SIN ESCUDO

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Es difícil, muchas veces decimos que no importa lo que digan los demás, lo que diga la gente, no debe de importar, pero cuando es tu propia familia ahí si desconcentra, porque se supone que te aman, valla, hasta en el nombre esta ''Tu Familia''

Miro por última vez a todos, seco sus lágrimas y fue ahí donde su mirada se tornó dura.

Da dos pasos hacia atrás... oh, oh, eso no es bueno, eso solo lo hace cuando una de sus voces habla, pero ahora sin el escudo, las voces empezaran a salir, arrasando con furia y odio todo.
-¡DAVID Y LIZBETH! –Grito a sus hermanos.

Ellos la obedecen a parte por ser la mayor, ella está TODO el tiempo con ellos, cuidándolos, consintiéndolos, así que su mayor agradecimiento es su obediencia.

-Mande. –Llegaron los dos al mismo tiempo.
-Tomen sus cosas y nos vamos –Al instante hicieron caso.

Al igual ella partió a buscar todas sus cosas para irse a su casa aunque halla no tuvieran nada de comer.

-Tú no te vas a ningún lado. –Su abuelita la tomo del brazo enterrando sus largas uñas, obvio lastimándola.

Al momento ella la miro y es ahí... Al no estar mas el escudo, su corazón debe ahora protegerse así mismo y protegerla a ella, no dejar que nada lastime sus sueños. Su corazón no tuvo tiempo de nada, el escudo no dejo ninguna muralla de garantía, su corazón estaba dormido, y ¿Qué fue lo que lo despertó?: Un sentimiento de odio y dolor; así que fue lo primero que el corazón de Leticia conoció y eso es lo que reflejará.

-Suéltame. –Miro a su abuelita con tanto rencor que ella lo noto y la soltó.
Dejándola asustada, sin palabras, ya que jamás había visto eso en ella.
-¿Por qué nos vamos? –Pregunto su hermano David.
-Solo apúrate por favor, no quiero estar mas aquí. –Fría respuesta.

(...)

Ya estaban listos, ya estaban saliendo cuando.
-Si sales por esa puerta jamás volverás a venir y te olvidaras de mí. –Su abuelita Elena dijo llorando.

Al momento su corazón bajo la guardia, conoció otro sentimiento de dolor, pero diferente al primero.

Al mismo instante su hermana Cinthia iba a despedirse...
-Tú déjame, no te me acerques. –Empujo a su hermana que iba a darle un beso.

Su piel por automático empezó arder, bajo la maleta que tenía en sus hombros, no lo dudo, no paso ni un segundo y entro a la defensa.

-Deja a Cinthia Lizbeth, ¡No le vuelvas hablar así! –Por primera vez le gritó a su abue... Bueno la primera vez que el grita a alguien.
-No seas grosera con tu abuela. –Le dijeron sus tíos.
-A mi podrán hacerme lo que quieran y ya no me dolerá porque ustedes ya no significan NADA, pero si tocan a mis hermanos, dejare que verlos como mi familia y peleare con todo mi ser, así que ¡NADIE! Los toque, porque pobre de aquel que se atreva a herirlos, les prometo que los lastimare hasta destruir su corazón. –Tomo de la mano a sus hermanos, tomo su maleta y se fue con ellos.

En la esquina escucha llorar a su hermana. Su corazón se paralizo.
-No mi niña, por favor, no mi bebé. –Seco las lágrimas de su hermana.

Al momento su corazón se llenó de tristeza, ella ya igual estaba a punto de llorar cuando recordó lo que dijo '' porque pobre de aquel que se atreva a herirlos, les prometo que los lastimare hasta destruir su corazón''

Leticia se llenó de ira, lastimaron a su hermana, hicieron que en su hermoso rostro hubiera lágrimas.

-Mírame. –Le ordeno a Cinthia.
Ella la mira fijamente a los ojos sin parpadear. –Trágate esas lágrimas, ¡JAMAS PERMITAS QUE TE VEAN LLORAR! Eso es para los débiles y Tú no lo eres, ahora seca tu rostro y camina. –Al momento de decir esas palabras a su hermana igual se las decía a ella misma.

Indeleble [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora