Viejos amigos

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—Veo más hombres de Konni...— informo una figura masculina a través de sus comunicaciones. Su vista estaba fija en la mira de su arma, la cual le permitía ver desde la distancia los movimientos de sus enemigos.

—¿Qué es lo que están haciendo? — cuestiono una voz femenina.

—Están cargando algo...espera— ajusto un poco más la mira y enfoco aquel bulto que cargaban entre dos de ellos —Es una persona, quizás un cadáver...— informo sin estar muy seguro.

—¿Cadáver? Quizás tenían a algún rehén con ellos, en esta zona no hay civiles en kilómetros...a menos que haya matado a uno de los suyos, lo cual me parece poco factible—

—¿Quieres que me acerque más a investigar? —

—Con cuidado, Alex. No sabemos que está haciendo Konni en estas tierras —

—Si, señora — Alex se puso de pie, siendo abrigado por la oscuridad de la noche, comenzando a descender, buscando de manera sigilosa el acercarse hasta aquella zona.

En esta ocasión iba en solitario, por lo que el sigilo era su mayor prioridad. Aun así, tenía constante comunicación con Farah y ante cualquier problema sabía que tendría apoyo de ella.

Aprovecho la flora del lugar, ocultándose entre los grandes arbustos que había de manera irregular por todo el campo, valiéndose de la mira de su arma para poder observar cada cuando si había algún peligro cercano. Fue así como logro hacerse camino hasta su punto de interés, una antigua base ya abandonada, en la cual, por algún motivo desconocido, un grupo de Konni estaba asentado. No había nada de valor en dicho lugar, incluso esas instalaciones estaban en tan mal estado que no servirían ni siquiera como una base, prácticamente todo se estaba cayendo a pedazos.

Su mirada se encontró nuevamente con aquellos dos miembros de Konni que cargaban entre ambos un cuerpo, ahora pudiendo observar un poco mejor a dicha persona, era claro que se trataba de una mujer. Una que a simple vista parecía inconsciente pero cuyo cuerpo estaba bastante lastimado y quien sangraba, habiendo dejado un camino de su propia sangre a su paso.

Alex continúo arrastrándose por el suelo entre las plantas, queriendo estar aún más cerca para poder escuchar la conversación que esos dos estaban teniendo.

—¿Todavía respira? — El soldado se mostro asombrado, parecía creer que ya estaba muerta.

—No por mucho...le doy unos minutos— Rio el otro mientras ambos seguían caminando con el cuerpo.

—¿De que sirvió traerla hasta aquí? —

—Para la causa, esto no sirvió de nada. Pero al menos nuestro líder se entretuvo un poco con ella. Ahora ya no sirve —

—¿La enterramos? —

—¿Para qué? Solo hay que dejarla en la zanja, que la fauna del lugar se encargue de su cadáver cuando muera —

—Mejor, no tenia ganas de ponerme a cavar —

Ambos hombres se detuvieron cuando llegaron a una parte mas irregular del lugar, donde de manera natural se había formado una especie de zanja, en la cual había muchas piedras, algunas plantas tanto verdes como secas, y restos de algunos huesos de animales. Sin ningún tipo de miramiento, ambos arrojaron tu cuerpo, dejando que este rodara por la inclinación del lugar, ganándose nuevos golpes y raspaduras. Fue así, sin darte mas importancia, que los dos emprendieron su camino de regreso con el resto de su equipo que estaba concentrado en otra de las bodegas mas alejadas.

Alex espero un tiempo prudente, asegurándose que nadie regresara, antes de poder entrar también en la zanja y revisar de quien se trataba aquella persona.

Por Johnny...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora