Percy Jackson y El Tiznado.

Capítulo 11

Los Tiznados no comen ni duermen, al ser No Muertos la sensación del sueño o hambruna se les habían perdido completamente pero podían usarlo para poder satisfacer una sensación que perdieron hace años, incluso para el Tiznado, Edward, disfrutaba comer y sentir el placer del sueño.

Edward ... Edward se arrepentía de muchas cosas y tenía prejuicios de las cosas que había hecho, y sin embargo no importaba cuantas veces lloraba lloraba silencio nada de eso volvería.

Sufría de pesadillas y algunas veces le cortaba la respiración llegando a tal punto de sentir la muerte en su garganta y cuando despertaba no había...nada, solo esa sensación.

Y en su sueño más reciente, Edward estaba en Leyndell y al lado suyo se encontraba su esposa Márika la Eterna, acarició su hermoso cabello dorado y le dio un beso en la mejilla haciendo que ella soltara un gemido y se diera la vuelta sin ver a su consorte.

El Tiznado miro sus manos, su cuerpo volvió a la normalidad pero sabía bien que era un sueño, uno demasiado cruel.

Muy cruel ...

Al estar afuera, fue a las calles de su reino, observando a varios soldados pasar y a los ciudadanos.

Decepcionó a todos y sin embargo, este lugar todavía le mostraba las peores cosas que pudo haber hecho y las que hizo.

"agh" un quejido de dolor salio de su boca y cuando alzo su cabeza todo estaba estaba ruinas, Leyndell en Cenizas, la arena estaba tocando su cuerpo.

A sus alrededores los cuerpos de sus amigos se encontraban con rostros de horror, otros desmembrados y colgados. Sus ojos sollozaban a más no poder, y abrazo su cuerpo del miedo.

Se levantó, el árbol Áureo estaba ardiendo por lo que comenzó a caminar para llegar directo hacia ella. Cuando llegó donde estaba Godfrey solamente encontraba su trono y en el se encontraba sentado su Yo.

"Tú" no reparo en qué pudo hablar, intentó sacar su arma pero no pudo y su versión de sueño estaba con el puño apoyado en su rostro como si se estuviera burlando de él o como si estuviera aburrido.

En la época antes de ser un rey, el odio lo estaba moviendo, sentía la necesidad de matar y lo comenzo a hacer constantemente, derramando su espada de sangre inocente, y su mente era testigo de cosas inimaginables.

Roderika, Nepheli Loux, Tanith, Zoraryas, Fia, Hegw, Iji, Blaidd, Melina, Ranni, Gideon, Diallos, D, incluso llegó a matar a los Tres Dedos y a los Dos Dedos.

¿Porque esta vida está siendo mala con él? Repitió este ciclo más de una vez, ¿cual fue esta vez, la número mil, la dos mil, la tres mil?

No sabia cuantas veces hacía esto pero en su carne y sus huesos eran evidentes del dolor que él llevaba de manera interna, incluso intentó llegar la paz a las Tierras Intermedias pero nada pasaba, todo era caos con orden, orden sin caos.

El escenario cambió, el viento gélido de las Montañas de los Gigantes de Fuego estaba ahí mismo, sus piernas comenzaron a caminar por las enormes cadenas de piedra que servían como puentes hasta que finalmente cruzo al otro lado y ver una Gracia Perdida sin su brillo tan hermoso.

Su cabello largo danzaba con el aire revelando el rostro lloroso de Edward quién se derrumbo en el suelo y abrazo la Gracia Perdida como si hubiera perdido a una amante.

- Jajajajaja -
- Jajajajaja -
- ¡Que el caos se apodere del mundo! ¡¡Que el caos se apodere del mundo!!

Los gritos de Shabriri se escuchaban tanto en su cabeza como por toda la montaña como un eco único, un único eco como si los ruidos de el viento gélido no se escuchaba ni la madera rompiéndose y callendo a la nieve.