Jimin despertó por el calor que sentía. Su cabello estaba pegado a su frente por las gotas de sudor que corrían y en lo único que pensaba era en querer quitarse de encima la calidez que lo acechaba por la espalda.
Cuando pudo darse la vuelta, notó que el que producía toda esa temperatura elevada no era su propio organismo, sino que se trataba de Jungkook.
El alfa se removía inquieto entre las mantas del nido, con sus cabellos dispersos por doquier y con la piel hirviendo. Se quejaba entre sueños, rodaba sus caderas y gruñía. Jimin no tuvo que bajar la vista para asegurar que seguramente encontraría una erección.
Al sentir que ya era demasiado, se sentó a horcajadas en las caderas ajenas y se inclinó para que su boca tocara los labios afiebrados. Al instante, sintió un par de enormes manos aferrarse a sus caderas y una longitud endurecida en su trasero. Gimió, sin siquiera poder contenerlo.
Los ojos de Jungkook se abrieron de golpe, y contrario a lo que solían ser, ahora la pupila cubría casi todo. Solo un pequeño anillo marrón tenía la intención de hacer acto de presencia, viéndose amenazado en todo momento.
Jungkook gruñó, fuerte y claro, antes de impulsarse hacía arriba y atrapar su boca. Era demandante y un tanto agresivo, teniendo como resultado a un muy mojado Jimin en cuestión de segundos.
—Mío. Mi omega —murmuraba entre besos.
—Jungkook... alfa —los instintos de Jimin se intentaban apoderar de él, buscando satisfacer a su alfa en todo momento. Era la primera vez que ayudaría a un alfa en celo y sus nervios no hacían más que incrementar.
—Omega —gruñó.
—Jungkook, debo tomar mi pastilla, luego seré completamente tuyo.
Logró zafarse a duras penas de los brazos de su alfa y corrió en puntillas hasta el botiquín del baño. Tomó rápidamente una pastillita blanca que Hoseok le había recetado para este tipo de ocasiones, llenó dos vasos con agua y volvió a la habitación.
Su alfa lo miraba desde la cama acechante. Para ese punto, su ropa había desaparecido y las venas de los brazos resaltaban por la fuerza ejercida. En el fondo, le hubiese gustado jugar un poquito con el autocontrol de Jungkook pero el celo del alfa ya se veía demasiado activo como para hacerle algo así.
Se quitó la ropa bajo la atenta mirada contraria y a los segundos volvió a ser abordado. Las manos de Jungkook le recorrían cada centímetro, desde las clavículas hasta los muslos. No tenía mucho más para hacer que jadear y aferrarse a lo hombros contrarios.
Lo próximo que sintió fue su pecho contra el colchón y las manos recorriendo sin pudor alguno. Las feromonas potentes de su alfa lo hicieron desesperar incluso más, llegando a parecer que era él mismo el que se encontraba en celo.
Jungkook lo preparó bien, dentro de todo lo que su alfa se pudo concentrar, y pronto estaba dentro.
No habían tenido tantos encuentros de ese tipo a lo largo de su relación, pero Jimin rápidamente descubrió que en realidad amaba cuando su alfa lo embestía fuerte. Por supuesto que solía derretirse de amor cuando lo trataba con dulzura y cuidaba cada movimiento pero cuando la naturaleza pura salía a la luz, podría decirse que era el doble de excitante.
Esa ronda Jungkook no lo marcó. Tampoco la siguiente, ni las otras cuatro. El celo pasó bastante rápido, a decir verdad. Jimin se aseguró de mantenerlos hidratados y con pequeños snacks.
Cuando el sol de la mañana siguiente estaba saliendo, su alfa yacía casi desmayado sobre la cama. La última ola de calor había menguado hace un tiempo, dejándolo completamente rendido y aferrado a la pequeña cintura de Jimin.
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i know your secret 𐙚 kookmin.
RomanceJimin, un agente del FBI especializado en investigaciones y rescate, se verá forzado a mantener guardado un monumental secreto. Jungkook, su nuevo compañero alfa, llegará a cambiar y revolucionar todo a su paso. ¿Será relevante la compañía del cari...