Cap 32 Crisis en casa

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A primeras horas de la mañana Erizo se dirigió a la cabaña de Susie, lamentablemente no había resultado alguno, esta se asomó por la ventana y no dejaba de golpear la puerta, hasta que esta le respondió y le aclaro que ella había salido anoche y hasta la fecha no había regresado y que fuera tan amable que dejara de golpearla.

En el campamento se podía ver cómo las cosas se daban con esa relativa normalidad, lo únicos que saben de los recientes acontecimientos eran relativamente pocos, además de la presencia de más ayuda, entre los becarios, voluntarios el lugar estaba más activo que nunca.

Erizo no desaprovecho el tiempo y solo paso por la cafeteria por una taza de café y unas galletitas, el chef la conocía y de alguna manera compartia ese gusto asi que no veia por que negarle tan glorificada bebida.

No tenía que perder demasiado tiempo, conocía los horarios de los ferris y tenía que hablar con sus padres y los de Oscar a brevedad, no tenía la intención de quedarse en este lugar tan peligroso más tiempo.

En su cabaña antes de empezar a marcar estuvo repasando las razones válidas y creíbles para que sus padres accedieron a ir por ellos a mediados de semana en lo que era un supuesto descanso de ellos, aun asi cuantos dias ya habian pasado y la verdad tampoco estaba segura.

— Apuesto que tiene que ver la magia, la magia jode todo en este lugar — Erizo comentó para sí misma muy molesta.

Tras varios minutos de haber pensado tomó un respiro y marchó primeramente a su casa.

Espero unos cuantos sonidos de espera de la llamada hasta que ese inconfundible sonido cuando contestan se noto en la bocina.

— Hola, papá soy yo Erizo — La campista comentó muy casualmente.

— Erizo? oye está todo bien, ¿te paso algo? — Se escuchó la voz de su padre un poco alterado.

— Bueno, si estoy bien solo que quería hablar de algo contigo y mamá — Erizo se pauso un momento — y con los padres de Oscar —

— Cariño, te seré honesto paso algo delicado con los Peltzer yo y tu madre los estamos apoyando, mira yo necesito que evites que Oscar les marque en estos dias te prometo explicarte con mas detalle más adelante — Jim el padre de Erizo comento ya un poco más calmado — Comprendes hija? —

— ¿Es grave? — Erizo señaló

— es complicado, solo apoyame con ese gran favor, cariño en cuanto esto se resuelva te prometo tendrás toda mi atención — El padre se detuvo un momento — tengo que colgar, recuerda te queremos mucho —

Erizo estaba preocupada de cómo terminó sus intenciones de salir del lugar pero confiaba mucho en su padre así que decidió creer, el regreso a casa tendrá que esperar.

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Jim había terminado de colgar el teléfono tomó un suspiro y regreso a la sala ahí estaba su esposa abrazando y consolando a Sue la cual no dejaba de llorar, Andy aun hablaba con la policía y el solo se limitó a preparar un poco de te y cafe, sabía que el dia seria muy largo y estresante.

Jim sabía que su esposa tenía su carácter pero ella siempre ha sido una amiga leal desde que el pequeño Oscar desaparecio y se reportó a las autoridades ella no la ha abandonado un solo momento, solo espera que esta crisis se supere pronto.

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Esto naturalmente le dio muy mala espina a Erizo, pero conocía a su padre era de los pocos que podría confiar más y era realmente frustrante el no saber que sucedia pero con el tono se escuchaba algo serio, un accidente o algo que paso con la familia de Oscar y al menos debería evitar que Oscar trate de hacer sus llamadas diarias a casa estos días, tal vez mañana le podria dar mas informacion.

Un solo café no fue suficiente y el hambre obligó a Erizo a regresar a la cafetería por algún bocadillo y nuevamente ir a la cabaña de Susie para regresar al hospital para ir con Oscar, le empezaba a irritar las risas y días alegres de los demás.

Al entrar a la cafetería un aura se podía percibir en el ambiente, uno demasiado empalagoso que fácilmente se mezclaba con la alegría matutina de los demás campistas, al parecer más trabajadores hacen mucha diferencia, tal era el entusiasmo que se podía ver a un yeti y un enjambre de pequeños sobre él escalando una parte de Erizo le daba lástima el pobre chico teniendo que soportar esto con el salario mínimo.

— Que estoy pensando — Erizo se sacudió el cabello un momento cuando su rango de visión localizó a las brujas responsables de este lugar quienes estaban al fondo del comedor con la sonrisa más estúpida que podría haber imaginado.

A la derecha estaba Alice quien jugaba con un pequeño campista, esta levitaba un juguete animando al pequeño que lo alcance, lo único complicado de digerir para Erizo era que se parecía mucho no demasiado a Oscar.

— Eso ya da miedo — Pensó Erizo dudando si no era realmente Oscar maldecido.

y finalmente a la izquierda Susie y Betsy quienes compartieron una charla agradable, era raro ver a Susie tan alegre y a Betsy tan despreocupada.

Erizo tomó un respiro y fue asertiva — Susie necesito me lleves con Oscar — ella estaba firme y lista para objetar cualquier cosa.

— Ten las llaves — Susie le extendió un llavero — Entras, bajas al sótano y sigues por la puerta de enfrente, saldrás en la plaza del pueblo, dos cuadras a la derecha y está el hospital —

— Amm, yo... ok gracias — Erizo salió sin preguntar mas.

— No olvides cerrar la puerta — Betsy comentó alegre.

Para Erizo era demasiado empalagosa esa escena.

En el camino a la cabaña de Susie se le emparejó un rostro molesto y conocido — Y tu que quieres — Comento molesta Erizo.

Max se lo tomó muy a la ligera y solo extendió las manos melodramaticamente — Y así es la forma es la que das las gracias a tu salvador, o mi pobre corazón —

— Mira, lo siento ok solo que hoy no se que pasa todo es tan molesto, nada sale bien, todo se complica yo solo quiero salir de este peligroso lugar con Oscar — Erzo señaló.

En un movimiento ágil Max giro se puso frente a Erizo sin detenerse se arrodillo y tomó la mano besándola en forma de reverencia.

Esa molestia, esa incomodidad cayó de golpe como si fuera instinto puso su otra mano sobre la mano de Max y algo que nunca se habría imaginado pasó.

Un pequeño chispazo, un leve brillo que cubrió a Max tan rápido como un flasheo Erizando la el cabello del chico vampiro.

— Auch — Max se quejó ante la descarga eléctrica.

— Yo? que ha pasado? — Erizo retiró las manos de inmediato.

— Es más fuerte de lo que recuerdo — Max solo se dejó caer al suelo aun medio humeando.

Erizo miro confundida y un poco preocupada — ¿Qué fue lo que me hiciste?, Max que me hiciste? — Erizo sacudía al pobre chico vampiro tratando de saber que fue todo ese espectáculo que ella misma no encontraba forma de explicar.

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