Capitulo 4

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Shaenys sentía su cuerpo pesado, la luz le molestaba, lleva su brazo a su rostro para cubrirse los ojos.

- ¿Hija? - Le pregunta su padre. La princesa no entiende que hace su padre en su habitación ¿Que paso? No entiende nada. Abre los ojos de a poco y trata de acostumbrarse a la luz. Al mirar a su alrededor se da cuenta que esta en la cama de su padre, y cuando intenta levantarse no puede.

- Shhh tranquila hija, no te muevas, estas a salvo pequeña. - Le susurra su padre acariciando su cabeza.

- ¿Que paso padre? - Pregunta la joven.

- Tuviste un colapso y perdiste la consciencia, el maestre Gerardys descubrió que estabas siendo envenenada, por eso estabas tan mal de salud. Pero ahora ya estas mejor. - Le explica el rey.

- Bueno, podremos volar de nuevo ¿No? - Susurra la joven, su padre asiente con la cabeza y le sonríe antes de besar su frente.

En ese momento ingresa el maestre junto al comandante y la princesa heredera, Shaenys al verla ahí se asusta y toma la mano de su padre con fuerza. El rey nota esto y la tranquiliza, el maestre procede a examinarla.

- Bien princesa esta todo en orden, ya se recupero ahora lo que tiene que hacer es comer para recuperar su peso. - La joven asiente con la cabeza. - ¿Que es lo ultimo que recuerda? - Le pregunta el maestre.

- Estaba en mi habitación hablando con la reina y cuando ella se retira me dormí de lo cansada que estaba, de ahí todo es negro ¿Cuanto tiempo dormí? - Susurro la princesa.

- Estuviste dormida por una luna princesa. - Esa información sorprende a la joven. - Es normal la falta de memoria de la princesa, cuando le den la noticia dígansela despacio y con pausas largas para darle tiempo de asimilarlo. Si ven que se altera cortan inmediatamente. - Le dice al rey y este le agradece. Cuando el maestre se va Rhaenyra se acerca a su padre y hermana, Shaenys al verla que se acerca trata de alejarse lo máximo posible.

- Hija tengo que decirte algo, pero no quiero que te asuste ¿Si? - Le pregunta el rey a la joven esta lo mira y asiente. - El día que sufriste el colapso estamos en la sala del trono y yo te daba la noticia de tu compromiso. - Hace una pausa, la princesa lo mira expectante.

- ¿Me voy a casar? - Le pregunta.

- Si, te casaras. - Le confirma.

- Bueno. - Acepta. Rhaenyra la mira desconcertada por que no se quejo ni nada, dándole así la razón a su padre - ¿Con quien me voy a casar? - Pregunta.

- Con tu hermana mayor, Rhaenyra. - Le responde su padre, la mayor la mira y le sonríe, pero la menor se empieza a agitar mira a su padre con miedo. - Tranquila hija, tu hermana no te hará daño, te lo prometo ¿Si? Tranquila. - Le dice el rey mientras la abraza.

La puerta es abierta nuevamente y por ella ingresa Elinda, la doncella de confianza de Rhaenyra con una bandeja llena de comida, el estomago de la princesa menor ruge cuando le llega el aroma de los alimentos y se le hace agua la boca. Cuando le entregan la bandeja comienza a devorar los alimentos con desesperación. Su padre le recomienda que coma despacio para no ahogarse y ella avergonzada comienza a comer mas despacio.

Los días pasaban y Shaenys se iba viendo mejor de salud, todas las mañanas desayunaba junto a su padre, hermana y sus sobrinos. El rey quería que se vaya acostumbrando a su presencia, y por recomendación del maestre el tenia que estar presente para evitar otro ataque de pánico por parte de la menor, ademas de incluir a los niños para generar mas confianza en la joven.

Desde que despertó no vio a su madre, sus hermanos ni su abuelo, estaba preocupada por sus hermanos, tampoco podía dejar de pensar en lo que haría su madre cuando al fin diera con ella. Cuando salio de la confinacion en la que estaba comenzó de nuevo su entrenamiento con Ser Harrold, pero no volvió a tener clases con sus hermanos, ahora era la princesa Rhaenyra quien se ocupaba de su educación. Otra cosa que estaba dando vuelta en su cabeza es que pronto se casaría y eso tambien la tenia asustada.





El día de la boda llego, Shaenys sentía unas fuertes ganas de vomitar apago su mente y activo el modo automático, como cuando estaba con su madre. Se perdió toda la boda, las palabras que le dieron, lo que su madre le susurro en oído cuando llego al Septon, los votos que dio, bailar con su ahora esposa, con su padre, con sus hermanos. Cuando le llevaron a la habitaron junto a su esposa para consumar el matrimonio, fue allí cuando volvió a la realidad, gracias a su padre quien la miraba preocupado.

- ¿Donde estoy? - Le pregunta la joven en un susurro.

- Estas en tu habitación, Rhaenyra y tu deben consumar su matrimonio. - Le explica el rey con suavidad al verla alterarse la tranquiliza abrazándola y susurrándole en valyrio una canción de cuna que su madre le cantaba a el. Cuando la joven se tranquiliza el rey le acerca unas tijeras, pero las manos de la joven empiezan a temblar se niega a agarrarlas, el rey le explica para que son, pero Shaenys le pide a su esposa que se voltee y ella comienza a desatar los hilos del vestido con sus manos y sin dañarlo, pues se le hacia muy bonito. Después de eso el rey se lleva a todas las personas y les da privacidad no sin antes darles sus buenos deseos y felicidad.

Cuando las princesas se quedan solas Rhaenyra comienza a desvestirse mientras se acerca a la cama, Shaenys se queda inmobil en el lugar. Rhaenyra al darse cuenta de eso se sienta en la cama y la llama pare que se acerque, pero Shaenys se niega.

- No voy a hacerte daño Shaenys, no haremos nada esta noche, solo dormir. - Dice la mayor tratando de tranquilizarla, pensando que la menor jamas estuvo con una mujer de esa forma, pero no podía estar mas lejos de la realidad.

Cuando Shaenys era mas joven solía ir con su hermano Aegon a la Calle de la Seda y estaba con prostitutas, idea de su hermano claro no de ella, pero el quería que su hermana se sintiera segura con ella misma y se amara tal cual como es, así que pagaba a las prostitutas para que la trataran bien y tambien pagaba por su silencio, ni la reina, ni la Mano debían enterarse de esto o los matarían a los dos.

Cuando Rhaenyra termina de desvestirse y queda solo en camisón se recuesta en la cama del lado izquierdo, espera a ver que hace su esposa, pero la princesa solo permanece de pie en el mismo lugar parece una estatua, inmobil, sin respirar. Trata de convencerla que se acueste a su lado a si puede descansar, pero la princesa se recuesta en el sillón que esta en el lugar y decide dormir allí, ante esto la mayor se rinde y solo le desea buenas noches antes de dormirse.

Cuando Shaenys ve que Rhaenyra esta dormida, se levanta y se dirige al baño, se mete en bañera y se termina durmiendo allí abrazando con fuerza la daga que le regalo su padre.

En medio de la noche unos gritos despiertan a Rhaenyra, en plena oscuridad trata de buscar de donde provienen pero poco logra ver. Prende las velas de la habitación y ve el sillón donde se había recostado su hermana, pero este se encontraba vació, nuevos gritos llaman su atención asustandola, los sigues y se da cuenta que es Shaenys quien grita, la ve dormida dentro de la bañera, su mente se llena de preguntas pero las deja de lado mientras corre a su lado y trata de despertarla.

- No por favor madre, no lo hagas, no lo hagas madre, por favor, duele basta por favor, duele. - Gritaba una y otra vez la joven princesa entre sueños mientras lloraba. La mayor se acerca a ella.

- Despierta Shaenys, es solo un sueño, no es real. - Le dice sacudiéndola con suavidad. Shaenys despierta asustada y corre lejos de la princesa mayor tropezando y perdiendo su daga en el proceso, alejándose de su esposa. Al darse cuenta que no tiene la daga, la busca desesperada con la mirada mientras ve a Rhaenyra acercándose a ella, cuando la encuentra se arrastra hasta tomarla y otra vez se acurruca contra una esquina de la habitación con la daga en mano.

Rhaenyra deja las velas en el suelo y levanta las manos para que la menor las vea y se detiene a varios pasos de ella, retrocede despacio para generar mas distancia entre ambas y así tratar de que Shaenys se calme y no la vea como una amenaza. Trata de hablarle pero la joven no responde a sus preguntas así que simplemente toma una silla y se queda allí lo que resta de la noche quedándose dormida poco tiempo despues.

Bajo tus piesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora