parte✿4

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— Bienvenidos a su habitación —Jieun les dio espacio para que ambos ingresarán.

— Es preciosa —Jimin respondió sorprendido— Y... ¿Donde esta la habitación de Jungkook? —preguntó con disimulo.

— Dormirán en las misma habitación —la abuela respondió— No creerán que dormirán en diferentes habitaciones —finalizó soltando una risa.

— No, no para nada —el castaño asintió girándose hacia la ventana con expresión frustrada.

— Espero que lo disfrutes, cariño —Jungkook dejo el equipaje en la cama— Podrás pasearte desnudo por toda la habitación, amas hacer eso.

— ¡Qué! —gritó girándose hacia su asistente de manera alterada— Pero qué cosas dices, cariño —se recompuso al ver a su falsa suegra y abuela— Muy divertido, como siempre —murmuro apretando los dientes.

— Los dejamos para que descansen —Jieun sonrió tomando el brazo de su suegra.

— Los veremos en la mañana —la abuela también se despidió y cuando ambas estuvieron a punto de salir de la habitación, la mayor se detuvo— Oh por cierto, no olviden esto.

Y bajo la atenta mirada de jefe y asistente, la abuela busco entre unos cajones y sacó una gruesa sabana de colores cálidos, camino sonriente hacia Jimin y se la entrego en las manos— Gracias, abuela.

— Es la fabrica de bebés —comento divertida y abandono la habitación.

Para Jimin era como si le hubieran dado un objeto maldito, se quedo congelado y cuando la puerta termino por cerrarse, lanzó lejos la sabana— La fabrica de bebés no ¡La fabrica de bebés no! —gritó con desespero.

— ¿Quieres calmarte? —preguntó el pelinegro desinteresado— Solo es una sabana.

— No es solo una sabana ¿Sabes lo tradicional que son estas cosas? —preguntó apuntando la sabana— Me dio escalofríos con solo mirarla —comentó abrazándose a si mismo.

— Ni que fuéramos a tener sexo —Jungkook negó concentrado en desempacar sus cosas.

No supo que causó haber escuchado esas palabras, pero Jimin se quedó mirando hacia el pelinegro y pensaba: Tiene razón, quizá por un momento había olvidado a que habían ido a Gangneung, suspiro y bajo la mirada.

No podía olvidar su objetivo.

— Tienes razón —asintió.

— Puedes ducharte primero, acomodaré mi honorable cama —menciono tendiendo una sabana en el suelo— No quiero que vayas a enloquecer si dormimos en la misma cama.

— Bien —musito.

Camino hacia la cama donde se encontraba su equipaje y de manera apresurada tomo las cosas que necesitaría, su pijama, cepillo de dientes, crema corporal y se encamino al baño, se encontraba inmerso en sus pensamientos y viendo como el pelinegro acomodaba almohadas en el suelo, prosiguió a ingresar al baño y cerrar la puerta con seguro.





[✿]





Observo a su jefe caminar de manera desanimada hacia el baño y no quiso darle importancia, se estaba metiendo en serios problemas por mentirle a su familia y a casi toda la ciudad, pero también anhelaba tener más participación como abogado y eso sucedía, solo y unicamente, si Park Jimin ascendía a abogado jefe. Debía demostrarle a su padre que sus sueños no eran en vano, que era bueno en su trabajo, que no había perdido el tiempo marchándose de la ciudad.

Necesitaba demostrar su valor.

Espero al menos una media hora, cuando por fin el señor Park decidio salir de la ducha.

— Amm ¿Jungkook? —murmuro.

— ¿Si? —suspiro con sus ojos cerrados, pensaba darse una ducha, pero el sueño le estaba ganando.

— ¿Tienes los ojos cerrados?

Y en ese preciso momento los abrió— Si, por supuesto.

— Por nada del mundo los vayas a abrir ¿Entendido?

Y escucho como el castaño caminaba en puntas, casi corriendo, su sorpresa fue grande cuando pudo ver la piel desnuda de su jefe, tanto de su espalda como de sus piernas y se sorprendió enormemente, cuando una cicatriz podía destacarse por toda su espalda.

— ¿Enserió? ¿Así piensas dormir?

— Creí que tendría una habitación para mi solo en el hotel —refunfuño tapándose con la sabana— Déjame en paz y duerme.

— No vayas a tener frío —murmuro girando sus ojos ante la respuesta tosca del mayor.

— Eres insufrible —bufó.

— Y tú un dolor de cabeza —contraataco.

Recordó cuando conoció al castaño. Aunque a penas se llevaban dos años, creía que se iba a llevar bien con Jimin, pero su primera impresión de alguien, angelical, bonito y que olía a rosas, cambió completamente cuando escucho la manera hostil del mayor, lo que pensó que sería una buena relación entre jefe y asistente, con el paso del tiempo se convirtió en un martirio. 

Aunque aprendía algo nuevo en cada caso, los comentarios negativos hacia su persona nunca faltaban y pronto la amabilidad que quería ofrecerte al castaño, simplemente se esfumo.

Eran jefe y asistente.

Claro que no faltaban los comentarios sarcásticos, los regaños y las discusiones al estar en desacuerdo, pero en algo si estaba seguro y era que, Park Jimin, era el mejor abogado que había conocido a lo largo de su carrera y era un privilegió aprender a su lado.

Si tan solo no fuera tan cruel, pensaba el pelinegro.

— ¿Ya duermes? —escuchó la voz del mayor.

— Si.

— ¿No crees que debemos hacer algo con este odio mutuo que sentimos? —preguntó sentándose de golpe en la cama.

— No te odio, Jimin —murmuro.

— Entonces ¿Podemos hacer una tregua hasta que nos divorciemos amablemente? Y deberías decirme hyung —escuchaba el sonido de la cama, quizá el castaño se encontraba haciendo una pataleta, pero el menor no quería girar— Después de todo soy mayor.

— No me parece mal.

— ¡Enserió!

— Me refiero a la tregua, nunca te llamaría "hyung" —comentó imitando el tono de voz del castaño.

— E-Eres.. —Jimin apretó los dientes— Esta bien, no me importa si no me llamas hyung, solo prefiero que llevemos la fiesta en paz, ya que ambos estamos en esto.

— Bien ¿Puedo dormir ya? —preguntó abriendo los ojos.

— Claro, adelante —de nuevo se escucho el ruido de la cama.

Aunque hubiera dicho aquello, lo que menos tenía en ese momento era sueño. Su cabeza se encontraba llena de miles de pensamientos y entre ellos, la imagen del beso que se dio con su jefe hace unas horas. El sabor dulce, lo abultado de sus labios, el tacto suave, aunque Jimin era completamente lo opuesto a su tipo ideal, aquel beso lo tenía confundido.


¿Te casarías conmigo? ~kookmin(m-preng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora