Y te extraño...

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Emi, caminaba lentamente por el Cruce de Shibuya. Era un lugar que era transitado constantemente, por eso, había tanta gente a su alrededor.

Era una chica de 28 años, casi 29. Se tiñó el cabello de rubio y vivía sola. Trabajaba en un súper mercado, mientras estudiaba en la universidad para ser abogada.

Era un día lluvioso, bastante para ser sinceros. Se había pronosticado un tifón para el día siguiente a ese, por eso, Kowae, había decidido salir a hacer las compras para poder pasar el desastre natural de la manera más pacífica posible.

Pensaba en Izana, como casi todos los días, cada vez que miraba el cielo, cada vez que veía una nube, cada vez que respiraba. La dejó sin ninguna razón, sin explicación alguna, sin despedirse, sin darle una última caricia, sin decirle cuánto la amaba.

Era un hábito casual que la rubia estuviese pensando en el amor de su vida. Ella jamás lo olvidó, ni en su momento más trágico, ni cuando caminó por un fino hilo del cual tuvo que sujetarse muy fuerte o caería al vacío en el instante en que se soltara.

Sólo pensaba en él y en nadie más que él. Al comprar, al caminar, al bañarse, al cocinar, al trabajar, al estudiar. Todo le recordaba al muchacho de cabello de cabello blanco y ojos plateados.

Lo veía hasta en los sueños y lo recordaba en los peores momentos, confundiendo el nombre de su actual pareja con el de su amor de toda la vida.

— Señorita, ¿acaso tiene ¥5? — Preguntó el chico que trabajaba en aquella farmacia.

La de ojos cafés no respondió, sólo miraba su billetera, estaba perdida en sus pensamientos.

— Señorita... — Murmuró una vez más aquel castaño de ojos celestes, mientras seguía observándola.

Ese último llamado, hizo que Emi volviera a entrar en razón.

— Lo lamento... — Dijo ella, mientras buscaba una moneda de ¥5 en su monedero — Aquí tienes.

Le entregó la moneda y el chico al fin pudo darle el vuelto que a la muchacha le correspondía. Mientras aquello pasaba, Kowae se quedó mirando un cartel.

Fallecimiento de Atsushi Sendo❞, aquel papel tenía el rostro de un chico, tenía un peinado muy parecido al que el hermano mayor de la muchacha usaba en sus tiempos de pandillero, queriendo parecer cool.

Miró al lado de ese folleto con la cara del tal Atsuhi, había un papel igual al del chico, pero decía: ❝Fallecimiento de Hinata Tachibana❞.

Hinata... Tachibana.

Emi se quedó congelada en el instante en que reconoció aquel nombre y aquel apellido.

Hina había fallecido. Tachibana había sido una chica que tomaba clases con Kowae para aprender Matemáticas. Habían conectado profundamente y, ahora, ¿qué?

𝘠 𝘵𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢𝘯̃𝘰 - 𝙄𝙯𝙖𝙣𝙖 𝙆𝙪𝙧𝙤𝙠𝙖𝙬𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora