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Capitulo IV

Al menos sus gustos seguían intactos, sus rosas blancas seguían siendo sus favoritas por lo que notaba. Su mirada, al fin podía ver nuevamente ese brillo tan hermoso que amaba ver, ese brillo que aparecía cada vez que algo le gustaba. Las rosas blancas al igual que en su vida pasada, las cuidaba tan bien. 

—La sigues viendo igual que antes—hablo Eva detrás de él, cosa que lo asustó. —Perdón, no quería asustarte—río con burla la morena acercándose a la ventana, para observar a la castaña arreglando sus rosas. 

—Por cierto, te ves bien—dijo Chimo viendo de reojo a la morena. 

—No tan bien como ella—comento Eva sin apartar la mirada de TN—Es tan bonita, al igual que de amable—menciono soltando un suspiro—Ahora entiendo porque te gustaba. 

—Gusta. Me sigue gustando—corrigió el moreno fijando su vista nuevamente a la castaña. 

Su vestido a comparación de su otra vida era más sencillo, ahora de un color azul que resaltaba aun más su belleza natural, sus ojos seguían igual de grandes y hermosos, su piel morena lisa y suave. Si le pagaran por ver y analizar cada facción de la morena, ya sería más que rico; al igual que Tomás. 

—Regando tan temprano las rosas—hablo alguien interrumpiendo la paz de la joven castaña. 

—Tomás, ¿vienes por lo que te conté en la carta?—cuestiono la morena dejando de hacer sus actividades.

—Así es, vine lo más rápido posible—respondió el chico—No me agradó del todo la idea de dejarte mucho tiempo con tres desconocidos en tu casa—menciono con preocupación. 

—Se cuidarme sola, no te preocupes—refunfuño la morena—Como sea, llévalos con tu padre por favor—pidió la chica frunciendo el ceño preocupada—Seguro están buscando a algún familiar o trabajo para sobrevivir—menciono—Están pálidos, parecen muertos. 

—No te preocupes, a partir de ahora yo me haré cargo de ellos—respondió el castaño tomando su mano para que se tranquilizara, acto que incómodo a la chica.

—¿Los cuidarás?—cuestiono la chica soltando se de su agarre.

—No se preocupe por ellos, yo los cuidare—hablo alguien más.

¿Y tú eres?—cuestiono la morena retrocediendo un paso, se le hacía conocido el muchacho.

—Oh él es mi hermano mayor, se llama Felipe—presento Tomás—Felipe, ella es TN.. la chica de quién te hable—volteo a ver a la morena, que veía con curiosidad al mencionado.

Alto, de cabello largo y negro, piel blanca y ojos verdes naval, vestía como si fuera un guerrero, ¿por qué sentía que ya lo conocía?

—¿Estás bien?—cuestiono aquel chico que desde que lo vio, le causaba muchos sentimientos. Quién coloco sus manos en sus hombros.

—Chimo—volteo a ver al moreno, inconscientemente sonrió al verlo.

—Ustedes de ven de ser los chicos que llevaré con mi padre—hablo Tomás apartando a Chima de TN.

Por ti || Secuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora