Capítulo 7

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     Otra vez las cosas volvían a estar tensas entre las princesas, pero ahora Shaenys no salía de la habitación, el único que podía entrar a verla era Ser Harrold, pero ella no le decía por qué se encontraba así, el embarazo de Rhaenyra era un secreto y ella no era nadie para divulgarlo.

     Rhaenyra se sentía decepcionada, a pesar de que su esposa ya no le teme tanto como al principio, no logro formar un vinculo con ella y después de lo sucedido la otra noche ella se alejó por completo. Se sentía sola y abandonada, sus hormonas la hacían sentir mucho peor de lo que se sentiría si no estuviera embarazada. Por las noches se imaginaba en los brazos de esposa, fantaseaba con ella haciéndole el amor, se tocaba imaginando que era Shaenys quien lo hacía.












     Shaenys hablaba otra ves con su caballero después de entrenar, este logro convencerla para que saliera.

     - ¿Porqué se alejó de su esposa otra vez?

     - Solo... me asustó la otra noche.

     - ¿Que hizo?

     - Estábamos durmiendo juntas y me desperté en medio de la noche y ella estaba casi arriba mío, su cara demasiado cerca de la mía. Creo que quería besarme. Eso pasó.

     - ¿Seria malo que te bese?

     - ¿Es bueno que te besen cuando dormis y sin tu consentimiento?

     - No, no lo es.

     - Ahí esta su respuesta Ser.

     El caballero se ríe al escuchar a la joven princesa hablar.

     - Si ella quiere besarte estando despierta ¿Lo consentiría?

     - No lo sé. Me asusta todavía.

     - La princesa es una mujer muy hermosa, y ella al igual que tú también tiene esas necesidades.

     - Puede conseguirse un amante.

     - Eso no estaría bien. Podría quedar embarazada, sus hijos serían bastardos.

     - Sus hijos ya son bastardos Ser.

     - No lo diga delante de ella, eso es una ofensa a su persona.

     - No soy tan idiota, además los niños no son malos y su esposo... jamás podría darle hijos. Solo que la princesa se confundió de amante. Hizo lo correcto para el reino, tuvo un heredero y punto, nadie más debe decir nada. Además si a su marido no le molestaba, nadie puede juzgarla, ni siquiera los Dioses.

     Ser Harrold sonríe al escuchar a la joven hablar así, es la primera vez que la escucha defenderla y dar sus razones con lógica además de no verla mal por sus acciones.

     - Deberias hablar con ella, hacerle saber lo que pensas y quizás consumar su matrimonio.

     - ¿Crees que ella se acostaría conmigo?

     - Si lo creo, una mujer necesita sentirse deseada y amada. Su matrimonio fue un arreglo que hizo su padre para protegerlas a ambas, quizás, si lo intentan podrían ser felices.

     - ¿Puedo ser yo feliz? Soy una aberración, un monstruo, sería más afortunada si hubiera nacido bastarda que así.

     - Quiero que me escuche bien princesa. Usted no es ningún monstruo, mucho menos una aberración. Y nadie en este lugar merece ser mas feliz que usted ¿Entendido?

     - Si señor.

     Después de esa charla, Shaenys se quedó pensando en su media hermana, si empezaban a dormir juntas nadie diría que ese hijo no es de ella. También pensó que Rhaenyra era realmente una mujer hermosa, y todavía se encontraba en su plena juventud. Así que decidida se dirigió a la biblioteca pensando si la encontraría ahí, ya que siempre se encontraban allí para sus clases.

      Y Rhaenyra efectivamente estaba en la biblioteca, otro día más con la esperanza de que su hermana fuera con ella, y esa día si lo hizo. Al verla ingresar con dudas, su rostro se iluminó y corrió a abrazarla, dejando sorprendida a su esposa. Un carraspeó hace que vuelva a la realidad y algo avergonzada se separa de ella.

     - Lo siento. - Se disculpa.

     - Esta bien, solo me tomo de sorpresa princesa. Para la próxima avise. - Le responde la menor. - Vine a hablar con usted de algo importante.

     - Por favor Shaenys, no me hables así tan formal, podes llamarme por mi nombre. Somos esposas ahora. - Le pide la mayor.

     - Bien, bien. ¿Podemos sentarnos?

     - Claro ven. ¿Sobre qué querías hablar?

     - Sobre el bebé nuevo.

     - ¿Que pasa con eso? Shaenys voy a tenerlo yo no...

     - No le voy a pedir eso princesa.

     - ¿Entonces?

     - Creo que para que los demás crean que es mi hijo deberíamos empezar a dormir en la misma habitación. Después cuando nazca diremos que fue prematuro. Solo usted, el maestre y yo sabremos la verdad. Papá nos creerá y nos apoyará, nadie sabrá que es otro bastardo, y como el niño tendrá tus rasgos no dudarán que es hijo nuestro. Aunque bueno las malas lenguas siempre hablaran, pero eso no importa, por qué a diferencia de los otros niños, con este no tendrán pruebas.

     - Shaenys, mis hijos no son bastardos. No quiero que los vuelvas a llamar así.

     - Perdón princesa, pero esa es la verdad, no quiera mentirse a usted misma. Y tampoco me tome de idiota. Yo no la juzgó,  usted hizo lo correcto para el reino, le dio un heredero que lleva su sangre. Quien es el padre no importa, por sus venas corre la sangre del dragón y punto. Piense en lo que dije, que tenga una buena tarde Alteza.

     Después de decir eso Shaenys se va dejando a Rhaenyra sola, pensando en sus palabras.

     Cuando llegó la noche Rhaenyra seguía pensando en lo que su esposa le dijo, sobre sus hijos, sobre compartir el lecho. Pensaba si quería de verdad hacerse cargo de su hijo. Ella realmente esperaba que este niño no viviera lo mismo que sus hermanos, y Shaenys le propuso ayudarla, no le pidió nada a cambio, solo le dijo que dormirán en la misma habitación. Después de meditarlo mucho se dirigió a la habitación de su esposa entrando por la puerta que las conectaba a ambas. Al entrar la encontró justo saliendo de bañarse, Shaenys al verla salta del susto y Rhaenyra se voltea rápidamente, ya que su esposa está desnuda. La menor se viste lo más veloz que puede.

     - ¿Ya estás vestida? - Pregunta la mayor. La menor asiente con la cabeza. - Debes hablarme Shaenys no te veo. - Le aclara la mayor, al no recibir respuesta.

     - Si lo estoy. - Le responde.

     Rhaenyra se voltea y se acerca despacio a ella para sentarse en la cama.
  
     - Estuve pensando en lo que me dijiste esta tarde. Y tenes razón en todo, me gustaría dormir contigo, si vos te sentís cómoda.

     - No es necesario dormir en la misma cama. - Aclara Shaenys.

     - Me gustaría que durmieras en la misma cama conmigo. - Dice Rhaenyra susurrando.

     - ¿Solo vamos a dormir? - Pregunta nerviosa la menor.

     - Si querés solo dormir, solo dormiremos. - Le asegura la mayor. Shaenys asiente con la cabeza, Rhaenyra se levanta y se acerca a ella despacio y le tiende la mano para que la tomé, con algo de nervios la menor la toma y así ambas se dirigen a la habitación de la mayor para pasar su primer noche juntas.

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