El sultanato de los omegas

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Valide Mori estaba con los brazos cruzados mirando a sus príncipes con una cara de severo regaño, él ya suponía que habían hecho alguna treta. — Dazai no los castiga, pero yo aún puedo castigarlos.

Dos sultanas y tres príncipes estaban arrodillados frente a la "madre" sultan. Es cierto que habían hecho desastres, pero no lastimaron a casi nadie y tal vez hicieron algunas amenazas en el camino.

—¿Asustaron a sus prometidos?— Mori miró a los príncipes Omegas como si hubieran cometido un crimen porque conocía ciertos comportamientos que eran muy... Digamos extravagantes.

Los tres Omegas se miraron y negaron rápidamente, poniendo cara de ofendidos— ¿Me crees capaz de algo así? No me contestes.

—En efecto hicieron algo— dijo Fukuchi con la cara de poca sorpresa por los comportamientos de los Omegas.

Los príncipes tenían cara de víctimas cuando escucharon esas palabras. —No hicimos nada malo está vez, tal vez amenazamos con castrarlos el día de noche de bodas, pero...— los Omegas se callaron las bocas al confesar la ultima amenaza que le hicieron a sus prometidos.

—Fukuzawa estos niños te dejarán sin nietos— se burlo Fukuchi mirando al asiento de al lado como si viera al difunto sultán.

— Dejemos eso de lado— dijo Yosano tratando de intervenir— mis hermanos solo estaban nerviosos cuando dijeron eso, esa es mi creencia.

— Y si no quieren a sus prometidos yo me ofrezco de sacrificio para suplantarlos— Margaret lo dijo de tal manera que parecía una verdad absoluta, pero solo estaba bromeando.

Los tres principes casi como un reflejo se negaron rotundamente ante esa petición— ¡Es mi prometido! Consíguete el tuyo.

Fukuchi entonces empezo a reír recordando como de cierta manera todos ellos se parecían a Fukuzawa en ciertos aspectos . —Son como el reflejo vivo del León muerto ¿Recuerdas cuando el sultán y tú se peleaban por un caballo y una espada?— todo iba dirigido al valide Mori que estaba al lado del gato Atsushi.

—¿Cómo olvidarlo? Fueron buenos momentos — respondió la "madre" del sultán con una sonrisa pequeña formándose en su rostro ante los momentos de cuando sus hijos eran pequeños.

— Papá era todo un caso— respondió Rampo con nostalgia al recordar esa figura que lo cuidaba siempre.

Todos entonces guardaron silencio por estar recordando la memoria del fallecido Sultán, pero todos sabían que debían seguir adelante aunque fuera difícil para ellos.

— Valide Sultan, príncipes, sultanas y sultán Atsushi— dijo la voz del guardia Oda que entró a la recámara e hizo una reverencia.

Entonces Mori alzó su mano dandole permiso para hablar— Oda sabes que eres digno de confianza, puedes hablar lo que deseas.

Entonces el hombre se levantó sintiendo que era casi parte de la familia, después de todo se crio cerca de los principes como un guardia y apoyo a Dazai en la guerra de sucesión. — El sultán quiere mandarles a decir que estará ocupado este día.

Los príncipes y las sultanas excepto Jouno se pusieron a contener una risita sospechosa que solo provocó dudas en el resto.

—¿Ustedes que se ríen?— cuestiono Jouno con la mano apuntando a sus hermanos. Tal vez pasaron pocos segundos cuando se dió cuenta de algo— ¿Ahora es así? ¿Están apoyando al recién llegado? Debo decir que no ganarán en esto.

— ¡Ganaremos! Tenemos el apoyo de mamá— respondió Margaret con firmeza en sus palabras casi como una orden.

—No es cierto— respondió Mori mirando a sus hijos— no estoy a favor de ningún concubino y solo permanezco neutral ¿Entienden? La decisión es de Dazai.