Cap 37 Una vida plena

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Años atrás había ocurrido un milagro, los campistas, los seres mágicos y demás habitantes que habían desaparecido de la isla ya hace años volvieron y todo gracias a una campista que resultó ser una de las brujas más talentosas resolviendo esa anomalía mágica.

Se había planeado reencuentros, fiestas por días y grandes celebraciones pero a vista de todos el salir de esa anomalía tuvo un precio la joven bruja llamada Mildred y su amigo Oscar se sacrificaron para contener la ruptura siendo cristalizados en magia pura.

Al menos eso es lo que se cuenta, pasaron los años y una nueva bruja llamada Erizo logró una nueva hazaña y fue liberar a los jóvenes atrapados en magia cristalizada, fue un trabajo en conjunto, entre viejos hechizos y tecnología de su mundo y el de los alien.

Aun así tuvo consecuencias, Mildred estuvo expuesta al epicentro de la ruptura su mente no lo pudo soportar y colapsó totalmente, al salir del cristal fue llevaba a emergencias donde estudios determinaron la situación, la joven bruja llamada Mildred tenía muerte cerebral.

Donde solo el joven campista Oscar respondió días después, pero no sin secuelas parte de su sistema nervioso había colapsado perdiendo la sensibilidad de la cintura para abajo.

Fueron días devastadores y grises para todos, el sufrir de Oscar era visible no solo perdió a su amiga Mildred además estaba condenado a vivir una vida en silla de ruedas, al menos un tiempo los aliens prometieron restaurar su columna pero tardarian unos meses en la investigación y confección de una prótesis adecuada.

Fueron días complicados, Oscar a quien conocían como un chico alegre y enérgico se vio apagado, era tal su pesar que solo se permitia ser abierto con una persona y fue Máx.

Oscar trataba con indiferencia a todo mundo, se sentía su resentimiento, ni siquiera le dirigía la palabra a su amiga de la infancia Erizo, aun así nadie tenía el valor de decir algo ya que a sus ojos él lo había dado todo y mucho más para salvarlos.

Una semana había pasado desde que Oscar fue dado de alta y Max no lo invito lo llevo a rastras a su departamento no permitiría que su mejor amigo pasara a solas estos días o semanas o meses.

Las pláticas de Max eran alegres y relajadas, constantemente salía de paseo con Oscar, paseando en barco e incluso volando en los cielos de la noche.

Mientras pasaban las semanas Max animo a Oscar para ir a una fiesta, era divertido ver como su amigo hacía proesa y media para llamar la atención aunque casi todas las chicas terminaban agrediendo.

Esa noche Oscar pidió bebidas más fuertes y Max estaba dispuesto a complacerlo, era una forma de que al menos se distrajera de todo lo vivido.

Un mes habia pasado en una noche en la playa alla por la mitad de la segunda botella de tequila Oscar le confeso a Max que se arrepentia no haberse fugado con el hace tantos años, sus palabras estaban llenas de odio y resentimiento se dijo a si mismo que era solo un tonto idealista todo lo repetia con despecho y a Max le dolia verlo pero sabia que tenia que dejarlo salir.

Dos meses más tarde en una acampada Max habló sobre las mujeres en su vida, tal vez los hongos alucinógenos o la cerveza le aflojaron la lengua pero el mismo se lamentaba de ese poder, facilmente podria decirle lo que fuera a cualquiera y este lo haría sin pestañear.

— Que clase de relación se puede crear con ese poder, todo era una mentira — Max comentaba aturdido.

Esa noche una idea se empezó a gestar en su mente.

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Tres meses más tarde Oscar pidió a Max que organizara una pijamada y todos sus amigos deseosos acudieron a esta, claro sabían que clase de reuniones organizaba Max pero todo era por el bien de Oscar.

Juntando las PistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora