Desacierto involuntario

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Tan pronto Jungkook despertó, le sorprendió percibir un peso extra sobre su cuerpo y un calor ajeno al suyo. Por un momento se sintió desconcertado, sus párpados se apretaron entre sí y la inconsciencia tardó en abandonar su sistema por completo. Para cuando finalmente lo hizo, alejó la almohada de su rostro y abrió sus ojos de golpe, grave error.

No había cerrado las cortinas y la luz del sol se filtraba por su habitación con absoluta libertad, sus retinas se resintieron ante esto y pocos segundos después, se halló cubriéndolas con su brazo. Algunas lágrimas se habían acumulado entorno a sus comisuras.

Los vampiros no se desintegraban con la luz del sol como en el cine se empeñaban por retratar, pero es verdad que cuando éste se encontraba en sus primeras horas del día, era diez veces más cegador para ellos que para los humanos. Y su piel era otra cosa, ardía como si estuviera siendo expuesta al fuego. Llegaba al punto de enrojecerse o al extremo de irritarse, por lo que obtenían molestos salpullidos que tardaban días en desaparecer y dolían como el infierno.

Por dicha razón, cuando sintió ese calor familiar extenderse por su piel desnuda, levantó las sábanas, huyendo a refugiarse. Una maldición escapó de sus labios pero su mirada y atención en sí, no fueron a parar a su lesión superficial, sino al cuerpo dormido y acurrucado junto al suyo.

El asombro detuvo sus funciones momentáneamente. Era la primera vez que amanecía con Jimin a su lado. Intrigado por su expresión adormilada, Jungkook se dispuso a barrer aquellos oscuros cabellos que obstruían su vista.

Sus pestañas aleteaban débilmente, sus facciones estaban relajadas y sus labios entreabiertos con ligereza. Su respiración era constante y profunda. Si descartaba el hilo de saliva en el borde izquierdo de su boca, la imagen era placentera de ver. Por algún extraño motivo que escapaba de su comprensión.

No sabe cuántos minutos transcurrieron antes de que el pelinegro despertara, tampoco le importó. Había estado bien así; sólo viéndolo sin tener en cuenta nada más.

—¿Me saludarás de una vez o simplemente te me quedarás viendo?

—En realidad, pensaba en patear tu trasero, ¿qué dices de eso?

Jimin puso sus ojos en blanco y se arrastró fuera de la cómoda superficie, llevándose consigo las sábanas que le protegían del sol. Para su sorpresa fue hasta la ventana y cerró la cortina.

—Mi espalda se estaba incendiando —comentó poco después, lanzando las sábanas de regreso a la cama. Su cabellera despeinada quedó al descubierto.

—Entiendo a lo qué te refieres —replicó el castaño, mostrándole su brazo derecho. La quemadura siendo una vibrante mancha roja.

—Esa es una fea marca —aseguró el mestizo tras chasquear su lengua, agachándose para levantar su camisa del suelo y acto seguido, colocársela—. Deberías tratarla.

—Agradezco tu observación, en serio. Que astuto.

Con su pantalón puesto, el pelinegro le dio una mirada plana. Con ella quería demostrar que su obvio sarcasmo no le había hecho gracia, aunque sus comisuras estuvieran tirando hacia arriba. No se divirtió. Ni un poco.

—A tu perro no le agrado, así que vístete. Quiero desayunar algo.

Bam no era bueno con los extraños, era bastante receloso de hecho, así que le sorprendía que no lo hubiera atacado todavía. Era pequeño pero su cachorro tenía un buen instinto protector.

Enderezándose sobre el colchón, Jungkook revolvió su cabellera, a sabiendas del desastre que era.

—Necesito energías para eso —el vampiro más joven enarcó una ceja, y si bien descifró su mensaje de inmediato, se mantuvo en su sitio. Negado a reaccionar, al parecer—. Estoy esperando —siguió sin obtener una reacción—. Me estoy impacientando, cariño.

bloodiest 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora