D̶O̶N̶T̶ T̶O̶U̶C̶H̶ M̶E̶ - [𝘊𝘏𝘈𝘌𝘕𝘕𝘐𝘌]

𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚌𝚊𝚝𝚘𝚛𝚌𝚎

"𝙷𝚊𝚌𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜 𝚏𝚎𝚊𝚜 𝚜𝚞𝚎𝚗𝚎𝚗 𝚋𝚘𝚗𝚒𝚝𝚊𝚜".

Para ChaeYoung era extraño leer sobre sí misma desde la perspectiva de un extraño, saber cómo la veía alguien que no conocía el contexto de su vida. Todo lo que leyó fue “ojos verdes” y “piel impecable”, como si los nudillos de ChaeYoung no tuvieran cicatrices irreparables y como si sus ojos no fueran normalmente fríos como el hielo. 

Le parecía extraña la facilidad con la que los medios podían deforman la imagen de alguien para adaptarla a la apariencia que querían que tuviera esa persona. Cualquiera que conociera a ChaeYoung diría que es una mujer de pocas palabras y acciones dañinas. Ella era de todo menos la “diosa” que describieron e incluso JooHyun se rió cuando Jennie les mostró el artículo. Por supuesto, Bae se detuvo cuando un par de gélidos ojos esmeralda se posaron sobre ella. 

Todas estaban sentadas afuera en el lugar de ChaeYoung y Jennie y cuando la curiosidad se apoderó de la mayoría de ellas (ChaeYoung era la minoría porque a ella realmente no le importaban los chismes) persuadieron a Jennie para que finalmente buscará su nombre en Google. 

Parecía que sus compañeros de repente estaban ansiosos por transmitir cualquier aspecto de la relación de ChaeYoung y Jennie porque alrededor de una docena de páginas diferentes tenían fotografías que solo otros estudiantes podrían haber tomado. 

ChaeYoung resopló con frustración y apoyó la cabeza en el edificio. Ella odiaba todo eso. No quería ser el centro de atención, no quería que su cara apareciera en la portada de alguna revista de mierda que pintara una imagen completamente diferente de ella. Ciertamente tampoco quería que su vida privada fuera expuesta. Ella no quería fama y de repente estaba consiguiendo exactamente eso. 

Todo porque tuvo que enamorarse de la chica dorada de Hollywood. 

Los ojos de ChaeYoung se dirigieron a su novia sin mover la cabeza y casi gimió por lo frustrante que era para ella no poder separarse de la chica. Jennie estaba hablando animadamente con JooHyun sobre esto y aquello y cada gesto con la mano o sonrisa de emoción hacía que ChaeYoung pensará en cuanto quería sonsacar eso de Jennie. 

No,  no podía dejar a Jennie. Esa no era una opción, estaba demasiado metida. Demonios, ella estaba jodidamente enamorada de la chica. 
 

Y entonces la cabeza de la coreana giró y su suave sonrisa fue resaltada por los pequeños rayos de sol que se colaban por las grietas entre las ramas y Jennie lucía angelical. Lo cual sería irónico porque ChaeYoung representaba al mismísimo diablo. 

—¿Algún problema? – la chica de cabello plateado arqueó una ceja. 

—Estás muy callada.