¡Hola! Sigo con esta historia de omegaverse, espero que os guste, bueno adiós:
Una dulce y rubia princesa combertida en una aterradora demonio con su lado súcubo a la luz peleaba a puño limpio con una simple beta, quien intentaba calmarla, pero no pudo.
-¡QUITA DE ENCIMA VAGATHA! -decía ella enfurecida.
La súcubo agrandó su tamaño, haciéndose más grande, fuerte y pesada, de esa manera, consiguió cambiar de posiciones y ponerse ella encima de la polilla, aunque esta siguiera agarrándola de las muñecas para que no la lastimara.
-¿¡CHARLIE QUE HACES!?-gritó la jóven polilla.
-ESTABA A PUNTO DE ENCANTILAR A MI PRESA- dijo con lágrimas de rabia en los ojos, con una expresión de odio puro.
Tales palabras hicieron que la polilla perdiera fuerza para empezar a llorar.
-¿Cómo que tu presa? -dijo entre pequeños sollozos con la voz rota.
-Tú, una simple beta como tú... nunca podría haberme hecho feliz. Él lo tiene todo, Vagatha, todo. Tú no tienes nada comparada con él, así que deja de hacerte la fuerte por que estoy a punto DE METERTE LAS GARRAS EN EL ROSTRO como no te quites- dijo ella cada vez más fuerte, imponiendo más.
-¿Ch-Charlie? -dijo ella llorando algo más fuertemente.
Charlie se levantó y empezó a correr, estaba buscando como loca a su amado alfa, quien se encontraba en su habitación. Charlie siguió su olor, hasta encontrarlo del todo.
Charlie tocó la puerta con simples y secos golpes con la mano.
-¿Diga? -dijo Alastor por detrás de la puerta.
-Déjame entrar, cariño- dijo Charlie coquetamente- O sino.... lo haré yo -dijo.
A Alastor se le erizó la piel, ¿todo esto va en serio? . Se giró a ver a la puerta. No sabía si abrirla o no. Un escalofrío le recorrió la espalda.
-Alastor- dijo ella de nuevo seductoramente.
Como Alastor tardaba mucho en decidirse, la puerta se abrió magicamente, sin romper el seguro.
-Vaya, aquí estas -dijo la súcubo sonriendo.
-¿Para que necesitas mis servicios, querida?- dijo él muy nervioso.
-Oh, solo quiero jugar un poco -dijo para soltar sus feromonas de omega, cuales hicieron que el demonio de la radio jadeaera al olerlas. Lo estaba volviendo loco. Estaba aguantandose muy fuertemente las ganas de soltar sus feromonas también, pero era obvio lo que pasaría.
Alguien interrumpió el momento. Tiró la puerta abajo y pudieron divisar por segunda vez a Vaggie.
-CHARLIE SAL DE AHÍ AHORA -dijo ella.
-No me lo puedo creer -susurro la súcubo muy enfadada.
Cuando Charlie salió de la habitación seguramente para matar a Vaggie, el demonio de la radio, cayó al suelo por el momento que había vivido. Se cayó de forma torpe, haciendo que se sentara en el suelo a reflexionar lo que había pasado.
¿Yo hubiera querido que pasara algo?- pensó para sus adentros- ¿Me habría gustado?-siguió pensando. Todo era muy confuso para él, era la primera vez que se sentía así.
El demonio medio venado decidió encerrarse en el baño y darse una ducha, tenía mucho de lo que pensar. No sabía como debía reaccionar al día siguiente con Charlie. El estar con ella lo hacía....¿feliz?, se sentía....contento al lado suya. Se sentía bien, ella no le tenía miedo, ni le hablaba vulgarmente, ella era... diferente.
Tales pensamientos hicieron que el pobre corazón del venado empezara a latir algo más rápido, y que sus mejillas se sonrojaran. Le encantaban las expresiones de la princesa, y su apariencia era perfecta, todo lo suyo era increíble. Que ella quisiera estar con él le encantaba, y al chocar sus labios se dió cuenta de algo. Estaba claro de que el demonio de la radio se había enamorado de la heredera al trono infernal, Charlotte magne.
(...)
-Ven aquí y ahora Vagatha, ¿dónde estás pequeña y dulce Vaggie? -dijo la súcubo terroríficamente mientras andaba por un sótano poco iluminado, solo con unas cuantas luces blancas que parpadeaban un poco- No te podrás esconder para siempre -dijo Charlie.
La polilla estaba muerta de miedo, estaba escondida y rogaba a dios que la princesa del infierno no la encontrara. Los pasos de Charie retumbaban, haciendo saber a la polilla dónde se encontraba la súcubo, hasta que estos dejaron de sonar, ya que la princesa supo cual era su técnica y empezó a levitar, gracias a sus poderes. La polilla se puso nerviosa e intentaba no hacer ningún tipo de ruido, ni siquiera con su respiración, pero algo se le escapó. Su olor.
Charlie buscaba con su olfato, para ver si encontraba el olor de la simple beta. Mientras ella sentía pánico por tapar su olor con algo. Salió de su escondite, por suerte Charlie se encontraba bastante lejos de su sitio actual, y encontró unas bolsas de hierba aromática para la recepción que compró la mismísima Charlie. Los agarró y se los enredó por el pelo y por la ropa. Luego volvió a su escondite, pero algo falló. Las risas de la princesa estaban muy cerca y la encontró. Encontró a la polilla, quien estaba muerta de miedo.
-Vaggie, ¡estas aquí!- dijo aterradoramente.
La beta temblaba con cada segundo que pasaba, ¿qué sería de ella?, así que se le ocurrió una idea. Con las hierbas aromaticas restantes metió su mano en la boca de la súcubo, metiéndole las hojas. La súcubo la soltó para quitarse esa asquerosidad de la boca y la beta empezó a buscar alguna solución en las cajas, y encontró una perfecta.
(...)
(En el pasado)
-Vaggie, para restaurar el hotel tenemos que quitar toda esta porquería de aquí -dijo Charlie
-Es cierto amor, vamos a quitar estas geringas de aquí, seguramente tengan droga adentro.
Una geringa se quedó fuera.
(...)
Vaggie usó la excusa de que Charlie se encontraba quitando las hojas de su boca, para inyectarle tal líquido en forma de defensa. Era un sedante.
La súcubo lo supo al instante. Vaggie sabía que tardaría algo de rato en hacer efecto, pero que Charlie estaría algo débil. Vaggie estaba decidida a acabar con la vida de la súcubo por hacerla pasar un infierno. Literalmente.
El ángel exterminador sacó su lanza y se puso en forma de ataque. Sacó sus alas y empezó a lanzar ataques. La súcubo cada vez más cansada reaccionaba, pero era increíble como era capaz de esquivar tales ataques después de haber "consumido" tal cantidad de sedante.
-¿Quién es la indefensa ahora, eh? ¿CHARLIE? Vamos, estoy segura de que quieres dormir -dijo ella de burla.
En un momento, Vaggie le hizo un corte a Charlie en el brazo. Ella cansadamente gimió de dolor, en cualquier momento dejaría de estar consciente, y después de 10 minutos peleando habilmente, sintió como se quedaba sin fuerzas, como no podría esquivar otro ataque.
La polilla estaba a punto de clavar su lanza en su pecho cuando una mano negra tomó por sorpresa a Vagatha. Tal mano agarró fuertemente la lanza y la partió en dos.
En la penumbra aparecieron dos ojos, más rojos que el rubí. Unos pasos retumbaron dejando ver al demonio de la radio, como poco en poco sus astas crecían y sus ojos pasaban a ser diales de radio. Se hacía cada vez más grande.
-¿Qué pasa Vagatha, vas a intentar matarme a mi también? -dijo una fuerte interferencia.
Vaggie estaba aterrada, así que decidió correr y en un sitio algo seguro ponerse a rezar en el suelo. Rezar a dios.
Un portal se abrió y salió un ángel.
-Por fín, has decidido volver a creer en nuestro señor, eres bienvenida al cielo, Vagatha.
La joven polilla corrió hacia el portal y empezó a llorar. Había pasado mucho miedo, le debía su vida a Dios, al abuelo de la demonio que casi mata.
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Todo lo extraño- Omegaverse -Charlastor
FanfictionTodo surge bien en el gran Hotel Hazbin, pero algo raro está pasando... Charlie manifiesta su celo por primera vez, sin saber lo que significa, siendo completamente novata, al igual que un demonio ciervo, quien llevaba toda su estancia en el infiern...