Percy Jackson y El Tiznado.

Capítulo 4

De todas las cosas que Perseo Jackson pudo haber hecho, dejar plantado a Grover en la terminal de autobuses mientras iba a hacer sus necesidades fue una de ellas que supero con creces sus idioteces.

Edward regaño severamente a su hermano por esto, Percy se sintió mal por lo que hizo pero ya le estaba dando mal sentimiento el tener que seguir soportando a Grover con sus cosas de -Siempre son de sexto- y -jamás pasan de sexto-.

¿Que era lo que le pasaba a Grover y del porqué estaba tan paranoico?.

Percy a veces se le entraba a la mente de que cosas paranormales le pasaban, como cuando en preescolar cuando su maestra lo mandó a dormir por equivocación en una cama pequeña en donde se encontraba una culebra solo para que su madre gritase del horror al ver a su niño jugando con el cadáver de una serpiente en sus regordetas manitas.

O cuando en primaria un sujeto con gabardina y sombrero negro intento llevárselo consigo pero gracias a los profesores nada malo sucedió, y a pesar de que Percy le explicaba a todos que aquel hombre tenia un solo ojo, en medio de su rostro, nadie le creía.

Y ahora ¿lo de Dodds y la anciana que cortaba el hilo con aquella tijera tan extraña?, hombre, si tuviera mala suerte ya habría muerto ¿no?.

Debía ignorar este tipo de cosas, Percy era tonto pero sabía bien de todas las cosas que le pasaba, su hermano le había explicado una vez que venía de una tierra lejana llamada Tierras Intermedias, pero él era tan pequeño que su mente no lo procesaba.

Mucho menos ahora.

Sacudiendo su cabeza por insultarse así mismo, ambos hermanos tomaron un taxi, dejando así a Grover atrás.

"Al East, calle 104 con la 1era"

Y ahora, iban a casa, para estar con su madre Sally Jackson.

Unas palabras de ella, Sally Jackson es de las personas buenas que siempre tienen mala suerte. Cuando era pequeña perdió a sus padres por un accidente de avión, siendo adoptada por su tío -quien ni se que preocupaba por ella- e ingreso a la preparatoria para conseguir su bachillerato.

Lastimosamente su tío cayó enfermo por culpa de un cáncer y ella tuvo que dejar todo, sus estudios, su escuela, los ahorros que hacía solo para cuidar a su tío quien lastimosamente murió.

Cuando tuvo a Percy comenzó a trabajar en una tienda de regalías, un trabajo medio tiempo debido a que como no pudo terminar la escuela no pudo conseguir un mejor trabajo.

Cosa que ella no se merecia, debia haber tenido algo mejor. Jamas le hizo daño a nadie ni le deseo el mal a nadie.

Tal vez la mala suerte proviene de su sangre, de los Jackson.

Al llegar a casa Percy pudo respirar tranquilo debido a que ya no tenía que soportar la escuela Yancy, pero en fin, ¿como se iba a librar de su madre si es que ella se entero de la expulsión de ambos?.

"Vamos Eddy"

Entraron al cuarto, lo único malo de vivir los tres en un departamento es que algunas veces tienen que compartir la cama.

Percy se estiró, disfrutaba estar en casa, ¿que idiota no lo haría después de irse de la escuela por expulsión?

"¿Percy, Eddy?"

La suave y hermosa voz de Sally había llenado a ambos hermanos, Sally Jackson había entrado en la habitación tras escuchar el ruido de la puerta abriéndose y al ver a sus dos hijos sonrio con alegría y comenzó a abrazarlos con fuerza dándoles mucho cariño y amor.

"Por dios chicos, habéis crecido mucho desde Navidad"

Un abrazo fuerte era lo que Sally podía dar para ambos, hacia casi un año desde que no se veian y ver a sus dos hijos era algo que la llenaba enormemente.