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—¡Prohibido! ¡Prohibido!— dijo Alexander cuando le preguntaron.

—¿Lo único que entendiste es prohibido?— regaño una mujer pelirroja de ojos rojizos a la cual todos conocían como Kouyou, la que enseñaba al harem.

Yuan quiso reír un poco ante las palabras repetidas de Chuuya, le recordaba a los niños de su aldea cuando les gustaba repetir las palabras. "Hablando de niños" pensó la pelirosa en ese instante "¿Cuando Alexander tenga hijos serán iguales a él?" era una curiosidad que le tocaba en la cabeza, con gusto sería la madrina de esos niños. "Seguro serían muy adorables" pensó con alegría "saldremos de aquí así como dijo Alexander y haremos vidas tranquilas siendo amigos a pesar de la distancia del mar".

Las lecciones continuaron y después de eso se tenía que hacer las limpiezas requeridas porque aún tenían el rango de sirvientas.

—¡Limpien más rápido!— dijo una concubina de alto rango, pero fue regañada por Kouyou.

—Cuide sus modales que en el harem aún existen reglas— le recordó la pelirroja.

Alexander y Yuan sonrieron al ver que pasaban la actitud arrogantes de la concubina.

—¿Con qué autoridad lo dices?¿Eh? Tu solo controlas a estas obreras, yo estoy por encima de ellas— la concubina se enfado bastante arrojando la comida como si fuera basura— Ahora limpia eso.

Las concubinas de bajo rango se sorprendieron bastante, una persona tan arrogante era lo que el pelirrojo mas detestaba.

—Limpia tú— respondió Alexander con firmeza— ¿Acaso no te enseñaron a limpiar tus propias porquerías o respetar la comida?¿Qué clase de persona eres si desechas la comida?

—¡¿Cómo te atreves a contestarme?!— la favorita quiso dar una cachetada, pero el pelirrojo le detuvo el golpe sin problemas—¡¿Cómo te atreves?!

—¿Algún problema? No estoy usando ninguna fuerza contra tí— respondió Chuuya con unos ojos afilados. No se le puede acusar de atacar porque no lo ha hecho.

—¡Eres una zorra!— grito la concubina tratando de levantar la otra mano para cachetear a su oponente, pero fue detenida por una voz que resono fuerte.

—¿Acaso eres una bestia sin control? El comportamiento que tienes es poco etico de una concubina— era la voz de una de las personas mas importantes del imperio que se acercaba a paso firme mientras cargaba un gato blanco y atrás caminaban los príncipes Omegas y dos sultanas.

—¡Valide sultán Mori!— las personas se inclinaron al ver al pelinegro de ropas importantes que portaba una corona elegante, pero sin llegar a caer en lo extravagante.

Valide Sultán Mori, el Omega más importante en el imperio otomano miraba a la concubina como si fuera una bestia— ¿Qué comportamiento es este?

—¡Valide sultán!— dijo la concubina fingiendo unas lágrimas pasar por sus ojos— este Omega me molesto y quiso pegar...— no pudo terminar de hablar por la interrupción repentina del gato Atsushi que empezó a busfarle.

—Eres una total mentirosa— respondió Mori alzando su palma para callar a la concubina— ¿Crees que escucharé tus mentiras? Mi vida en el palacio a sido más larga que la tuya, conozco a todas las malas hierbas cuando fingen llanto y crean problemas. Alguien así de débil como tú no puede quedarse en el palacio.

—¡Sultán Mori!¡No me hagas esto!¡Soy una favorita!— la concubina estaba desesperada— ¡Le diré al sultán sobre esto!

Las últimas palabras parecían casi como un chantaje, así que Rampo rompiendo todo protocolo se acercó a abofetearle la cara a la concubina— ¿Acaso pretendes amenazar a mi padre?— la voz denotaba enfado, pero la indignación era más grande.

El sultanato de los omegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora