Spreen después de aquella llamada de Auron pensó sabiamente si aceptar o no.
Lo de sabiamente obviamente es sarcasmo porque solo hizo un cara o cruz para decidir.
Y si, iba a ir a Tortillaland, quizás alejarse de todo por un tiempo ayudaría mucho, pero ahora tenía que esperar una respuesta de Carre y Robleis, sus demás amigos dijieron que no gracias, que preferían quedarse en Argentina.
— Entonces... ¿Si quieren ir o no? — Pregunto Spreen mirando a sus 3 gatitas.
Las gatitas se miraron entre si y la mayor que era Molly agarro a micha y la hizo retroceder.
Pelusa se quedó aún cerca de Spreen en señal de que ella si quería ir. Pero Molly y Micha parecían no querer ir.
— Ohu... Bueno, pelusa, seremos tú y yo contra el mundo. — Dijo Spreen un todo indignado por la elección de sus gatitas.
Spreen agarro a pelusa y la puso a su jaula no sin antes dejarla despedirse de su mamá y hermana.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Spreen empezó a alistar sus cosas, solo cosas importantes. No iba a llevar mucho allá, eran solo unos meses.
También alistó cosas de pelusa, sus collares, comida, arena, su ropa de invierno y más cosas.
Su mochila era 70% cosas de su querida gata y el 30% cosas suyas, irónico. Mientras alistaba sus cosas hablaba por teléfono con sus papás, recibiendo instrucciones de como era allá y de como tenía que "sobrevivir" está bien que aún sea un pendejo de 18 casi 19, pero tampoco era para tanto.
— Ujum... Si ya entendí, y si estoy llevando a mi gata, Pelusa. Voy a dejar a Molly y a Micha con goncho. — Decía el híbrido.
— Ajá, si ya guarde mis pastillas para dormir y si también puse mis papeles por si me pasa algo no piensen que soy un indigente. — Respondía a las preguntas y recomendaciones de sus padres. Está bien que no lo hayan tratado como un príncipe pero tampoco lo querían muerto.
— ¿Qué? ¡No! Papá no voy a ir a chamuyar Pibas allá. Y te repito por milésima vez, ¡No soy muerde almoha!-, digo, gay, no soy gay. — Respondió avergonzado.
— ¡Hay aja! — Grito desde la otra habitación carre.
— ¡Vos cállate! — grito.
— ¿Hmm? Así, eso, voy a ver si carre y sin van a ir conmigo o si voy a tener que ir solo. — Seguía respondiendo
— bueno, chao viejo, te llamo cuando llegue allá. — Se despidió y colgó la llamada, ni bien colgó corrió al cuarto de Carre y se le abalanzó por dejarlo como un gay con su papá en llamada. — ¿¡Querés que me desenreden!?
— No, pero bien que te chapas con conter. — Menciono el petizo causando un gran sonrojo en la cara del otro.
— Cerra el orto fraca, nunca me bese con Conter, y no lo haré. — Dijo tapándose la cara.
