dando a relucir la presencia de Rō, quien lucía más impecable de lo usual, a pesar de vestir con su ropa cotidiana.

-Ya casi es hora jovencito, ¿estás listo?- preguntó en cuanto estuvo cerca del shin-jin, mirando junto con él a través del cristal.

-Usted siempre me enseñó sobre la honestidad- en un suave susurro le respondió, sin apartar la vista de la cristalera -Y verdaderamente... Estoy odiando cada segundo de este día- terminó su frase tras unos segundos de silencio, tomando por sorpresa a su antepasado.

-Como me encantaría cambiar de lugar contigo- una amarga sonrisa se formó en su rostro, causando la confusión de la joven deidad.

-¿Disculpe?

-Recuerdas la historia de porque tengo esta apariencia, ¿verdad?- resopló con tristeza al terminar, mirando como Shin asentía lentamente -Al señor Bills le asqueó tanto mi nueva apariencia que prefirió encerrarme en esa espada antes que tener a su descendiente conmigo.

-¿Cómo dice...?- miró a Rō con las cejas levantadas y los ojos abiertos, sin creer lo que estaba escuchando.

-Les dijo a todos que había sido un accidente y que supuestamente nadie me podría sacar de ahí, por lo que fuí abandonado como si no fuera más que un objeto reemplazable- tomó aire profundamente, procurando no sonar triste en frente del Kaioshin.

-...- la sorpresa lo había dejado mudo, prohibiendo que su boca dijera algo.

-Y lo peor es que yo estaba enamorado... Supongo que fui demasiado necio...- suspiró con pesar, riendo poco después al escuchar las campanas que anunciaban el inicio de la ceremonia -Es mejor que olvides lo que te conté, ¿estás listo para salir?

-...- frunció el ceño al sentir que sus pensamientos volvían a ser un embrollo, sin embargo prefirió no cuestionar nada al notar que su antepasado no le diría más -Sí...- agachó la cabeza mientras se alejaba de la ventana y se sujetaba al brazo de Rō, sintiéndose afligido con la nueva información.

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Bills ya se encontraba parado en el altar, con su asistente a sus espaldas y el gran Sacerdote en medio, esperando pacientemente la llegada de su futuro esposo.

Casados por un capricho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora