Distancia | Dramione |

[15]

Draco sentía un poco somnoliento. Aunque desde pequeño asistió a muchos bailes, pero no le gusta mucho beber alcohol, su capacidad de beber ni siquiera llega a una quinta parte de su padre. Así que cuando halló a sí mismo que no negaba acercarse al auditorio de Quidditch, donde la multitud bullía, percató de que ya estaba empezando a emborracharse.

Se sentó en posición de una fila más lateral, y aun así podía oír los gritos y chillidos que subían y bajaban procedentes de otros lugares. Por suerte, este rincón no pertenece a ninguna casa, además presumiblemente porque está bastante apartado, nadie le molestaba.

Blaise en este momento ya le abandonó sin dejar rastro, tal vez fue de nuevo a una cita con alguna chica.

Draco no planea pensar sobre esto en detalle, apoyó perezosamente en la fila de escalones de atrás, entrecerrando los ojos mientras intentaba discernir quién le había reemplazado para ser buscador de Slytherin. No prestó mucha atención sobre este asunto desde que solicitó salir del equipo de Quidditch, Dios sabe cuánto le gusta Quidditch y volar, pero él tiene tantas cosas que necesita hacer, que simplemente no le permite más dedicar mucho tiempo encima de esto.

Mientras observaba la trayectoria de vuelo de la Snitch dorada, volteó la cabeza y encontró con una persona más a su lado——pelo largo castaño y rizado suelto despreocupadamente detrás de la cabeza, ojos marrones mirándole y una bufanda roja y marrón que envolvía la mayor parte de su cara.

-Oh, maldita sea, hasta me aparecen alucinaciones.-

Con desazón volteó la cabeza y dio unas palmaditas violentas a sí mismo, pensando secretamente dentro del corazón que en el futuro definitivamente no se permite más beber tanto alcohol. Sólo cuando dio cuenta que la supuesta "alucinación" al lado suyo no ha desaparecido siguiendo su desplazamiento de vista, comprendió que esto no era ilusión.

-¿Granger?-

Ligeramente confuso, preguntó: -Qué haces aquí, ¿no te parece muy inapropiado quedar a mi lado en un momento como éste?-

El alcohol en verdad le quitó parte de su capacidad de pensar, de hecho él debería saber, que fuera la hora que fuera, nunca era apropiado él mismo quedarse con Granger.

Hermione desenvolvió su bufanda, jadeó con la cara toda roja, debía haber corrido todo el camino hasta aquí, ella usó un tono muy urgente para decir: -Malfoy, escucha, debo entender unas cosas, esto me ha estando asediado y agitado por mucho tiempo, si no puedo obtener las respuestas, no podré dormir en absoluto, esto es horrible......-

Ella le miró como si estuviera leyendo un libro difícil de descifrar, aunque no era exactamente un ejemplo que le alegrara, pero el hecho de pensar que se trataba de Granger, lo hacía comprensible. Él encogió los hombros, no dijo sí tampoco dijo no, solamente que——

-No crees que últimamente has sentido demasiada curiosidad por mí, sabes que no estoy obligado a responderte aunque lo preguntes.-

Ves, sin importar cuándo, él siempre diría palabras que no fueran agradables ni para él ni para la otra persona. Esto parecía ser el instinto de Malfoy, él hizo una ligera mueca a sí mismo, desvió la mirada en dirección al campo.

-Oh, tú sabes que yo no soy una persona de las que andan con rodeos.-

Hermione respiró hondo, balanceó frente a Draco, sus ojos castaños le miraban fijamente con solemnidad, -Malfoy, quiero saber lo que yo siento por ti.-

Sus gélidos ojos azules grisáceos temblaron sin hacer ruidos, en seguida una mueca se dibujó en las comisuras de sus labios: -No creo que esto sea una pregunta que necesito responder, respecto a esto tampoco me importa ni lo más mínimo.- De paso tomó el ron a su lado para beber un sorbo, esforzando aparentar a él mismo relajado.