Se escuchaban villancicos de fondo mientras preparaban la cena. Toby sustituyó a Liam en la cocina, porque el alfa salió con cortes en las manos tras su primer intento de picar aliños para el almuerzo. El mayor mezclaba pechuga, papa y zanahoria cocida en un tazón, vertiéndoles gran cantidad de mayonesa para darle sabor a la ensalada de gallina. Tadeo vigilaba el cerdo asándose en el horno. Edward entró a buscar cervezas en la hielera. Antes de cerrar la puerta y marcharse con dos botellas, alternó la mirada entre los hermanos y les ofreció.
—Tadeo ¿Quieres una?
—Aún me queda, pero destápala de todas formas.
—Vale. —Edward quitó la chapa con el abridor— ¿Toby?
—Sí, dámela. —aceptó.
Toby probó su creación. Al notar falta de sal, agregó una pizca, frotando los dedos por encima de la ensalada.
Edward se plantó tras la espalda de Toby y pasó la cerveza debajo de su brazo, deslizándola en la encimera. Tal cercanía puso recto al rubio. Sintió la entrepierna ajena rozándole el trasero. Edward terminó de cerrar los brazos alrededor de su estrecha cintura y colocó la cara sobre sus hombros. No quiso dar importancia a lo anterior. Solo había sido un abrazo sin mala intención, aparentemente.
—Huele delicioso. —dijo, con total adoración. Toby sintió su fina nariz respirar en la curva de su cuello. Giró a verlo, sus rostros quedaron a pulgadas. No obstante, el alfa miraba solo hacia el tazón— Cocinas muy bien. —aquello sonó como una aclaración de que sus cumplidos eran por la ensalada.
—Gracias. —sonrió amistosamente.
El aliento fresco del omega golpeó su cara. Edward alzó la cara y le prestó completa atención.
—¿Me devuelves mi espacio personal?
Toby hizo que pareciera una pregunta amable. En verdad, era una exigencia silenciosa.
El hombre alto se separó, luciendo imperturbable, aunque por dentro, se sentía descolocado por el distanciamiento
—No quería incomodarte, disculpa. —susurró, apenado.
Echó una mirada nerviosa a Tadeo, quien parecía ajeno a lo que ellos hacían.
—Tranquilo, no fue desagradable. —aclaró al mismo volumen. No iba armar un escándalo de eso.
—Bien. —sorbió su cerveza, y miró al omega, sin atreverse a pestañear. Toby se removió ante la presencia seductora del alfa— Oye. —Edward entrecerró los ojos, dándose cuenta de un peculiar detalle—. Has notado que eres el mayor de todos aquí y eres el más bajito.
Toby viró los ojos.
—Acabas de descubrir América, cuñadito. —dijo Tadeo, soltando una carcajada.
—¡No van a empezar! —se quejó Toby, con sonrisa ladina, que no contrastaba en absoluto con su actitud ofendida— Yo me siento fenomenal sin ser un poste de luz andante, y no van arruinar eso.
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𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒂 © 🔭
Short StoryToby Grant planeó pasar unas navidades tranquilas en Horther Village. Lo típico: reunión familiar, cenar, beber, bailar, abrir obsequios. Era todo lo que pedía para nochebuena. Pero, la magia de la época transpiraba en cada rincón, y sin que se dier...