Set (3)

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Alastor observaba el lobby del casino, sorprendido de lo bien que le había quedado. Ciertamente le había tomado más tiempo del que pensó levantarlo, pero había válido la pena el esfuerzo. Sin lugar a dudas era mucho más elegante que el que había derribado.

Mientras recorría el lugar para asegurarse que todo estuviera en su lugar, se dijo así mismo que había válido la pena haber destruido el otro. El mensaje que entregó fue claro y logró su objetivo. Era poderoso y si quería podría destruir a quien quisiera. Independientemente de si estaba o no atado a un maldito contrato.

—En todo caso —murmuró mirando hacia el techo de cristal del centro del casino—, aunque mis poderes no funcionen con él siempre tengo otras formas de asesinarlo —rio para sus adentros escuchando como la puerta principal se abría.

Se fundió en una sombra, solo para materializarse unos instantes después atrás de Husk, sobresaltándolo.

—Y bien ¿qué te parece? Creó que le di más clase a este sitio —dijo orgulloso de su trabajo—, le di el toque que le hacía falta.

Husk alterno su mirada entre Alastor y el nuevo casino. Era obvio que fue su culpa por dejarle la libertad creativa, pero no negaría que los tonos dorados, negros y rojos si que lo hacían lucir elegante.

—De acuerdo, puede funcionar —dijo caminando por el lugar siendo seguido por Alastor quien le extendió un plano.

—Casino en primer piso, pasando la segunda puerta inicia el hotel en el segundo piso —comentó orgulloso de su trabajo—, apuesto que esta hermosa vista no lo tiene ni el cielo —aseguró risueño mientras ambos observaban la cúpula de cristal en medio del casino.

—Bien, que bueno que te agrade este lugar, porque si algo le pasa será tu responsabilidad.

Alastor se detuvo y giro lentamente su cabeza hacia Husk.

—¿Como? —de pronto su buen humor se había esfumado.

Husk ante la pregunta enarco una ceja.

—¿No fui lo suficiente claro ayer? Eres el nuevo encargado de este lugar —comento ahora con una sonrisa burlona en el rostro—. ¿O acaso el gran demonio de la radio se está quedando senil?

Alastor entrecerró la mirada antes de erguirse completamente en su lugar, tratando de mantener la calma.

—Oh, querido. Creo que para ser el encargado se requiere estar mucho tiempo aquí encerrado, ¿cierto? Tiempo que claramente no pretendo perder aquí —aclaro eso último con un tono un poco más mordaz.

—Es cierto, tendrás que estar mucho tiempo aquí —concordó fingiendo demencia mientras seguía observando.

Eso colmo la paciencia de Alastor.

—Husk.

—Prácticamente vivirás aquí —continuó tratando de evitar que su risa saliera al ver la expresión de furia y desconcierto de Alastor.

—Claramente no me estas pidiendo lo que creo que me pides.

—¿No? ¿Estás seguro?

Ante eso, Alastor casi se atragantó con su saliva.

—¿Quieres que viva aquí? —cuestionó indignado de que realmente se lo estuviera pidiendo.

Husk entonces no pudo evitarlo más y soltó una fuerte carcajada al tiempo que palmeaba la espalda de Alastor, que se sintió aún más cabreado porque se atreviera a tocarlo.

—No sé que te preocupa. No es como sí fueras a dormir en el lobby de este lugar. Tenemos un hotel en el segundo piso y seguro puedes adornar una habitación a tu gusto.

El Overlord del Azar [Huskerdust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora