Una sola vez más

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Luego de la muerte de Emma, nadie pensaba más que en ella y en el qué hubiera pasado si hubieran podido salvarla cuando se era necesario. Todos lloraban, pero, Emi no podía. Su rostro parecia shoqueado y el brillo de sus ojos se había perdido en el instante en que Inui la había llamado a ella, contándole que su pequeña rubia había recibido un golpe.

Kowae corrió hasta el hospital, sin pensar en que ese golpe le había arrebatado la vida a una chica tan dulce como la de ojos claros. Fue testigo de la llegada del cuerpo de su pequeña niña, niña de la cual cuidó por años, tomando el rol que la madre de la Sano nunca tomó.

La pelinegra estaba sentada junto a Mikey, mientras acariciaba su espalda, tratando de tranquilizarlo, aunque no se podía. Ambos estaban iguales.

Ese día era la respuesta a las preguntas de Takemichi. ¿Por qué Mikey y Emi habían cambiado? Porque Emma ya no estaba. La de ojos cafés se había vuelto rubia por ella, dejando detrás el sueño de ser violinista profesional o mangaka. Mientras que Manjiro se convirtió en lo que se convirtió por aquel momento tan inesperado.

Salvar a Draken, salvar a Kazutora, salvar a Taiju, echar a Kisaki de la ToMan, nada tenía sentido cuando Emma ya no estaba. Ella había muerto en el pasado y Hanagaki no podía regresar en el tiempo más que solo 12 años atrás. Eso era lo más frustrante y detonador. Ese saber de que ya no hay vuelta atrás, esos pensamientos que te dicen que tu esfuerzo había sido en vano. Aquel hecho, había arruinado todo el trabajo del rubio teñido. Ahora estaba perdido, porque no podía regresar al futuro ni podía salvar a la menor de los Sano.

Si tan solo... Shinichiro no hubiese muerto.

O si tan sólo Shinichiro no le hubiera comprado un avión de juguete a Mikey.

O si tan sólo Emi no le hubiera dado esa idea.

Si tan sólo no hubiese muerto el papá de Emi...

La de boina francesa no sabía qué hacer para mantenerse estable e ir a golpear a Kisaki, quien, según el rubio teñido, fue el causante de todo este desastre.

— ... ¿La viste sonreír por última vez, Hanagaki? — Preguntó la de ojos cafés, mientras se miraba los tacones que traía puestos.

Takemitchy, sólo pudo llorar ante esa pregunta. Se sentía el culpable de todo, de no salvar a Emma, de la muerte de Baji, del arresto de Pahchin, de las lesiones de Mitsuya y de Smiley. Se sentía el peor héroe de la historia...

El de orbes celestes siguió llorando, mientras se recargaba en la pared, apoyando su cabeza en ella, recordando la tarde en la que se perdió una vida tan importante para varias personas. Recordando escena por escena lo que Hanagaki vivió. Era como un flash back que de repetía constantemente en sus pensamientos. Era un recuerdo vívido, que parecía que aún podía tocar el recuerdo de Emma. Como si fuese una película 3D, aún se veía la imagen de la Sano tirada en el suelo en tercera dimensión.

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⏰ Última actualización: Jun 20 ⏰

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𝘠 𝘵𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢𝘯̃𝘰 - 𝙄𝙯𝙖𝙣𝙖 𝙆𝙪𝙧𝙤𝙠𝙖𝙬𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora