Capítulo 9

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Taeku había echado a correr hacia la ventana que estaba abierta de par en par, ya no había rastro de Keiken por ningún lado y por ello estaba maldiciendo entre dientes, cerrando todo y asegurándose que no pudiera abrirse con facilidad. Por otro lado Yonghwa estaba examinando el brazo de Séfora, el cual tenía un leve corte, no muy profundo pero si escandaloso.
-- Para ya Taeku -- Dijo Tae agarrándole del brazo -- Diciendo todo eso no vas a cambiar lo que ha pasado -- Señaló a Séfora y ella alzó la cabeza sorprendida.
-- Estoy bien, es un corte superficial.
-- ¿Qué es lo que quería? -- Yonghwa curó la herida y la tapó con sumo cuidado.
-- Está claro, los papeles de la mesa -- Taeku interrumpió antes de que pudiera hablar, pero asintió con la cabeza a su comentario -- Hay que guardarlos todos.
De forma desordenada comenzó a recoger los papeles y los metió en la carpeta donde estaban anteriormente, se los entregó a Tae.
-- Cuando sepa que todo está bien te los volveré a dar, mientras los guardaremos nosotros. Si los necesitas subes a nuestro piso y los lees allí -- Taeku estaba bien enfadado, se notaba la tensión en su cuerpo.
Una vez se aseguraron que el piso estaba seguro y que nadie podría entrar por ningún lado, que la seguridad en el exterior estaba reforzada y que ella estaba a salvo los chicos se marcharon al piso superior dejando a Séfora sola. Ella soltó un profundo suspiro y recogió el poco desorden que habían formado. Cogió la pala de la cocina y la colocó sobre la encimera de esta, el brazo le dolía un poco, pero a pesar de todo se sentía algo contenta por haber sabido defenderse sola.
El sonido de varios mensajes llegando a su móvil hizo que reaccionara un poco y se sacara de sus pensamientos lo que acababa de ocurrir, Yongsun parecía nervioso en sus mensajes pero había propuesto el quedar en persona. Principalmente había escrito que era para hablar mejor de su hermano, pero más adelante había admitido que tenía muchas ganas de conocer a Séfora.
Entre tanta conversación que estaban teniendo ambos se confesaron que eran nuevos en la ciudad, a penas conocían a gente y saber que no eran los únicos en esa situación les unió un poco más.
Yongsun le mandó la ubicación de una cafetería que estaba en la zona de Shibuya, bastante concurrida esa zona a cualquier hora del día, y le propuso de verse al día siguiente para charlar mejor, cara a cara. Ella sintió un vuelco en el estómago y el corazón le latía mucho más rápido de lo que hubiera esperado, empezaba a sentirse como una adolescente normal. Sin pensarlo mucho aceptó la propuesta y se dijo a sí misma que ya buscaría una excusa con la que escaparse de los chicos, aquella oportunidad no podía dejarla escapar.
A penas había podido pegar ojo esa noche por los nervios de salir a escondidas. Estaba asomada por la ventana viendo como la seguridad paseaba por la acera con tranquilidad. Se miró el reloj y soltó un fuerte suspiro, tendría que armarse de valor. Se arregló y cuando quedaban tan solo treinta minutos para la hora concertada bajó hasta el garaje y vio al chofer charlar con uno de seguridad. Miraron a la chica sorprendidos.
-- Por favor, ¿puedes llevarme a un lugar? -- Alzó el móvil sonriendo -- Lo llevaré en todo momento y estaré en contacto con los chicos, pero debo ir sola.
Dudó un momento, pero la mirada insistente de la chica hizo que cediera, así que se montaron en el coche y ella le indicó hacia dónde tenía que ir. Una vez parado al lado de la cafetería en la que había quedado con Yongsun el conductor se giró a ella.
-- No me voy a mover de aquí -- Dijo serio -- Si pasa algo llamaré a Taeku.
-- De acuerdo, me parece bien. No creo que vaya a pasar nada.
Con una amplia sonrisa, satisfecha de haber conseguido lo que quería se bajó del coche y se acercó a la puerta de la cafetería. Se asomó con algo de miedo, pero la gente que por ahí pasaba estaba completamente ajena a quien era ella y lo que estaba haciendo allí. El mundo había estado girando a pesar de su problema, ella no era el centro de ese lugar en ese momento así que se relajó y se sintió una chica más, alguien que iba a vivir una sencilla experiencia de tomar un café con un chico.
Entró en la cafetería y vio casi al final a un muchacho que no podría evitar conocer. Sabía perfectamente que no era Yonghwa porque era algo más delgado, pero eran hermanos y no había ninguna duda. Yongsun tenía el pelo alborotado sobre los ojos y llevaba unas finas gafas plateadas. Estaba mirando el teléfono y ese gesto de concentrado era el mismo que usaba Yonghwa cuando leía algo.
Algo tímida se acercó al muchacho y carraspeó la garganta cuando se colocó a su lado. Había optado por llevar un pantalón vaquero y una camisa blanca algo holgada, hacía bastante calor pero tampoco se sentía cómoda llevando blusas de tirantes fuera de casa. El chico alzó la cabeza y se miraron a los ojos. Sintió un pequeño flechazo cuando sus miradas se cruzaron, el corazón le latía a toda velocidad contra el pecho y notaba como la herida de su brazo, tapada con la manga de la camisa fina, comenzaba a palpitar y le dolía.
Lo ignoró por completo y esbozó una amplia sonrisa inclinando el cuerpo ligeramente en señal de saludo. El chico se puso en pie, era mucho más alto que ella, mucho más incluso que Yonghwa, y se inclinó también en un saludo.
-- ¿Eres Séfora? -- Preguntó.
-- Si soy yo -- Se acercó a él un poco más y alzó la cabeza para poder verle a los ojos bien. Estiró la mano en señal de saludo -- Mucho gusto, Yongsun.
Se estrecharon las manos en un cordial saludo y notó un cosquilleo que iba de sus dedos hasta su hombro. Ambos lo notaron ya que apartaron las manos y se miraron algo avergonzados. El rubor en las mejillas del chico le hacía bastante inocente. Su vida había sido mucho más sencilla y cómoda que la de su hermano.
No tardaron en sentarse en las sillas, uno frente a otro y se quedaron en silencio hasta que una camarera les tomó nota de su pedido, ambos pidieron un cappuccino y se rieron por la casualidad.
-- Yo... no sé por dónde empezar -- Mantenía la vista algo gacha.
-- Bueno -- Séfora se frotó las manos algo nerviosa. Plantada en esa situación no se le ocurrían las mismas cosas que había estado planeando la noche antes -- ¿Quieres saber cosas de Yonghwa?
-- ¿Por qué está en Japón? -- La miró de soslayo.
-- Por trabajo -- dijo sin pensarlo mucho -- Tú también estás aquí.
-- Yo estoy aquí por él. Mi madre me habló de él hace tiempo -- Tomó aire y lo echó poco a poco -- Pero me ha costado muchísimo poder dar con él. Ha estado un tiempo fuera del país, eso lo sé.
-- Hay cosas que si quiere, tendría que decirlas él -- Le interrumpió llevando la mano sobre su brazo y le miró a los ojos finalmente -- Quiero conocerte para poder hablarle bien de ti.
-- No se me da bien hablar de mi, la verdad -- Notó como se puso ligeramente nervioso y volvió a respirar hondo. No dijo nada más ya que habían traído las bebidas que habían pedido, volvió a retomar una vez quedaron solos -- Tengo 21 años, he hecho una pausa en mis estudios universitarios por este viaje -- Asintió con cierta melancolía -- Lo que estudio es turismo, así que esto lo estoy aprovechando para poder aprender mejor -- Se encogió ligeramente de hombros. Séfora escuchaba atentamente todo lo que estaba diciendo -- Tuve una novia en corea, pero no funcionó bien porque... bueno, no funcionó -- Se sonrojó.
-- Has hablado muy bien -- Dijo ella mientras bebía pequeños sorbos del café -- La verdad es que el turismo es muy emocionante, puedes conocer muchas culturas.
-- La verdad es que si -- Dijo pensativo -- Oye, Séfora, tengo que preguntarte algo -- Se puso algo nervioso y ella se tensé ligeramente -- No eres solo japonesa, ¿verdad? Te lo noto.
Se miraron a los ojos y Séfora soltó una pequeña risa, se sentía algo aliviada al poder notar que hablar con Yongsun era muy agradable. Las previas conversaciones por mensaje habían ayudado un poco.
-- Muy perspicaz -- Asintió con una sonrisa -- Mi madre era, bueno, es española -- Dijo rápidamente. No sabía nada de su vida y podía inventarlo todo.
-- Lo sabía -- Dijo contento mientras se daba con el puño en la palma abierta, después bebió de su café y se pasó la lengua por el labio superior -- Te lo notaba, había algo.
-- Y eso que todos dicen que soy igual que mi padre, él es japonés -- Dijo con curiosidad, sonriendo mientras le miraba y se inclinaba levemente hacia delante en la mesa -- ¿En qué se me nota?
Conforme la conversación iba avanzando se iban relajando los dos, habían tomado posturas cómodas en las sillas mientras apuraban el café que ambos habían pedido. Reían de bromas que ambos gastaban, como ambos se habían criado fuera de Japón comentaban las diferencias que existían entre los tres países. Además no solo eso, sino que él le estuvo hablando en coreano para que ella pudiera mejorarlo mucho más. Durante poco más de una hora había olvidado por completo su apellido y el motivo por el que había llegado a ese país.
El momento se rompió de golpe cuando el teléfono de Séfora comenzó a sonar y cuando vio el nombre que había en la pantalla se le heló la sangre y resopló. Se puso en pie disculpándose con Yongsun y salió a la puerta de la cafetería contestando la llamada.
-- ¿Qué narices has hecho, Séfora? -- Gritó desde el otro lado -- No puedes pillar un chofer y pasear por Tokio como si fueses una simple turista porque sabes de sobra que no lo eres. Ah, ya te estoy viendo, ni se te ocurra moverte.
Colgó el teléfono sin que ella pudiera decir nada más, pero no hacía falta, Taeku daba grandes zancadas acercándose a ella. Estaba rojo de furia mientras apretaba los puños con fuerza.
-- Taeku calma, estoy bien -- Séfora alzó ambas manos en señal de disculpa -- El chófer está ahí -- Lo señalé y saludó desde el coche -- Le dije que vigilara, ya que no he salido de aquí en toda la mañana.
-- Si lo sé, me ha enviado la ubicación él -- Resopló mientras trataba de relajarse -- ¿Con quién estás?
-- No te importa -- Dijo rápidamente colocando ambas manos sobre su pecho para que no entrara -- Solo hoy, quiero ser libre un rato más.
-- Bueno -- Miró por la ventana y se dio cuenta que un chico les estaba mirando desde una mesa del fondo -- Se parece a... - Volvió a mirarla apretando los labios -- Sabes que yo sé absolutamente todo de mis hermanos, ¿verdad? -- Ella asintió con la cabeza -- Sé quién es esa persona. Lleva cuidado, no va a ser agradable si Yonghwa se entera.
-- Es mi vida personal -- Dijo mucho más molesta y le empujó -- Taeku por favor, dos horas más.
Alzó las manos asintiendo con la cabeza y dio unos pasos hacia atrás. Miró dentro de la cafetería y cruzó miradas con Yongsun, girando inmediatamente la cara para ir directo al coche donde el chófer estaba esperando, apoyándose en este y comenzando una conversación como si no pasara nada.
Séfora sabía que se quedaría allí hasta que saliera de la cafetería, así que se resignó y volvió hacia el local. La postura de Yongsun había cambiado y estaba algo incómodo cuando ella se sentó frente a él.
-- ¿Es tu hermano o es tu... novio? -- Dijo con una ligera pausa.
-- Ah, él -- Señaló riendo nerviosa ya que necesitaba una excusa, realmente se había tenido que ver extraño desde fuera -- Es mi hermano mayor, demasiado protector.
Fue automático. Parecía que Yongsun había estado guardando el aire en el pecho y cuando dijo aquello el aire salió de golpe por su nariz en un resoplido, esbozando una leve sonrisa.
-- Dile que estás en buenas manos, que no se enfade.
Ambos rieron mucho más tranquilos. La conversación danzaba de un lado a otro: sus gustos musicales, sus películas favoritas, hasta sus escritores favoritos. No coincidían en todas las cosas pero eso le gustó a Séfora, poder conocer más profundamente a alguien que debatía sus gustos sin llegar a discutir ni imponer su idea, como solían hacer sus abuelos, era algo agradable.
Después de un rato y unos cuantos mensajes insistentes por parte de Taeku al móvil de Séfora terminaron aquella cita. Ambos sabían que volverían a quedar, habían preparado otra cita sin fecha para cuando ella pudiera escaquearse de casa, sin dar mucha explicación, y quedar con él de nuevo.
Se despidieron en la puerta y ella se montó en el coche en el que había venido, que estaba a un lado de la carretera con el chófer tan solo. Taeku ya había vuelto a casa. Durante el corto trayecto de vuelta a casa estaba pensando en lo feliz que había sido, en lo normal que se sentía al quedar con alguien que no tenía nada que ver con la organización criminal a la que pertenecía.
Cuando llegó a casa y subió por las escaleras casi corriendo hasta su piso, se encontró con Taeku y Jongtae en la puerta de este con rostros serios.
-- Tú estás tonta -- Tae le recriminó bastante molesto -- Después del susto de ayer te vas a escondidas... que nos hemos dado cuenta, no somos tontos, ya te lo aseguro -- La señaló con un dedo acusatorio.
No pudo evitar reír entre dientes mientras Jongtae estaba echándole la bronca por haberse ido de casa sin avisar. El problema era que cuanto más divertida parecía, Taeku estaba mucho más molesto.
-- ¿Qué te divierte?
-- Es la primera vez que me siento así -- Se llevó la mano al pecho y respiró hondo. El corazón le latía con fuerza contra la mano -- Los dos estáis molestos conmigo pero por preocupación, no por que os de molestia.
-- Bueno, molestia nos has dado al no saber dónde has ido -- Dijo Tae frustrado por su felicidad.
-- Si es que aún eres una adolescente, mira como disfruta haciendo sufrir a los demás -- Taeku se cruzó de brazos -- Deja de ver a Yongsun.
-- ¿Qué? -- Dijo de pronto y la sonrisa se esfumó.
No añadieron mucho más. Taeku abrió la puerta del apartamento y los tres entraron sentándose en los sofás mientras los dos muchachos buscaban como explicar la situación a la chica, la cual parecía demasiado adolescente e insensata en ese momento. Se les notaba preocupados, como dos hermanos mayores, los que ella jamás había tenido y la sensación era bastante novedosa.
-- Escucha Sef, no es algo que tienes que tomarte a la ligera, es el hermano de Yonghwa y es un tema muy delicado.
-- Digamos que si no tienen contacto es porque no quiere tenerlo -- Añadió Taeku asintiendo -- Hace tiempo me avisaron que su madre le estaba buscando por la empresa e investigué de qué iba esa señora.
-- Pero lo que leí... - Comenzó a decir y al ver sus caras de sorpresa se quedó un momento callada. El gesto de Taeku no era agradable así que decidió seguir hablando -- Una carta dirigida a Yonghwa apareció en mi ventana hace unos días donde su madre le pedía que conociera a su hermano pequeño y le explicaba algunas cosas. No tiene malas intenciones.
-- Si no es por las malas intenciones -- Jongtae suspiró negando con la cabeza -- Es el daño que él a sufrido a causa de esa familia. Sef, nosotros estamos juntos desde bien pequeños y de todos nosotros Yonghwa es el más pasional, aunque no lo parezca, las emociones fuertes le llegan muy fuerte y puede llegar a perder el control de sí mismo.
-- Pues -- Se quedó sin argumentos, pero había conectado con él de una manera diferente de todas las personas que había conocido hasta ahora, así que se cruzó de brazos negando con la cabeza -- No, me niego, voy a seguir viéndole.
-- Tú misma con la decisión -- Dijo Taeku -- Estás avisada, espero que Yonghwa no se entere.
-- Y si se entera no pasará nada, porque hablaré con él de la situación y seguro que lo entiende -- Se había hinchado de orgullo creyendo en su decisión, ignorando las advertencias de los otros dos.
Ambos chicos se miraron y negaron con la cabeza. Comprendían que no podían discutir con ella, ya que se había obstinado en seguir con esa idea, por lo que la dejaron a sus anchas en esa decisión, pero con control de cómo lo hacía para que Yonghwa no se enterara.
Cuando al fin se quedó sola en el piso fue directa a la cama, mandando mensajes a Yongsun con una tonta sonrisa en la cara. Era la primera vez que un chico le correspondía en esos pequeños sentimientos. En el pasado ya había experimentado el ridículo y el rechazo, y a pesar del miedo que le daba relacionarse con alguien nuevo, al estar fuera de su zona de confort se dio una oportunidad más de conocerse y conocer gente.
En su cabeza se había montado una película en como Yonghwa agradecía que ella intercediera entre ambos hermanos y se ganaba la confianza de ambos, haciendo que Yongsun entrara en su mundo y fuera su refugio ante las presiones que Sanghun y Ten Shio le provocaban.

Dead EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora