Al día siguiente, es JungKook el que despierta primero al sentir su brazo dormido, mira para su costado con el entrecejo fruncido, y nota a alguien durmiendo allí. Suelta un silencioso suspiro mientras se estira con todo el cuidado del mundo para no despertar a la castaña que todavía estaba en el mundo de los sueños, volteando para verla fijamente. Hace demasiado tiempo no despertaba al lado de una mujer, mucho menos al lado de una que se encontraba desnuda, con pudor levanta un poco la sábana para cubrirla mejor debido a que esta se había bajado y sus pechos se asomaban de una forma muy sugerente. No puede evitar pasar un dedo por el rostro de Kaia, delineando sus facciones con extrema delicadeza para no despertarla; sus cejas, los lunares, las largas pestañas, el puente de su nariz, todo, apreció absolutamente todo, tanto que ni siquiera pensó en que el tiempo seguía corriendo y él debía atender sus deberes como Obispo del convento.
Recordó la noche y sus mejillas se prendieron fuego, la había pasado esplendido, más de lo que quisiera admitir, y ni siquiera se sentía culpable por haberlo hecho, estaba seguro que el arrepentimiento caería más tarde, pero por mientras disfrutaría de lo que estaba viviendo. Una sonrisa se escapó de sus labios al ver que Kaia fruncía el entrecejo mientras dormía, con diversión pasó su dedo pulgar por allí, intentando que la arruga se esfumara, y lo logró, viendo nuevamente el rostro pacífico de ella después de una noche movida. Se había desacostumbrado por completo a dormir en compañía de una mujer, lo sentía como si fuera nuevo en eso, le gustaba la sensación pero a su vez lo aterraba, estaba negado a encariñarse de ella porque sabía que todo iba a terminar mal, no solo por el trauma que su ex prometida le dejó, sino también porque ya empezaban con el pie izquierdo rompiendo las reglas básicas del celibato. Quizá ir a confesarse con el Monseñor lo haría sentirse un poco mejor con él mismo.
No, negativo, no podía contarle a nadie lo sucedido.
Un bufido se escapó de sus labios sin permiso alguno, temiendo despertar a la chica que usaba plácidamente su brazo como almohada, pero ella estaba tan cansada que tranquilamente le podía pasar un tractor por encima y no se iba a despertar, de verdad JungKook la dejó cansada la noche anterior, aunque la mayoría de cosas las hizo ella, con más razón su cuerpo pedía un descanso de, mínimo, quince horas. Jeon se sentía como una tonta adolescente, queriendo correr a contarle a sus amigas que tuvo su primera vez, pero él no tenía amigas, y tampoco había sido su primera vez, solo que la sentía como tal porque hace tanto tiempo no mantenía relaciones sexuales que todas las sensaciones para él fueron casi nuevas. No podía contarle ni siquiera a su hermano, él ya estaba lidiando con mucho, además de que no hablaría muy bien de él como Obispo el decir que se acostó con una Novicia y lo repetiría muchas veces.
Quiso reír por las vueltas de la vida, o mejor dicho, el efecto Esperanza que ella tenía sobre él, porque JungKook había ido muy concentrado con la idea de cortar todo tipo de relación más allá de amigos, y no era que se la pasaban besándose por todos los rincones o algo así, pero la tensión sexual entre ellos era tanta que cualquiera podía notarlo, eso ponía nervioso a Jeon, que cualquiera podía darse cuenta de lo que sucedía y ambos quedarían arruinados. JungKook no solo perdía el trabajo, sino también su respeto como hombre y Obispo, tendría prohibida la entrada a cualquier iglesia, además de que se verían obligados a casarse, y JungKook prefería morir antes que tener una alianza en su dedo. No porque Kaia tenga algún problema o no la quiera, es más, se sentía estúpido por tomarle cariño y mirarla con tanto amor ahora como si fueran una pareja real, sino que, por sus traumas, no pensaba volver a comprometerse jamás. Las mujeres dañaban, lastimaban, herían, siempre se quejaban de los hombres pero ellas también podían ser muy dañinas, algunas eran el diablo reencarnado.
Jisoo lo era por traicionera, Kaia por la tentación.
Continuó acariciando el cabello de la Novicia mientras se preguntaba porqué siempre personas de ese tipo lo rodeaban, él no era alguien malo, no merecía tener dos diablillas en sus hombros, una que le recordaba todo lo que lo hizo sufrir, y la otra que era la tentación en persona, a fin de cuentas, ambas tenían el propósito de hacerlo caer a JungKook, solo que una...con menos fuerza. El sexo no era malo, lo sabía, podía ser uno de los placeres más exquisitos que el ser humano puede llegar a probar, pero teniendo en cuenta que él era Obispo, con un celibato firmado, era malo volver a tener sexo con alguien que no sea su esposa, y oh sorpresa, tampoco tenía esposa. Es más, le parece injusto como en la biblia plantean el sexo solo para reproducirse, desde siempre tuvo el pensamiento que un encuentro íntimo va más allá de concebir un hijo, más que nada cuando la mujer era la que menos disfrutaba (por la regla de llegar virgen al matrimonio) y al final terminaba siendo un envase para llevar otro humano dentro, las pocas experiencias sexuales que tenían no eran gratificantes justamente porque tenían sexo para tener hijos, no por placer.

ESTÁS LEYENDO
Dear Lord| jjk. ✓
Fiksi PenggemarKaia tuvo que escapar de su pueblo después de que unos prestamistas quisieran cobrar cuentas con ella, gracias a su madre fallecida que les pidió dinero hasta el hartazgo. Tenía que crear una nueva identidad, esconderse donde pudiera, y la amiga de...