Viserys envió un mensaje a su hija Rhaenyra pidiéndole que volviera a la capital de emergencia, tenía un anuncio que dar, pero quería que ella sea la primera en enterarse, así que una semana después de enviar esa carta, la princesa heredera se encontraba nuevamente en la capital junto a sus hijos.
El rey se encontraba en el santuario de Balerion esperando a su primogénita, pensaba si esta era la decisión correcta, no quería que sus hijas sufrieran por su culpa, pero otra cosa no podía hacer. No podía dejar a su pequeña dragón en manos de cualquier mujer, y tampoco podía permitir que Rhaenyra se casara con su hermano Daemon.
- Padre. - Lo saluda Rhaenyra con una sonrisa en su rostro, el feliz al ver a su tesoro se acerca a ella y la envuelve con sus brazos en un fuerte abrazó.
- Mi niña te extrañe demasiado. - Le dice el rey separándose del abrazo para besar su frente.
- ¿Qué sucede padre? ¿Porqué me pidió venir aquí? - Pregunta la princesa intrigada.
- Hija tome una decisión, que no te gustará, pero que necesito que entiendas. - Comienza el rey asustando a su heredera.
- ¿Cuál es esa decision padre? - Pregunta con miedo.
- He decidido que te casarás con tu hermana, la princesa Shaenys. - Le responde Viserys, el rostro de Rhaenyra se transforma a uno de sorpresa y más dudas llenan su cabeza.
- ¿Porqué padre? A su esposa no le gustara esto, y tampoco creo que le guste a mi hermana. - Le pregunta.
- Le guste o no Alicent tendrá que aceptarlo igual. En cuanto a Shaenys, ella no se como se lo tomara, pero estoy seguro que no dirá nada en contra, ella ya sabia que su esposa se la elegirá yo y le prometí que le buscaría una buena mujer. Tu eres la única mujer que puedo pensar para ella. Rhaenyra, Shaenys es una chica tranquila, no causa problemas y algo malo le está pasando. Últimamente está más decaída y parece enferma, bajo de peso y tiene ojeras muy notorias, esta todo el día cansada y no me dice nada cuando le pregunto que es lo que tiene. Me gustaría que ella y que tu sean felices. - Le dice Viserys con lágrimas en los ojos, Rhaenyra al verlo tan vulnerable no puede negarse a su petición.
- Esta bien padre acepto. Pero sigo sin entender una cosa. - Le dice en respuesta.
- Decime hija.
- ¿Porqué conmigo? Podrías casarla con cualquier mujer , una mas joven, sin hijos.
- Rhaenyra tu hermana, es una niña especial, ella no tiene mucha experiencia en relaciones, es algo introvertida,infantil a de su edad. Las demas doncellas la verán mal por su comportamiento. Ella no ve al mundo con los mismos ojos que nosotros lo vemos, es inocente, no existe maldad en su corazón y esa es la razón por la que decidí ser yo quien busque a una esposa para ella, una buena mujer que la entienda, que le tenga paciencia, que se acople a sus tiempos. No creo siquiera que en su noche de bodas entienda que deban consumar el matrimonio. Tampoco te vera de sea forma, se sentirá rara al compartir una cama contigo, asi sea solo para dormir. Por eso la caso contigo, tu ya tienes tus hijos, y sos comprensiva, atenta y maduraste. Ya no sos esa niña rebelde que buscaba desafiar a todos. Seras una buena maestra para ella, una buena esposa. - Le explica el rey dejando a su hija muda con esta información.
Luego de discutir cuando se dará el anuncio, la fecha de la boda y donde vivirán, ambos Targaryen hablan sobre sus días en este tiempo que no se vieron y deciden cenar juntos solo ellos con los hijos de la princesa.
