Invitación no prevista

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Una vez Jungkook dejó sus nuevos manuscritos a un lado, procedió a sacar la tarjeta de su bolsillo y tras observar los números con atención, se llevó el auricular de su teléfono al oído y los marcó.

El primer tono se hizo presente. En el segundo tono, la puerta de su oficina fue abierta y sin él dar autorización, alguien ingresó. Era Yoongi. Una de sus cejas se curvó al instante, era raro que el de cabellera tintada fuera a verlo en los descansos. No cuando podía aprovechar esos momentos para estar consumiendo algo; ya sea vivo o inerte y ya preparado.

Pero su cuestión con respecto a qué se debía aquello, no pudo realizarse.

—Buenas tardes, se ha comunicado con Illusion. Nos especializamos en fiestas y eventos, ¿en qué podemos ayudarle?

Decidido a ignorar al despreocupado vampiro sentado frente a él, Jungkook se concentró en la voz femenina al otro lado de la línea.

—Buenas tardes, ¿se encuentra Park Jimin?

—¿Quién pregunta por él?

—Jeon Jungkook, presidente y director ejecutivo de Editorial Nuevo Amanecer.

La mujer ahogó una exclamación—. Aguarde un momento en la línea, señor Jeon.

Ante esto, giró la dirección de su silla para enfocarse en la pared a su izquierda, en un decreto personal de que verla, era más interesante que la mirada de Yoongi cargada de inquisiciones. Podía ver todas sus preguntas apiñadas a lo largo de su expresión sin que éste las vocalizara.

Jeon Jungkook —escuchó a Jimin pronunciar. Su tono fue bajo pero colorido—. ¿A qué debo el placer de su llamado?

—¿Tienes tiempo libre en algún momento de hoy?

No lo veía, pero podía percibir el ligero sonido que hicieron sus labios al curvarse—. Nos vimos hace cuatro días, ¿acaso ya estás extrañándome?

Las ganas de reír burbujearon en el fondo de su garganta, aquellas palabras acompañadas de aquel tono de ninguna manera podían considerarse profesionales. Y se supone que su llamada era de ese índole. Meneó la cabeza y con algo de esfuerzo, su gesto alegre fue reprimido exitosamente. Estaba siendo observado, por lo que el castaño prefería ser lo más cauteloso posible. Y mientras su expresión se mantuviera ilegible estaba a salvo.

—En realidad no, y volviendo a mi pregunta...

El mestizo resopló—. Tu boca es buena para muchas cosas, pero sólo sabes decir mierda con ella —chasqueó su lengua, dándole mayor teatralidad a su falso descontento—. Tengo algunos espacios disponibles, ¿por qué?

—Para coordinar una comida entre tú y yo, ¿qué dices?

—Seré sincero contigo, eso no lo vi venir.

Jungkook quiso resoplar, pero en su lugar rodó los ojos. Era una acción más discreta.

En términos humanos, se podría decir que su relación era parcialmente casual. Las veces que se vieron, fueron únicamente con dos propósito; el central era saciar el hambre de Jungkook. Aquella sangre era de su agrado y además, funcionaba bastante bien para su organismo. El objetivo en común entre ambos era descaradamente obvio que señalarlo era igual a resaltar un elefante dentro de una habitación, pero constó de satisfacer sus deseos carnales.

Seguro que también hubo diversión, cuando lo acompañó a Fever por ejemplo. Mayormente bailaron, pasaron el rato juntos y se coquetearon. Estaba en su naturaleza seducir, siempre que alguien les llamara la atención, claro. Y podían hacerlo de la manera convencional y moralmente aceptada, o usando sus encantos para cautivar mediante la sugestión.

bloodiest 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora