Lucha

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Durante el camino ninguna de las dos habló, pero la felicidad que sentía en ese momento era palpable.
Note que A-Nueng me miraba de reojo y sonreí, algo había cambiado y me sentía satisfecha.

Llegamos a casa de la abuela de A-Nueng y decidí bajar y llevarla hasta el interior, sería correcto presentar mis respetos y evitar mal entendidos por solo llevar y dejar a su nieta. Conocía a la anciana, podía ser muy estricta.

– No es necesario que bajes

– Quiero hacerlo

A-Nueng me permitió la entrada a su casa, la anciana estaba en la puerta esperando por su nieta, en su cara podía ver la sorpresa al verme

– Khun Nueng – La anciana me sonrió

– Abuela – Le dedique una reverencia

– Khun Nueng que gusto verte – La anciana miró a su nieta – ¿Por qué no me dijiste que vendría?

– Lo siento abuela – A-Nueng le sonrió con disculpa – Khun Nueng se ofreció a traerme después de trabajar juntas, no sabía que quería saludar

– No importa, es bueno ver que tienes buena compañía a tu lado, últimamente solo pasas tiempo con esa muerta de hambre

A-Nueng miro con molestia a su abuela, la anciana no cambiaba, aun era la mujer clasista.

– Khun Nueng ¿Te quedaría a cenar?

– Abuela hoy vendrá Jihyo

– Con mayor razón

– Si ya tienen planes creo que debería irme – Hablé sintiéndome fuera de lugar

– Siempre serás bienvenida Khun Nueng, por favor acompáñanos a cenar – Miré a la pequeña quien asintió aprobando que me quedara

– Será un placer abuela

– Excelente — La anciana miró a – A-Nueng por favor lleva a Khun Nueng al jardín y enséñale la casa, iré a arreglar la cena

– Claro abuela

A-Nueng me guió al jardín donde habían unos hermosos rosales, caminamos en silencio pero a diferencia de otras veces me sentía cómoda, no sentía que ella mantuviera una barrera conmigo.

A-Nueng me miró y le sonreí provocando que se sonrojara, amaba cuando eso pasaba, era una buena señal.

– Khun Nueng

– ¿Si?

– Todo lo que dijiste hace un rato ¿Es verdad?

– Todo es verdad – Me detuve y tomé sus manos, el cálido tacto de su piel contra la mía se sentía tan bien – Te amo desde antes de darme cuenta, pero también es verdad que deseaba que pudieras vivir tu vida

– Pero durante cinco años no intentaste comunicarte conmigo – El enojo comenzó a hacerse presente y la pequeña alejó sus manos – Los primeros dos meses que estuve lejos intenté comunicarme contigo, te mandé mensajes sin parar y no respondiste ni uno solo ¿Eso es amar para ti?

Suspiré, no sabía cómo explicar la situación.

– Tu mamá me pidió que lo hiciera

– Mi mamá ¿Qué?

– Tu madre tenía miedo de que quisieras regresar, ella me llamó una semana después de que se fueron y me dijo que te veías feliz cuando recibías mis mensajes y dijo que le habías planteado la posibilidad de regresar con tu abuela

– Es cierto, yo quería volver

– Ella me pidió alejarme de ti, me acusó de querer robarte de su lado y entonces le confesé que te quería

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