Cap 28 Esquivo

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Una adolecente quien no dejaba de mirar su celular estaba tocando el timbre de una casa ya muy conocida por todo mundo, la puerta se abrió y la joven simplemente se presentó.

— Disculpe la demora, fue difícil dar con su casa Mi nombre es Nancy y seré su niñera, cobró Doce dólares la hora y si llega después de las ocho de la noche la tarifa se duplica incluyendo los gastos del uber, Sofía me dijo que el pequeño Oscar es realmente una monada y yo — La chica fue cubierta por una nube de humo antes que pudiera seguir hablando, cuando este se despejo solo estaba a la vista un gnomo de jardín.

Alice tomó el adorno y lo colocó en una esquina dentro de la casa no quería interrupciones en este día.

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Los yetis son unos seres realmente interesantes, los nuevos integrantes de su grupo tienen un origen tan simple y único, un copo de nieve que casualmente se llega a unir con la magia del lugar dando origen a su forma más simple y sencilla un Yum.

Se escucha sencillo y simple, pero las condiciones para que un Yum surja es relativamente un acto de puras coincidencias, solo suerte.

Podrían surgir un grupo de ellos el mismo dia o podrían pasar años o décadas para que solo uno de ellos exista, cosa que no es motivo de prisa para la mayoría de estos, son seres mágicos tan longevos que por el solo hecho que aparezca un yum cada década ya serían demasiados.

Fife un joven yeti estaba siendo testigo del nacimiento de uno de estos nuevos yetis pero no era una bolita de nieve, eran varias los cuales se juntaban en una sola masa helada que poco a poco comenzó a tomar forma, no más grande que un balon de futbol Fife miro lo que podría considerar el Yum mas esponjoso y con el cabello más liso que pudo ver en su vida.

— Hey bienvenido a tu nuevo hogar — Fife lo tomó y sintió este yum realmente interesante parecía más una peluca blanca, apartaba el cabello liso y sedoso para notar su rostro pero no podía encontrarlo.

— Eres un pequeñín raro, lo mejor será llevarte para que te revisen. — Fife le comentó al recién creado ser.

Cuando fife lo llevó con algunos conocidos al pequeño todo mundo le decía lo mismo, ese no es un yum, no se parece a ningún yum que mirara antes, estás seguro que no es una peluca?.

Fife estaba confundido, el pequeño ser se se aferraba a su mano como si cada cabello fuera un pequeño brazo, incluso se veía más inquieto, como un último recurso decidió llevarlo con uno de los yetis más ancianos y a diferencia de los demás este lo reconoció de inmediato.

— Hace mucho no veía uno de estos— El viejo yeti comentó.

— Tu sabes que es? — Fife miro a la pequeña pelusa que se comenzaba a ver un poco, solo un poco mas peludo.

— Si, es un yeti anciano o puede ser una variante, o bueno — El viejo yeti se le acercó — lo que queda de él —

— Pero vi como se acaba de formar — Fife miro a esta curiosa variante.

— Cuando la enemistad entre los lobos y los yetis era aterradora, este era un recursos doloroso y cruel para sobrevivir — El viejo yeti solo regresó a su sitio de descanso — Se ve asustado, cuida de él parece que confía en ti —

— Si señor — Fife afirmó decidido.

Unas horas más tarde Fife observó asombrado como lo que parecía ser una peluca, ahora se veía como dos pelucas una sobre otra, no negara que este se la ha pasado todo el dia dando vueltas por un lado, por otro brincando sobre cada lugar a duras penas el pobre de Fife podía mantener el ritmo.

Todo era diversión hasta que en la aldea de los yetis todos habían sido victimas de robo.

— donde estara mi llavero —

— se robaron mi plato y no se llevaron la comida —

— Mil sombrero! —

— Mi bigote —

Fife no pudo evitarlo, pero como desconfiar del chico nuevo y no fue como este se está comiendo su cartera.

— No regresalo — Fife trato de tomarlo pero sin ninguna dificultad desapareció entre su cabellera — O vamos eso no se le hace a los amigos —

Unos segundos después este comenzó a escupir un par de billetes, una identificación y una foto de una amiga que acababa de conocer el pequeño peluquín lo tomo un momento y fue un detonante la peluca andante se alteró y se comenzó a alejar a toda velocidad.

— Detente nos vas a meter en problemas — Fife tomó sus cosas y corrió tan rápido como sus pobres piernas se lo permitían.

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En el campamento las cosas no estaban tan bien, todos los campistas le reportaron a Betsy que una especie de peluca alargada estaba robándose todas las cosas de sus cabañas.

— Tienes que ayudarnos — Oliver comentó preocupado — se robo mi flauta —

— Y mi pelota autografiada de béisbol — Alexa reclamo.

— Mi mantita — Pepper casi estaba lloroso.

Muchos otros campistas más estaban reclamando a Betsy por su ayuda.

— Regresen a sus cabañas y nos encargaremos de este lío — Betsy comentó decidida.

Los chicos consideraron que no quedaba más opción que regresar a sus cabañas confiados en que las brujas se encargaron, pero la verdad estaba aún más lejos de lo que creían, Betsy regreso a la cabaña de Susie en donde la bruja ya tenía más de un dia en esta nueva etapa depresiva, gimoteaba de ser una mala bruja, que no se merecía el amor de nadie, que solo era una mala persona por lo mismo Betsy decidió no dejarla sola en este momento emocional tan pesado, no era la primera vez que se ponía en ese estado pero no a este nivel.

— Mildred está ocupada atendiendo las actividades, Alice no aparece— Betsy miró a su desconsolada amiga — No te preocupes solo solucionare este... —

— No me dejes — Susie comentó entre sollozos — Te prometo que cambiare y sere.. haaa.. una mejor... haaa persona —

— No tardó ire por un poco de té — Betsy abrazo a su dolida amiga — Y unas galletitas —

Sin más pretexto Betsy tomó su escoba tenia que buscar alguien en quien confiar y sus suplicas fueron escuchadas, se encontró con Erizo quien estaba hablando con Oscar.

— Es bueno encontrarlos, sé que no les corresponde, pero tengo una crisis en este momento, necesito un poco de su ayuda — Betsy Menciono un poco apresurada.

— Es por la alimaña peluda — Erizo señaló mientras miraba a Oscar con claras intenciones de llamarle la atención, su amigo solo pudo contestar con una simple sonrisa.

Betsy apareció lo que parecía de esas pistolas lanza playeras — Una pistola de redes, era para un evento del campamento pero creo que podrías darle un buen uso sin lastimar al pequeño —

— Espera, ¿ quieres que lo atrapemos? — Erizo señaló.

— estoy presionada para solucionarlo y no queda mas que pedirte ayuda, Susie está mal, Alice no aparece y Mildred apenas puede con lo demás— Betsy casi rogó — ayudame prometo pagarte el favor —

Erizo no quería, estaba conciente de lo que hizo Oscar y quería ayudarlo pero no quería involucrarse más.

— Lo haremos con gusto — Oscar señaló tomando el arma para capturar.

— Gracias, cuando lo atrapen llevenlo a la cabaña — Betsu no dejo que siquiera contestara Erizo, esta solo despegó y se perdió de vista.

— Oscar, te dije que nos alejariamos de estas cosas — Erizo le reclamó a su amigo.

— Vamos, fue mi culpa también te debere una, hay que atrapar a la mascota de Max — Oscar señaló.

— Ni me menciones ese nombre — Erizo señaló molesta — Es un mentiroso —

Así este par de campistas siguieron el rastro tan evidente de hurtos en el lugar, tenían a un pequeñito animalejo que atrapar.

Juntando las PistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora