✮♪ Idol life✮♪ (GENMUI)(Español)

♪SECOND DATE parte 1♪ (Cap 10)

POV Muichiro:

Ser idol es difícil. Siempre he tenido prácticas, conciertos, y más. Pero hoy no tengo que hacer nada de eso, hoy voy a tener mi segunda cita con Genya.

Me levante, me aliste, me desayune, y luego me fui para el colegio.

Estaba muy emocionado por la cita. Era algo que hace años no se imaginaba que tendría.

Genya pareciera ser un criminal en una pandilla con aspiraciones de mafia, pero, si lo llegabas a conocer aunque sea un poco, te das cuenta de que es un sujeto bastante dulce y amable. Como dicen por ahí, no juzgues a un libro por su portada; eso se le podría aplicar perfectamente a Genya.

Seguía con mis pensamientos, pero una voz me sacó de ellos.

—¡Tokito-san! —decía Tanjiro mientras llegaba a la entrada del colegio saludándome con la mano.

—Ah, Tanjiro, hola. —Dije devolviendole el gesto.

—¿Cómo has estado? —preguntó Tanjiro, acercándose con una sonrisa.

—Bien, ¿y tú? —dijé devolviendole la sonrisa.

—¡Perfecto! —respondió ampliando su sonrisa.

—¿Perfecto? Osea, que bueno, pero te veo más emocionado de la cuenta, ¿paso algo? — Pregunte con un toque de curiosidad en mi voz.

—Bueno, es que estoy feliz porque le pregunté a Kanao si quería ir conmigo a la nueva cafetería y dijo que sí —dijo Tanjiro sonrojándose en el proceso.

—¿Si?— preguntó afirmando.

—Sí— me confirmó Tanjiro.

—Ah... Y dime, ¿te gusta Kanao? —pregunté de la nada a lo que puedo ver el impactado rostro del pelirojo.

—Que!? A-a mí?? Bueno.. este!! ¿Tal vez? —respondió tartamudeando mi amigo con cara feliz.

—Me lo imagino— respondí sin más, a lo que el pelirojo se sonrojó aún más.

—¿Tan obvio era? —preguntó apenado.

—No... —dijé tratando de sonar convincente.

—... —Tanjiro solo se había quedado en silencio.

—Bueno... Un poco —dijé conciente ya de que mi plan había fallado.

—Pero no significa que para ello lo sea —volví a decir para tratar de subirle el ánimo, lo que al parecer funcionó.

Después de ese suceso, fuimos todos a clases. El día pasó volando, tal vez porque no pude evitar pensar sobre mi cita con Genya todo el día, pero como quiera pasó rápido (lo que era raro).

A la hora de la salida, Genya (solo Genya) me acompañó a mi casa. En el camino hablamos de todo, pero ninguno mencionó la cita.

Ya a una cuadra de mi casa, donde Genya y yo nos despedíamos para no levantar ningún tipo de sospecha en mi humilde hogar, le pregunté algo estupido pero esencial para nuestra cita.

—Genya —pregunté llamando su atención.

—¿Sí? —me respondió con amabilidad.

—¿A qué hora era... nuestra cita? —pregunté nervioso.

Si sabía a qué hora era, ¿cómo podría olvidarlo? Pero solo quería mencionar algo del tema para quitarse los nervios.