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𝑮𝒓𝒂𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒐: 𝑭𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂 · · ─────── ·𖥸· ─────── · ·
Viernes en el famoso reality Gran Hermano, lo que significaba, fiesta en la noche para los participantes.
Francesca se encontraba frente a los grandes espejos, viendo cómo le quedaba el vestido negro que la producción le había dado para aquella noche.
—Te queda re lindo —Habló Nicolás, llegando detrás de ella.
—Ya sé —Contestó la rubia, ya con mal humor.
La chica no era parte de "los originals", pero desde que había entrado a la casa, unos meses después del comienzo del programa, el pelinegro estaba empecinado con la rubia, aunque esta no le dé atención y constantemente repita que tiene novio.
—¿Te gusta la camisa que me dieron? —Cuestionó mientras se acomodaba el cuello de esta.
—Está piola —Dijo sin prestarle atención.
—¿Qué pasa, Franchu? Estás como decaída —Notó Virginia en cuanto salió del baño.
—Extraño a Mateo —Habló yendo a abrazar a la mayor, buscando algo de consuelo en sus brazos.
Francesca y Mateo, o más conocido como Trueno, eran novios desde hace ya varios meses, pero nunca habían hecho su relación pública, por lo que nadie en la casa sabía de eso, solo se refería a su novio por su nombre de pila.
—Ya cada vez falta menos —Virginia correspondió el abrazo y frotó la espalda de la chica.
—Se me fueron las ganas de la joda —Dijo al separarse.
—Mirá si te vas a perder la fiesta por eso, no seas boluda. Aprovechá para distrarte.
—¿Decís? —La mayor asintió ante la pregunta y ella largó un suspiro, dejando en evidencia su frustración. —Tenés razón, voy a estar peor si me quedo acá —Razonó, a lo que la contraria volvió a asentir. —. Gracias, Vir. Me re ayudás siempre —Agradeció y volvió a abrazarla.
—Cualquier cosita avisame —Pidió y se fue a la habitación, dejando a la rubia sola, ya que Nicolás se había ido al verse tan fuera la situación, aunque ninguna lo haya notado.
Francesca se dirigió al sillón, donde se encontraba Florencia.
—No lo aguanto más —Se quejó al llegar junto a su amiga. —. Tipo, flaco, no me jodás.
—Es un pesado, boluda —Su amiga entendió rápidamente a quién se refería.
—¿De quién hablan? —Martín se unió a la conversación.
—De tu amigo —Contestó Francesca, mientras que el chico se sentaba junto a ella, seguido por el perro.
—¿Nico? —Ambas asintieron con la cabeza. —Pobrecito, no sean malas.
