Cap 1 Casi identico

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Todo parecía perfecto, casi... para casi todos.

— hey Erizo .... hey! ... hola? — Se escuchaba insistente un joven — Si no nos damos prisa se van a terminar las tortitas de papa —

Con algo de complicaciones para abrir los ojos Erizo una joven se veía a si misma sacudida por su mejor amigo — Hey, espera que te pasa? —

— Oye solo pediste un par de minutos para enojarte con tu mamá — Oscar su mejor amigo mencionó.

— Mi mamá? — Erizo pensó un poco confundida.

— Si aún estabas molesta que no nos quisiera acompañar al primer día del campamento y me dijiste textualmente "Oscar dejame pensar bien las cosas dame un par de minutos" y aquí estamos — Óscar señaló mientras jalaba a su mejor amiga directo por uno de los senderos — Estoy seguro que el comedor está cerca ojalá estuviera otro de los campistas a la vista para seguirlo —

— Creo que es por allá — Erizo señalo mientras seguía caminando sujeta de su amigo Oscar, aunque estaba un poco desorientada su amigo le daba un poco de confianza.

— Tenias razón de aquí se alcanza a ver — Oscar señaló a otros chicos.

— Se me hace conocido este lugar — Erizo señaló —

— No me sorprende, estuviste indagando toda la semana sobre esta ubicación, estabas realmente obsesionada — Oscar señaló mientras miraba a su amiga consternada — bueno al menos así no me perderé —

— Jeje, si eso creo— Erizo comento pero algo pequeño pasó frente a ella mientras no ponía atención — Haa!! — Este sobresalto hizo que Erizo callera — Que es eso? —

— Erizo estás bien? — Oscar levantó al pequeño, un ser adorable y peludo — Es solo un alien, creo que en este campamento por fin te demostrare que me volvere mas valiente —

— Eso es inofensivo? — Erizo señaló algo curiosa y torpemente.

— si, la verdad los únicos que aun me ponen nervioso son los monstruos — Oscar señaló a uno de ellos que estaba a la vista — Son raros, pero bueno tu misma me dijiste que no temiera, mientras estemos juntos todo estará bien —

— ok, si el campamento si creo que mejor nos apresuramos — Erizo señaló, mientras seguían avanzando al área de comedores el lugar estaba lleno de seres o criaturas de diferentes formas y tamaños y a los demás no parecía importarle era como si fuera lo más normal del mundo.

Era inevitable para Erizo sentir fascinación y a la vez temor y un arraigado sentimiento de curiosidad cómo es que funcionaban, como al ser de diferentes folklores podían relacionarse tan bien y eso no la dejaba tranquila algo que hasta Oscar se percató.

— Si no tienes hambre podemos ir solo por unos bocadillos — Oscar señaló a su amiga que más parecía un conejo asustado escondida detrás de Oscar mirando con algo de curiosidad a los demás.

— Ha, si es solo que que me dejó demasiado intrigada — Pero al notar la expresión de Oscar esta decidió mejor tratar de disimular y tomó una charola para servirse, cuando observó al cocinero un lagarto un adulto común esta quería preguntarle muchas cosas pero Oscar ya la estaba mirando raro.

Como de costumbre ambos buscaron una mesa para comer en solitario y Oscar estaba claramente algo preocupado, Erizo terminó pronto su comida y decidió salir del comedor.

Oscar se apresuró a terminar lo suyo, a diferencia de Erizo a él le había enseñado que jamás debería de desperdiciar la comida habría terminado antes pero aunque fuera el primer dia de campamento una bofetada llama la atención de todos los campistas y una expresión colectiva al ver un chico murcielago siendo tratado de tal manera dejó a todo mundo cuchicheando por la intriga de lo que había pasado y Oscar fue uno de ellos.

Erizo decidió salir de ese lugar, se sentía sofocada con tanta cosa que procesar y analizar a diferencia de Oscar quien estaba maravillado y difícilmente lo podía ocultar ella pensaba demasiado las cosas y no cuadraba como era si acaso viable tal clase de entorno.

Erizo decidió sentarse a la sombra de un pino que era de los pocos que no hablaba trato de relajarse un poco tenía que pensar las cosas, no parecía ser peligroso, los demás campistas se ve que se divertían a pesar de lo raro y divertido que se veía todo.

Un pequeño deja vu le llegó a la mente — Maldición, me empiezo a parecer a mi madre—

Le tomó un poco de tiempo relajarse y aceptar este entorno, pero aun así algo le causaba una mala espina, poco tiempo había pasado y su amigo Oscar estaba de regreso con un panecillo.

— De lo que te perdiste, había un chico murciélago que fue rechazado y con una cachetada el primer día, todos estábamos así de huuu!! pobre pero lo más curioso es que este se levantó como si nada— Oscar no se limitó en contar los detalles y al mirar a su amiga más tranquila este se alivio — estas mejor me tenias preocupado—

— Si todo bien creo que me desoriente un poco — Erizo señaló — Es gracioso parece que estoy soñando —

— Podrías pellizcarme el brazo — Oscar sugirió.

— Así no funciona debes pellizcar el mio.... hau!!, Oscar! — Erizo se quejo demasiado expresiva.

— En definitiva no es un sueño — Comentó Oscar mientras recibía un leve puñetazo en el hombro de parte de su amiga.

— aun asi lo siento tan irreal — Erizo se recargo en Oscar — con esa discusión con mi madre pensé que no podría venir al campamento —

— Yo tambien crei que iríamos al lago — Oscar estaba confundido — no se como explicarlo —

Erizo miro confundida.

Oscar pensaba en un buen ejemplo — Recuerdas esa vez que hicimos esa pijamada y nos desvelamos y cuando sonó el despertador los dos pensamos que se nos hacía tarde para ir a la escuela —

Erizo se rio por el recuerdo — Si estaba tan nerviosa y asustada y cuando regrese por ti a la entrada tu mama solo se rio por que era domingo — Erizo se tapo la cara — Fue tan vergonzoso —

— No me lo recuerdes yo tardé mas en darme cuenta estaba adormilado todavía — Oscar señaló.

— Tal vez no debimos pasar la noche en vela por la emoción del viaje — Erizo señalo.

— No volveré a desvelarme tanto aun me siento como si me estuviera levantando de la cama—

— ¿Tú crees que tengan café? — Erizo señaló

— pero a ti no te gusta el café — Oscar estaba curioso.

— ¿En serio? no se tuve ese antojo, vamos definitivamente quiero una taza de café — Erizo señalo arrastrando a su mejor amigo de regreso al comedor.

Aunque este par de campistas aún estaban desorientados, no eran los únicos, casi todos tenían ese sentimiento pero ninguno tenía la suficiente confianza como para contárselo a los demás.

Juntando las PistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora