Capítulo 31

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—¡No te creo! ¡Es hermosa! —chilló Soobin con la mirada fija en uno de los lados de su cuello y una mano estirada, intentando llegar a ella.

Jimin se sorprendió hasta a sí mismo cuando gruñó en alto por el intento de toque, a la vez que se apartaba de golpe.

—Lo siento, lo siento... —el omega más pequeño retrocedió con ambas manos en alto.

—No, está bien, lo lamento... todavía estoy un poco sensible, ya sabes, apenas cicatriza y eso...

—Lo entiendo, Jim. De nuevo lo lamento, creo que fue la emoción del momento.

El agente le sonrió con pena. Realmente le costaba asimilar sus nuevas reacciones y cambios, pero nada se comparaba a poder sentir en su propio pecho los sentimientos y emociones de Jungkook.

Al principio se asustó cuando la primera ráfaga le recorrió de arriba a abajo y él no supo identificar de dónde provenía, pero al sentirla entremezclada con amor y orgullo, supo con certeza de que se trataba.

Ahora debía cuidar mucho más su sentir, ya que todo le llegaría a Jungkook y no quería preocuparlo con cosas bobas, por lo que estaba trabajando a su psicóloga el control de las emociones y la transferencia de las mismas vía lazo.

—¿Y qué se siente? ¿es diferente? —inquirió Soobin antes de beber un sorbo del té que Jimin había preparado.

—¿Quieres saber mi verdadera opinión? —cuando vio a Soobin asentir continuó—. Es una locura. Puedo sentir a Jungkook todo el tiempo, y sé que él a mí también, pero es de esas locuras lindas... de las que te hacen querer siempre un poco más.

Vio al omega rubio sonreír de lado. Tomó su mano sobre la mesa y así se mantuvieron varios minutos, solo disfrutando de la compañía contraria.

Le contó sobre Yeonjun, el como estaba siendo la convivencia y su pronta graduación, a la cual por supuesto asistirían.

Soobin aún no le comentaba del papel que reposaba en el fondo de su cajón de calcetines. Jimin estaba atravesando tantas cosas últimamente, y todas cargadas de tanta energía, que no sabía como iría a reaccionar.

Le habían ofrecido una beca en Francia para estudiar un posgrado en pastelería, en una de las mejores escuelas de arte culinario del mundo. Por supuesto que estaba emocionado, pero no quería dejar a Jim y mucho menos a Yeonjun.

—Soobin, ¿qué sucede? —el flujo de pensamientos se vio interrumpido por la dulce voz de Jimin.

—Nada... ¿debería de suceder algo?

Para ese punto exudaba feromonas nerviosas, sin siquiera darse cuenta.

—Algo te preocupa. Vamos, suéltalo, prometo no enloquecer.

—Me concedieron una beca para estudiar en Francia.

Y Soobin jura nunca haber visto una expresión igual de horrorizada en el rostro del omega mayor... bueno, tal vez tenía esa misma expresión cuando lo había rescatado, pero había trabajado demasiado como para no recordar esa época con precisión.

—Una beca... yo... ¡eso es fabuloso! —Jimin se recompuso igual de rápido para luego lanzarse a los brazos contrarios.

Se aferraron en un abrazo eterno, dónde la vainilla y el caramelo se fusionaron alegres. El lobito de Jimin estaba en una encrucijada entre la euforia por el logro del pequeño y la tristeza de saber que dentro de relativamente poco sus caminos se separarían físicamente, porque el lazo forjado siempre sería inquebrantable.

—No sabes lo preocupado que estaba por no saber como contarte... —murmuró el rubio mientras intentaba con todas sus fuerzas retener las lágrimas.

i know your secret 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora