Stiles siempre imaginó que tener un cupo asegurado en la universidad de sus sueños sería una gran victoria, algo que consiguió gracias a su arduo esfuerzo, pensó que se sentiría como si fuera el rey del mundo capaz de hacer todo lo que se proponía y mucho más, valdría la pena los días sin dormir, perdiendo momentos de diversión por estudiar, quemándose las pestañas en los exámenes y sobrepasando sus límites solo para probarse a sí mismo.
Ahora, ese triunfo que tanto le costó, se sentía como si no valiera nada, que aceptar ese cupo era casi una obligación cuyo único objetivo es no quedarse a estudiar en la universidad local y encontrarse con Derek día a día en un momento de gran humillación después de ser rechazado... o quien sabe, puede que nunca lo volviera a ver a pesar de vivir en la misma ciudad, después de todo Derek lo ha ignorado de forma olímpica desde su intento de beso.
Fuese cual fuese el caso no importaba, su vida desde ahora se construiría al otro extremo del país.
Derek estaría feliz por no volver a verlo... y eso lo rompía por dentro.
Estaba consciente de que al declararse existía una posibilidad de que sus sentimientos no fueran correspondidos y fuera dejado de lado como si de un estorbo se tratase, pero en el fondo esperaba que no fuera así, en especial considerando que Derek no parecía ser esa clase de persona, que al tener que rechazar a alguien prefería tratarlo como una cosa insignificante sin ninguna compasión.
Quería creer que no sería capaz de eso.
Se había equivocado.
Al menos charlar un rato con sus amigos, en especial con Lidia, que le brindaba ese apoyo sentimental del que los otros miembros de su manada carecían, lo ayudo a quitarse esa extraña presión en el pecho que no lo dejaba respirar.
Se sintió mucho mejor.
Aún sentía esa mano ficticia que estrujara su corazón, pero era un dolor más soportable.
Pensó en tomarle la palabra a Lidia y llamarla para hablar un rato, no tenía nada en específico que decirle solo no quería estar solo, y bueno, siendo Stiles hablar era una actividad muy necesaria en su vida.
Su padre decía que necesitaba hablar al igual que respirar.
Antes si quería estar solo, pero después de haberle platicado a ella sus problemas deseaba algo de compañía para no sentirse abandonado.
Ni siquiera podía ir a hablar con su papá, pues tenía turno nocturno toda la semana, así que no lo vería hasta la mañana siguiente, un par de horas antes de irse del pueblo. Además, no quería meterlo en sus problemas adolescentes, él tendría cosas más importantes que hacer como velar por la seguridad de todo un pueblo...
Quien diría que su deseo de no sentirse solo se cumpliría.
Stiles estaba terminando de empacar cuando alguien llamó a su ventana, lejos de espantarse como la situación ameritaba, se preguntó quién de sus amigos lo estaría buscando.
Tener un grupo cercano de hombres lobo le había enseñado que rara vez usaban la puerta, a veces parecía que ni las recordaban, porque preferían escalar las paredes de las casas para colarse por ventanales como si de delincuentes juveniles se tratara, algo que sí, en parte eran por las aventuras que vivían día a día, pero que seguía siendo de muy mala educación según sus estándares.
Pensó que Scott, Malia o incluso Liam deseaban hablar con él en privado, valla que hasta se le cruzó por la cabeza que Isaac, uno de sus amigos que hace mucho no veía, lo estaba buscando para recordar los viejos tiempos y ponerse al día porque este último ha estado ocupado en Europa.
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Nuestro Momento - Sterek
Teen FictionEl tiempo de espera a terminado, para Stiles, un chico con espíritu libre, y Derek, una persona que quiere descansar, unas simples palabras cambiarán sus vidas...