Lo que era un lindo día

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Fue a la cocina, sirviéndose yogurt con cereales en un bol con una cuchara, quitándose la máscara y comenzando a comer.

Después de comer, se puso a leer un libro para saber más de las jerarquías, sus características, periodos de celo, supresores y demás.

Y no sabe como, pero terminó leyendo educación sexual, que se debía hacer y como se debía hacer, ya que minutos antes en el camino a su límite había oído a dos estudiantes hablando sobre cosas como "meter dedos", "mimos después del acto" entre otros referidos al mismo tema, y bueno... cómo la curiosidad mató al gato...

-... Santo Dios de mi vida... -Habló, encontrando demasiados detalles para tener un "sexo increíble". -Ya no quiero, ya me perturbó. -Se quejó, dejando el libro en la mesa. -Tal vez si voy a la ciudad me relajo algo... -Dijo, para después ponerse su máscara.

Bueno... que equivocada estaba, pues, el mercado estaba hecho un desastre, cadáveres asesinados de distintas maneras inimaginables, productos tirados en el suelo, bebidas regadas por todo, todo el suelo... Se temió lo peor, ya que Kou y Haku no estaban en casa...

Ella y Haku habían hecho todo lo posible para que las ciudades sean habitables para futuros habitantes, y encontrarlo ahora, destruído, todo el esfuerzo implicado al carajo...

Corrió hacia la zona segura que habían impuesto hace catorce años, suspirando de alivio, encontrando a la mayoría de ciudadanos reunidos.

Iba a examinar la situación para encontrar una solución justa y correcta, pero...

-¡Kirary! -Exclamó Kou, con lagrimas cayendo de sus ojos.

Ahí fue donde lo sintió, un calor enorme, algo o alguien desgarrando su pecho, gritando: "Mi omega"

Frunció el ceño, sentía una necesidad insoportable de tener sexo, pero no con cualquiera, sino con ese Omega de nombre Kou.

"¿Que carajos?" Pensó, controlando sus necesidades o... Instintos.

-¡Kou! ¿Que pasó? ¿Cómo están todos? -Calló por un momento. -¿¡Dónde está Haku!?

-Por lo que... -Nervioso y asustado.- Escuché... Terroristas han irrumpido en la ciudad, mataron a una cantidad considerable de ciudadanos... Y Haku... No lo sé, me dijo que vaya a la zona segura y que el iría a buscarte... -Dijo, haciendo todo lo posible por calmarse.

-No... -Se puso las manos en la cabeza, sin saber que hacer en estos momentos.

-¡Yo puedo ir a buscarlo! Tu puedes resguardar a los sobrevivientes... -Dijo, notando la preocupación de la mujer de cabellos albinos.

-¡No! ¡Yo buscaré a Haku! ¡Tu quédate aquí! -Dijo, pues quería cuidar bien a Kou, si algo le pasaba, no se lo perdonaría y no quería ver triste a Teru.

-O-Okey... -Dijo, sonrojandose un poco, sintió bonito que Kirary quiera cuidarlo.

-Vendré pronto, arreglaré este asunto. -Dijo, para después acariciarle los cabellos por unos segundos.

Comenzó a caminar hacia todos los lugares que Haku frecuentaba, no había rastro de la criatura albina.

Se desesperó, se tomó el cabello y se lo jaló lo suficiente como para que le duela, estaba frustrada, pero se le ocurrió buscarlo en la casa.

-Padre nuestro que estás en los cielos, alabado sea tu nombre, yo sé que no fui tu hija favorita, pero por favor... -Calló al ver a Haku tendido en el césped con una bala en lo que debía ser la pierna derecha.

-... No... No, ¡Carajo, no! -Gritó lo último con frustración.

-... Ki-Kirary... ¿Que... haces aquí? -Preguntó, con la voz raspada y casi sin fuerzas...

ʟᴀ ᴍᴀ́sᴄᴀʀᴀ sᴏɴʀɪᴇɴᴛᴇ (JSHK!ᴀʟɢᴜɴᴏs ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs x ᴄʜɪᴄᴀ ᴀʟғᴀ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora