—¿Qué haces en mis aposentos?— se quejó Jouno al ver a su querida hermanita comiendo de lo más tranquila junto con unas sirvientas en su territorio.
—¿No es obvio?— respondió Margaret con una sonrisa— papá Mori me mandó para que te aconsejara.
—¿Tú aconsejarme? Que mal chiste.
—¡Es cierto! Me mandó para aconsejarte sobre matrimonios.
—¡Lo dice la soltera!
—¡No por mucho!— respondió la Sultana animada— además solo quiero que tengas un feliz matrimonio.
—¡No hay felicidad con alguien carente de arte!— se quejó Jouno entre dientes— aunque de todos modos no se puede amar a alguien o se perdería. Yo no quiero perder ante el amor.
—¡Pero el amor es lindo!
— El amor solo molesta tu cabeza y te hace ser tonto— contesto Jouno fastidiado por el tema del amor porque la supervivencia en los palacios se da gracias a la mente fría y creia que el amor era un descontrol que solo creaba problemas— además papá Mori siempre nos dijo cuidense del amor porque es un gran caos. Solo recuerda lo que le pasó a la sultana Hatice.
Mientras en otro lado Yuan estaba haciendo el drama de su vida para distraer al harem y a l concubina Tsuneko.
—¿Qué le pasa a esta niña?— dijeron las personas al verla delirando como si hubiera visto un fantasma.
—Lo veo— Yuan alzó los ojos al cielo y saco la lengua para luego caer en el piso.
Yosano en ese momento hizo una actuación como si en verdad la revisara— esto podría ser contagioso.
Las concubinas empezaron a asustarse al escuchar eso.
—Por el bien de todas que se encierren todas en el harem mientras le informo al sultán sobre este caso— la sultana Yosano dió la orden y todos los presentes respetaron su voluntad con miedo a que algo malo pasará.
—Entendido mi sultana— respondió Kouyou alistando a todos los que estaban empezando a tener susto.
En otro lado Rampo parecía tener un duelo de miradas con su querido cuñado — ¿Tanto tiempo?
— Príncipe Rampo es increíble verlo aquí — dijo Shibusawa con una mirada algo vacía— no creo que esté aquí para hablar del clima.
—En efecto— respondió el pelinegro con calma— no estoy aquí para ser una simple visita o mirar a la primera princesa del imperio.
—En efecto eso es algo que no es propio de usted— dijo el peliblanco mirando con algo de soberbia— aunque pronto nacerá un príncipe alfa de mi parte, estoy seguro que el niño en camino sera un digno sultan.
—Se apresura demasiado en sacar especulaciones— respondió el pelinegro con desafio.
— Sé perfecto que no le agrado— respondió Shibusawa de manera directa— pero sus días en el palacio se acaban por la boda que tendrá ¿No? Se ira pronto al hogar de su futuro esposo.
Rampo sabía que eso era cierto, pero no quería dejar a sus personas importantes en manos de Shibusawa, tampoco podía romper el compromiso por ser importante para el futuro del imperio.
— Entonces es bueno que tengas un niño alfa— respondió el pelinegro con una sonrisa— porque así mi hermano ya no tendrá que volver a verte como lo dictan las leyes.
—No eres nada amigable— el rostro de Shibusawa se volvió frio— recuerda que no puedes estar por siempre el palacio.
— Y tú recuerda que no es fácil sacarme de aquí— respondió el pelinegro señalandose a sí mismo— porque soy hijo del sultan Fukuzawa y del doctor de el sultán, Valide Mori. Si yo quiero alargar mi estadía en el palacio lo puedo hacer.

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El sultanato de los omegas
FanfictionLos vientos del mundo cambian contantemente, los reyes nuevos llegan a gobernar mientras en el imperio otomano se alza el nuevo sultán que con desgarro llego al trono por un camino sanguinario o eso es lo que cuenta la gente. En el sultanato eta pro...