Capítulo 27

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El proceso de cortejo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Jimin ya no sabía dónde meter tantas flores. Ramos y ramos que Jungkook se había encargado de dejar rigurosamente cada día, todos con hermosos significados.

Se podría decir que oficialmente, y para la tradición, podían llamarse alfa y omega, solamente hacía falta una bonita marca de enlace que lo dejara a la vista de todo el mundo.

En ese momento, Jimin se encontraba desayunando con sus amigos para intentar ponerlos al tanto de su inesperada desaparición.

Taehyung mantenía en su regazo a Dahye mientras intentaba que la bebé de casi 5 meses se durmiera. Soobin, a su lado, criticaba entre murmullos el sándwich que se había pedido.

El bullicio de la cafetería lo distraía un poco, lo suficiente como para que las ideas y oraciones que había estado formulando en ese período se entremezclaran y confundieran.

—Tengo noticias para darles... —Jimin se sonrojó bajo la mirada de las otras personas.

—Cuéntanos —lo incentivo Taehyung mientras alejaba con insistencia su cabellera de las peligrosas manos de su cachorra.

—¿Recuerdan que estuve un poco desaparecido hace un par de semanas? —ambos asintieron—. Bueno... Jungkook me cortejó.

Soobin dejó caer los cubiertos sin cuidado, creando un fuerte arrebato que incluso hizo que Dahye dejara de tironear el cabello de su padre. La bebita formó un pucherito antes de extender sus brazos hacia Jimin, pidiéndole con insistencia que la cargara.

La tomó entre sus brazos sin dudarlo. Le encantaba cargarla, mecerla y cuando tenía suerte hasta hacerla dormir. Dahye tenía ese agradable aroma de bebé, una extraña mezcla entre las esencias de sus padres y leche, y Jimin no podía evitar pegar su nariz a los cabellitos oscuros para captar lo más que pudiera.

—¡Eso es asombroso! —Taehyung sonrió enorme, comiendo ahora su propio desayuno al tener las manos libres—. Estoy tan feliz por ustedes... se merecen todo lo bueno que les está sucediendo.

—Gracias, Tae. ¿Soobin?

El omega más pequeño continuaba aturdido. Le aterraba pensar que Jimin portería una marca en cualquier momento.

Cuando estuvo secuestrado, una de sus compañeras fue marcada por error por uno de los clientes. Por supuesto que a los encargados de su martirio poco les importó, teniendo como resultado días y días cubiertos de agonía y dolor para la diminuta omega. Soobin la cuidó y acompañó como pudo, aunque fue en vano, con su alfa lejos ella contaba con un único destino.

Al abrir los ojos, que sin darse cuenta había cerrado con fuerza, se percató de los brazos de Jimin rodeándolo y los deditos de Dahye intentando limpiar imposiblemente las lágrimas que caían por sus mejillas. Su aroma se disparó y ciertas personas que se encontraban desayuno en las demás mesas, voltearon a mirarlos.

Jimin, extrañado por la reacción de su amigo y creyendo que la noticia del cortejo lo pondría igual de feliz que a él, liberó un poco de feromonas intentando apaciguarle. Viendo que no funcionaba, volvió a colocar a Dahye sobre el regazo de su padre y abrazó con fuerza a Soobin.

—Soobin, ¿qué sucede? tranquilo... respira despacio, todo está bien.

Minutos después Soobin logró calmarse. Le devolvió el abrazo a su amigo y aspiró con fuerza su aroma avainillado.

—Estoy feliz por ti, por supuesto que lo estoy, pero tengo tanto miedo... —murmuró con voz temblorosa.

—¿De qué? —le respondió Jimin en el mismo tono, evitando volver a alterarlo.

i know your secret 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora